Cuando estoy terminando con mis pechos, escucho el portón y entra apurado... se acerca a mí y me sonríe al ver qué estoy tratando de cubrir mi pecho.
-No quieras esconderlo... me encantaría perderme ahí - pasa su dedo índice por el medio de mis pechos y lame mí mejilla- ¿que te parece si recordamos un poco los viejos tiempos?
Chupa el lóbulo de mí oreja y comienza a lamer mí cuello hasta llegar a mís pechos, mordisqueando sobre la tela, y con una mano me levanta la blusa.
-En este momento se me antoja muchísimo hacerle un hermanito a Sophie.
Estoy temblando del miedo que tengo, lo aparto de mí con mis manos, pero él se enoja.
-No, no y no, Lucia. Si te comportas así, te voy a tener que atar de nuevo.
-No me hagas daño, por favor...
-No te haré daño, nunca lo hice... no sabes cómo extraño tu cuerpo sobre mí
-¿Me trajiste solo por un polvo?
-No es un polvo, Lucia. Hay algo que tú no entiendes...
Se para delante de mí, y me mira a los ojos...
-Eres mía, tu cuerpo es mío desde la primera vez que te lo hice y tu aceptaste...
Camina de un lado al otro mientras habla, este hombre está loco. Cuando se da la vuelta es cuando veo que tiene un arma en su pantalón a la altura de su cintura.
-El idiota de Jamie no soportó escucharlo, le dije como gimes cada vez que te doy de perrito y que eso hace que se me pare más, le conté cómo te gusta que te chupe los pechos cuando subes sobre mí, como podemos hacerlo tres veces en una noche porque tu cuerpo vive húmedo para mí y mí amigo vive duro para ti... le conté cómo me la chupas ... y le pregunté si a él también le gusta...
Comienza a reír a carcajadas y me ata las manos otra vez pero lo hace detrás de mí. Es un enfermo.
Maldigo el día que me entregué a él, que estúpida fui.
-Ahora no voy a hacerte nada... -me dice acercándose a mí rostro y acariciando mis labios - pero se me antoja muchísimo una mamada de esa boquita...chupa el dedo...
Intenta meter su dedo índice en mí boca, pero me niego y se enoja aún más.
-Te dije que chupes el dedo- me dice entre dientes - no me cuesta nada sacar mí arma y disparar, Lucia aunque, pensándolo bien, podría hacerle una visita a Jamie... ¿Qué dices? todavía puedes comenzar a lamer este dedo...
Vuelve a poner su dedo en mí boca, y con lágrimas saliendo de mis ojos, paso la lengua por su dedo, temblando porque realmente tengo miedo.
-Besa la punta como a mí me gusta...
Hago lo que me pide, cuando escucho el portón abrirse.
-Jefe, el auto ya está aquí.
-Voy.
Gira hacia mí y besa mis labios.
-Ahora me tengo que ir, pero volveré más tarde para alimentarte. Portate bien, no hagas estupideces, recuerda que ésta - me muestra su arma- puede ir a visitar a Jamie...
Se va cerrando el portón y suspiro. Espero en silencio para ver si escucho algún sonido de afuera, pero no se oye más nada.
Él ya se fue.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Comments