Capítulo 4 El almacén
- Licda. Ofelia necesito que vaya inmediatamente a mi oficina.
Le dijo el Lic. Carlos Blasco, tratando de cortar la discusión.
La Licda. Ofelia se acercó a Raquel mientras le decía:
- Por favor Raquel regresa a tu puesto de trabajo, después que hable con el Lic. Blasco vengo a hablar contigo.
- Por favor Licda. Ofelia no quiero estar aquí, me siento muy mal, toda esta situación me da mucha vergüenza.
- Entiendo como te sientes Raquel, pero créeme que es mejor que regreses a tu puesto porque de lo contrario la empresa lo puede tomar como abandono al cargo, así que es mejor que te calmes y me esperes en tu escritorio, quiero saber qué tiene que decirme el Lic. Blasco.
Raquel tragó grueso, sintió que no tenía otra salida, además pensó en toda la responsabilidad que tenía encima, en la educación de su hija, todas las cuentas que tenía que pagar todos los meses, entonces decidió olvidarse de la vergüenza que sentía y se sentó en su escritorio ante la mirada despiadada de todos los que habían presenciado el conflicto con la paciente.
La Licda. Ofelia tocó la puerta de la oficina del Lic. Carlos Blasco.
- Adelante!
- Muy bien Lic. Blasco dígame qué es lo que tiene que decirme.
- Pase y siéntese Licda. Ofelia. Realmente estoy consternado con lo que acabo de presenciar en el departamento de admisión. Es inadmisible que sucedan este tipo de cosas. Y peor aún que usted las permita.
- Pero no sé a qué se refiere con que yo las permito, con todo respeto Lic. Blasco, lo que ocurrió allá abajo es el acto más vil y denigrante de discriminación que haya visto. Cómo es posible que esa paciente no quiera dejarse atender por Raquel porque no le gusta su aspecto? Es que es algo fuera de lo normal que en pleno siglo 21 estemos viviendo una situación así de absurda.
- Mire Licda. Ofelia, debe entender algo de una vez por todas, esto es un negocio, aquí tenemos que ser objetivos. La clínica se dedica principalmente al cuidado estético de las personas, entonces no sé justifica que una mujer como Raquel se encuentre atendiendo a las pacientes que vienen por una cirugía estética. Es que la clínica pierde credibilidad. Es absurdo tener una mujer con ese aspecto tan deteriorado en la entrada de la clínica. Todas las analistas son la imagen de la clínica, es lo primero que la gente ve al entrar, por lo que no está bien que tengan que ver a ese ser tan espantoso en la entrada.
- Pero por Dios Lic. Blasco qué clase de persona es usted? No se da cuenta que Raquel es un ser humano? Eso se llama discriminación y eso está penado por la ley. Usted como Licenciado de Recursos Humanos debería dar el ejemplo.
- Ya basta Licda. Ofelia, no le permito que me alce la voz, si usted no se adapta a las normas de la empresa, entonces sería muy conveniente que pusiera su cargo a la orden.
- Me está despidiendo? Es eso lo que me quiere decir?
- En realidad yo no la estoy despidiendo, usted sola se está despidiendo al no querer acatar las normas de la empresa. Y le digo de una buena vez que Raquel tiene que salir de su puesto, ella no está apta para continuar desempeñándose como Analista de Admisión.
- Va a despedir a Raquel por el solo hecho de que no le gusta su aspecto físico? Usted no puede hacer eso, hay una ley que protege al empleado contra la discriminación y usted la está incumpliendo.
- Pues yo no he dicho que la voy a echar de la clínica, yo estoy diciendo que ella ya no va a estar en el puesto de analista.
- Entonces dónde pretende ubicar a Raquel? Ella es una de nuestras mejores trabajadoras, es responsable, puntual, leal y además tiene una Licenciatura en administración, solo que no se le ha dado la oportunidad de escalar un mejor puesto justamente por su aspecto físico, entonces encima de eso la va a bajar de cargo y explíqueme a dónde pretende enviarla?
- Mire Licda. Urbano siento que usted se está tomando esta situación muy personal y considero que esa no es la actitud que usted debe tomar con los empleados, al contrario usted debe estar a favor de la empresa. Así que le agradezco enormemente que trate de ser imparcial y solo dedicarse al trabajo, con respecto a Raquel a partir de ahora que ocupe el trabajo de almacenista, esa es mi decisión.
- Qué? Almacenista? La va a meter en el almacén de la clínica? Pero eso es injusto la está bajando de cargo, eso tampoco es legal.
El Lic. Blasco que ya estaba obstinado de discutir con la Licda. Urbano, le dio un golpe al escritorio y le dijo mirándola fijamente a los ojos:
- Pues esa es mi decisión el almacén o queda fuera de la clínica. Y de gracias a Dios que no le he comunicado este incidente al dueño de la clínica el doctor Eduardo Carrero, porque estoy seguro que él sí estaría totalmente de acuerdo con mi decisión.
El doctor Eduardo Carrero, era cirujano plástico, el mejor en su especialidad, esa clínica la había heredado de sus padres quienes trabajaron duro para fundarla y convertirla en una de las mejores del país. Su padre era al igual que él cirujano plástico y su madre había trabajado como enfermera antes de casarse con su padre, luego con el pasar del tiempo se enamoraron y luego se casaron y decidieron fundar esa clínica que le dejaron en herencia a él que era su único hijo. Pero Eduardo se encontraba fuera del país en un congreso de medicina, él siempre buscaba la forma de mejorar y tener más conocimientos del avance de la ciencia, por supuesto todos esos conocimientos los aplicaba inmediatamente en su clínica y por esa razón era una de las mejores del país.
El doctor Eduardo estaba pronto a regresar al país puesto que estaba comprometido a casarse con una dama de la alta sociedad de la capital, ella trabajaba como modelo era una mujer físicamente espectacular, alta, esbelta, cabello rubio largo, ojos azules, pero solo se había dedicado al modelaje, no había obtenido estudios como tal, sólo vivía del físico y eso la había hecho ganar mucho dinero porque tenía un cuerpo casi perfecto, por supuesto que en parte tenía mucho que ver la mano de Eduardo que le había ayudado a retocarse y mejorar algunas imperfecciones que no la favorecían, para ella lo más importante de todo era verse bien, no en vano su nombre estaba en todas las pasarelas a nivel internacional, se le reconocía como la top model Cristina Moler.
La Licda. Urbano salió de la oficina del Lic. Blasco totalmente devastada, no sabía cómo le iba a dar la noticia a Raquel.
Al llegar al departamento de Admisión, Ana, Sasha y Raquel la miraron entrar con una cara que no prometía ser la de dar buenas noticias, se acercó a Raquel y le dijo:
- Raquel tenemos que hablar, vamos a mi oficina por favor.
Ambas salieron de allí ante la mirada de los demás empleados, Sasha que no quería en lo absoluto a Raquel comentó a Ana:
- Ya lo vi todo, a esa la van a echar de la clínica.
- Pero por qué dices eso? Raquel no ha hecho nada malo para merecer que la despidan, al contrario deberían prohibir la entrada a personas como esa señora, que solo vino a discriminar y a insultar a la pobre Raquel y sólo por su aspecto físico.
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Ya en la oficina de la Licda. Ofelia Urbano….
- ¿Qué pasó Licda. Ofelia acaso me van a despedir?
Ofelia no sabía cómo decirle la decisión que había tomado el Lic. Blasco, porque a pesar de que no la estaba dejando sin trabajo, de igual forma era una humillación bajarla de cargo y más aún cuando ella aspiraba que le dieran el puesto de Coordinadora de Admisión.
- Mira Raquel lo que te voy a decir sé que no te va a gustar, porque yo misma estoy indignada, pero no es una decisión mía, sino del Lic. Blasco, él tomó la determinación de cambiarte de puesto.
- Cómo que cambiarme de puesto? No comprendo, pero a dónde voy a trabajar ahora?
- El Lic. Blasco decidió cambiarte al almacén.
- Qué? Almacenista? Pero cómo? Me está bajando de cargo, además trabajar en almacén es horrible, allí hace un calor insoportable, además de que voy a estar encerrada. Ah! Claro! Ya entiendo, eso es lo que quiere mantenerme encerrada para que nadie me vea. Dios pero qué pecado hice yo para merecer esto? ah claro ya sé, mi gran pecado es ser fea.
Dijo Raquel tapándose la cara y poniéndose a llorar amargamente.
- Dios mío Raquel no sabes cuanto me duele que te pongas así, yo sé que no te mereces esto, pero lamentablemente es eso o quedar sin trabajo.
- No! Yo no puedo quedar sin empleo, no puedo porque mi hija depende de mi, todo lo que yo gano es para mantener mi casa, Dios mío! Pero me van a dejar con el mismo sueldo verdad?
- Ay Raquel lamentablemente no, vas a ganar el sueldo de almacenista, sé que tienes razón en estar así, pero sabes que si por mi fuera yo no aceptaría esta situación.
- Pero Licda. Ofelia el sueldo de almacenista es muy poco, eso no me va a alcanzar para poder cubrir todos mis gastos. Ya de por si el sueldo que ganaba aquí no me alcanzaba, ahora no sé qué voy a hacer. Pero tampoco puedo darme el lujo de quedar sin empleo, aunque lo que está haciendo el Lic. Blasco es muy injusto y además ilegal.
Raquel estaba entre la espada y la pared, para ella era muy difícil poder conseguir empleo en otro lado, porque siempre su aspecto influía demasiado cuando iba a una entrevista de trabajo, es por esa razón que ella había permanecido por muchos años allí en la clínica porque además había conseguido el empleo gracias a Ana que fue quien la recomendó. Era por esa razón que tenía una amistad tan especial con ella, además de haber estudiado juntas en la universidad.
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Comments
EsoTilin 67yukan
me.da coraje ganas de llorar injusto ese tipo q algundia c va a lamentar desgraciado bno all fi es novela pero en la.vida real tambie ocurre a menido
2023-03-29
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Silvana Maria LLanos Cantillo
ay ombe como abusan de sus cargos y violan las leyes
2023-01-20
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Liliana Ledesma
es como Betty en Ecomoda
2022-12-18
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