*MASCARADA*

Jathzy

En el pueblo de San Fernando, hay pocos lugares interesantes, un pequeño, pero muy surtido super, la iglesia del pueblo, una escuela, la heladería y un gran parque en el centro del pueblo, donde se acostumbran hacer las fiestas del pueblo.

En la entrada de la plaza, nos entregaron nuestros antifaces, Liss llevaba puesto un ligero vestido corto de color blanco y una mascara de color plata, haciendo resaltar sus cabellos rozados, Yildiz tenía puesto un vestido negro ajustado con detalles en plata y una mascara de ambos tonos, en cambio yo llevaba puesto un vestido rojo con una mascara del mismo tono, las mesas estaban llenas de damas enmascaradas y los chicos estaban distribuidos en las periferias del parque, ellos llevan pañuelos en sus rostros, al más estilo pirata o bandolero, dejando solo sus ojos a la vista de las chicas.

Hoy sé celebra el baile de las mascaradas, según la versión del cronista del pueblo hace ya un par de siglos, un joven apuesto se enamoró de una chica a primera vista, esta tenía cubierta su cara, por que le llevaban a siegas unos piratas, el solo pudo ver sus labios rojos, pero fue suficiente como para enfrentar a los piratas, el se puso un pañuelo para que ellos no lo pudieran identificar y salvar a la joven en apuros, se dice que ellos fueron los fundadores de San Fernando y por recuerdo a su primer encuentro, se festeja este baile en su honor.

Se cuenta, que si conoces a el amor de tu vida en la mascarada tendrás una larga vida a su lado.

La banda empezó a tocar sus canciones y el centro de la plaza empezó a ser llenado por parejas danzando las armoniosas melodías de la banda, las primeras en salir a bailar fueron mis amigas las cuales fueron invitadas por un par de chicos de su escuela, ver a las parejas bailar me hiso recordar la triste partida de mi padre, me encontraba limpiando la pequeña lagrima que se escapo de mis ojos, cuando me fue entregado un pañuelo de tela blanco, levante mi vista y me tope con los ojos mas verdes que he visto en mi vida.

A mi lado estaba un joven alto de pantalón negro y camisa del mismo tono, con un pañuelo negro sobre su nariz, lo más impresionante de él, son sus ojos verdes, son los mismos ojos verdes que ya había visto esta misma tarde en la heladería del pueblo, su mano me brindaba su pañuelo y sus ojos me hipnotizaban. Después de secar mi escasas lágrimas, regrese el pañuelo y el con un gesto me invito a bailar.

Bailamos un par de canciones, sin hablarnos o decirnos nada, el magia estaba en el aire y me sentía en un cuento de historias infantiles, un par de canciones mas y me llevo a mi mesa, donde las chicas tomaban sus bebidas refrescantes, el me dejo y sin pronunciar palabra se retiró, entre risas y burlas hablamos de nuestros acompañantes de baile, ellas salieron a bailar en par de veces más, pero mi chico de ojos verdes jamás regreso.

La noche termino y Pablo nos recogió al termino del evento, con la idea de saber el nombre el misterioso chico fuimos al pueblo los siguientes días, aun con la esperanza de topármelo en algún otro momento, pero al parecer solo fue un encuentro de una noche, una noche muy romántica y misteriosa. Con el pretexto de hacer las compras y los arreglos de las fiestas de fin de año, paseábamos por todos los lugares, pero sin éxito alguno.

Con el pasar de los días, se me olvido el rostro del chico de la heladera, pero sus ojos me seguían en mis sueños y recuerdos de la velada, el fin de año llego tan puntual como siempre, mi madre se estaba mejorando cada día más, ella empezó a estar más tiempo despierta y todos en la casa estábamos mas que listos para regresar a la ciudad, yo más que nadie ya que tenía que hacer varios tramites académicos, para efectuar mi cambio de carrera.

El regreso fue más tranquilo, debido a que Ian el chofer de Carlo, le dieron vacaciones una semana antes, nos toco solo ir en el carro de mi madre, yo a un lado de mi madre y pablo y Verónica al frente, al parecer ellos estuvieron en el baile de la mascarada y Pablo le pido a Verónica una cita, ellos al parecer van a salir como amigos y tal vez como novios, que emoción, tal vez el romanticismo me alcance y pueda ver de nuevo esos ojos tan verdes como el mismo bosque.

Ya no fue necesario medicar a mi madre para el regreso a casa, el pasar unos días en casa del abuelo le ayudo a tranquilizar sus emociones y aceptar esta nueva etapa en nuestras vidas. Aun así hicimos dos días de regreso a casa, pero esta vez fue porque tomamos la carretera de la costa, donde pudimos observar los distintos paisajes a el lado derecho se podían ver los árboles y los pastizales de color verde entre las formaciones rocosas del el lugar y del lado izquierdo, el azul del cielo fusionado con las olas del mar, las distintas tonalidades del azul, impedían saber donde terminaba el mar e iniciaba el cielo, lo más sorprendente es ver salir el sol entre la profundidad del azul y verlo caer entre el verde del bosque.

La llegada a nuestra casa fue casi a las 10 de la noche, ya que decidimos pasar esa tarde a la orilla del mar y hacer una pequeña cena en un restaurant de mariscos a la orilla de la carretera.

Mi alegría era tal que solo suspiraba al recordar el profundo color verde de los ojos de ese chico misterioso,¿ cuándo será el día que vuelva a ver a ese chico?, será que el se acordara de mí, con esos pensamientos me quede dormida entre las suaves sabanas de mi.

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