27/10/2019
Me sentía bastante nerviosa por todo lo que estaba pasando. Había esperado con ansias este día desde que él me había invitado a la fiesta pero ahora ya no me sentía del todo bien. Mi sentimiento no era muy agradable, nunca había estado en una fiesta, es más, ni siquiera sabía cuándo ellos dos se habían convertido en personas de fiestas, él nunca fue así, aunque su actitud haya cambiado ahora no supe en qué momento él se volvió alguien sociable, lo mismo ocurría con Cherry ¿Qué haría ella en una fiesta como esa?
Se había preparado para ello también, había ido a un salón de belleza y se había pintado el cabello de un tono azabache con mechas grises. Ahora tenía un tono negro en el cabello que la hacía verse muy hermosa, sus facciones habían cambiado mucho y el tono de su cabello le habían dado un punto extra a su favor, ya no lucía tan aniñada como antes.
Mientras tanto, yo luchaba con mi físico. Sabía que había cambiado, pero el hecho de que no me avergonzara mi vestimenta ahora me estaba haciendo padecer para poder encontrar algo que estuviera acorde, yo sabía que era guapa pero aún así seguía luchando bastante conmigo misma. No sabía a dónde iríamos, qué clase de fiesta sería ni que debería de usar, la palabra indicada para describir todo era que estaba entrando en una crisis.
—No importa, April. No lo pienses tanto, ponte algo con lo que te sientas cómoda y listo. Por ejemplo, yo solo me pondré un suéter, un pantalón y unos botines. —ella me mostró su conjunto y después se tiró a mi cama, rebotando en esta y cayendo al suelo.
—Deberías evitar hacer esas cosas si quieres evitar contusiones.
—Entendido —dijo con una voz llena de dolor.
—Es diferente en tí, tú te ves bien con todo.
—Te ves bien con lo que traes puesto.
Había escogido algo fuera de lo que siempre usaba. Unos pantalones de mezclilla sencillos, unos botines negros y un suéter negro, no quería llamar la atención pero no me sentía como yo.
—No me siento bien yendo así.
—Ponte lo que siempre usas, eso es lo que siempre usas, solo cambia el lúgubre suéter negro por uno bonito color pastel, como ese que te robé la semana pasada.
—¿El arcoiris?
—Exacto. Corre que se hace tarde.
Hice lo que Cherry había dicho, cambie el suéter negro por uno arcoiris, casi de color pastel, no era mucho el cambio pero al menos quitaba un poco mi inseguridad. Finalmente nos fuimos. Diana nos esperaba frente a la casa en una Chevrolet Cheyenne de color blanco; tenía entendido que era de Demian pero si ella la traía ahora significaba que se la había prestado.
—Sólo a Daryl se le ocurre querer ir de juerga cuando papá está más estresado que nunca ¿Les conté que se está comiendo las uñas? —dijo Diana inmediatamente nos vio mientras arrancaba la camioneta.
—Tiene demasiadas presiones encima.
—Puso los ojos en blanco— Quiere perfección. Tanta que nos está estresando para que tengamos algo bueno que contar durante la cena. Me está presionando para que gane la siguiente competencia ¿Sabes lo estresante que es cuando alguien te dice qué hacer?
—Todo el tiempo, Diana.
Ella condujo por un largo rato hasta que las calles comenzaron a hacerse más solitarias y más oscuras, en un lugar como aquel me daría miedo dejar una camioneta como la que ella traía.
Al bajarnos, pude escuchar los gritos y la música, el estómago se me revolvió de anticipación pero al mismo tiempo de nervios. Un hombre alto que me pasaba por mucho se acercó a la ahora pequeña Diana, ella le entregó las llaves y lo miró de manera amenazante.
—Un solo rayón, Mathews y te meteré un tubo por el culo ¿Me oíste?
El hombre asintió y simplemente se fue. Era increíble como alguien del tamaño y porte de Diana podría intimidar a alguien como aquel hombre. Yo mido 1.72, le pasaba por 12 centimetros, y eso no era tan poco para una chica, Daryl mide 1.90 eso ya es exagerar, ese hombre era el maldito reloj de Londres.
Al entrar a aquel lugar mis sentidos se atontaron por el ruido, después por el olor a tabaco y alcohol, tomé de la mano a Cherry, no quería perderla de vista y sentirme sola, Diana se escabullía entre la gente como una comadreja, de vez en cuando decía palabrotas y daba miradas asesinas, mientras tanto, muchas otras personas nos miraban a nosotras como bichos raros. Al caminar más al centro pude darme cuenta de a dónde llevaba todo eso. Calles vacías y en ruinas llenas de más hombres y mujeres sensuales acompañadas de más hombres.
Había motociclistas por todos lados y entre ellos estaba Daryl. Entendí que no íbamos a la fiesta en sí, sino a una carrera ilegal de motocicletas.
—¡Si pierdes bailaré en tu tumba, desgraciado infeliz! —grito Diana a lo lejos.
Todos los hombres la miraron y comenzaron a gritar y soltar chiflidos con piropos de mal gusto.
—¿Qué te hace creer que moriré? —dijo con una sonrisa burlona en los labios.
—No, yo te mataré.
—Lamento decirte que ya perdí. La carrera es en parejas.
—¡Genial! Dime cuándo mueras, aposté por ti, imbécil.
—Compite conmigo y estamos a mano.
—No me subiré a eso cosa, tengo una competencia y no quiero lastimarme así que tú y tu enorme ego harán pareja.
—Yo lo hago —dijo Cherry.
Yo la miré con los ojos bien abiertos y Diana también, pero Daryl se rió y le hizo una seña para que se acercara.
—¿Estás loco, imbécil? —se exaltó Diana— no puedo cargar con la muerte de ambos, Cherry, piénsalo mejor.
—Suena divertido. —Cherry se colocó el casco y esperó indicaciones.
Yo sentí un mar de sentimientos en mi estómago, no sabía si era miedo por estar metida en ese lugar, por mi hermana o lo peor de todo. Celos.
—Sakurai ¿Es tu novia? —se escuchó una voz masculina que venía hacia nosotros.
—Si lo es o no, no es de tu incumbencia. —dijo él con molestia.
Aquello había sido extraño, no sabía porque me había dolido que no lo hubiera negado.
—El hombre se rio— No me importa, solo para decirte que las parejas tienen que ir de espaldas.
Diana se acercó a Daryl tras escuchar eso.
—Me vale una mierda si pierdo mi dinero, pero Cherry no puede competir en eso. ¿Me has escuchado? Las probabilidades de que ganes no son altas de esa manera, prefiero llorar mi dinero que llorar sus malditas tumbas.
—No exageres.
—¡Deja tu maldito ego! Cherry, no seas imprudente.
—¡Pero quiero hacerlo!
Cherry y Daryl se vieron a los ojos, parecían discutir mentalmente la situación, Cherry suspiró y me encaró.
—Ya lo he hecho antes. No es la primera vez, confío en Daryl, estaré bien.
Aquello me descolocó y ella lo supo por mi mirada.
—No, no es lo que…
“Un último anuncio, concursantes. Requieren de dos parejas para poder participar, noche sorpresa. Carrera de relevos"
—No quiero mi dinero de vuelta, así que dejen de hacer el ridículo y vámonos de aquí antes de cometer un homicidio.
No comprendí del todo lo que estaba sucediendo, pero sí entendía que Daryl y Cherry necesitaban a alguien más para competir.
—April —me llamó Cherry.
Yo la miré, sus ojos de súplica solo podían significar una cosa, pero yo no quería morir ese día.
—Estás loca —le dije.
—Por fin alguien está cuerdo.
Diana se fue, se sentó en unos asientos colocados en una especie de gradas dónde muchos hombres comenzaron a coquetearle y ella los ignoró.
Daryl se acercó a mí y me alejó de Cherry de manera que no pudiera escuchar.
—Caramelo…
—No, Daryl. No puedo, no soy tan valiente como Cherry.
—Hey —levantó mi rostro con su mano izquierda, me miró directo a los ojos y con su dedo pulgar acarició mi labio inferior— Recuerdo a alguien jurarme quedarse conmigo, te dije que estarías a prueba ¿No es así? Hay muchas cosas que no conoces de mí, está es una de ellas ¿No lo aceptas?
—No es eso, no me importa si lo haces pero yo no puedo hacerlo. Sé que lo juré pero yo no…
Hizo una nueva de disgusto y se comenzó a alejar de mí.
—Es una lástima, creí que íbamos por buen camino.
Me tomó unos segundos comprenderlo, si no lo hacía, perdería el poco progreso que llevaba pero no sabía si valía la pena. ¿Y si moría? No, yo confío en Daryl. Pero los accidentes pasan, no es una carrera limpia. Es ilegal.
Me dió una última mirada y me dió la espalda pero antes de que siguiera avanzando yo lo detuve.
—Está bien, lo haré.
La sonrisa en su rostro era de completa satisfacción, se regresó, dió un ligero beso en mis labios, apenas perceptible y se fue al lado de Cherry, yo lo seguí, tenía que entender que es lo que haría.
Después de que me hubieran explicado todo entendí que si moría ni siquiera me dolería, eso me alivió pero no del todo. Las cosas sería que Daryl daría la primera vuelta con Cherry y al llegar aquí ella bajaría y él daría una segunda vuelta. Los dos discutieron sobre que era lo mejor para mí como si no existiera, si iba la primera vez significaba ir de espaldas y las probabilidades de soltarme eran mayores. Si iba la segunda vez podría ir de frente pero las probabilidades de que nos estrellaramos eran al doble, ojalá alguien pudiera tomarme una foto para saber que tan pálida estaba.
La carrera estaba a punto de comenzar, Daryl estaba en la línea de salida, temía por Cherry pero no sabía si estaba bien, ella lucía divertida y llena de emoción. Aún ni se había agarrado cuando ya estaban cobrando para la hora de salida. Cuando lo hizo colocó sus manos alrededor del abdomen de Daryl quien estaba inclinado hacia enfrente, no sabía qué tan cómodo sería eso, pero ella no se veía preocupada.
Cuando comenzó, simplemente ví su cabello volar con el aire en la velocidad, la mata oscura hacía mella en todo eso hasta desaparecer. Rezaba para mis adentros que no se soltara.
Tras un tiempo que se me hizo eterno y gritos ensordecedores, escuché el ruido del primer motor, el primero en llegar se estaba acercando, para mí desgracia, no era Daryl si no otro hombre, bajó a la chica que estaba con él y la segunda hizo su intento, pero iba tan borracha que no podía subirse, en ese momento llego Daryl haciendo una gran nube de polvo cuando comenzó a frenar. Cherry se bajó casi a tropezones y yo me subí a tropezones, apenas me había sostenido cuando él ya había arrancado así que temí por mi vida y maldije a todos sus ancestros, apenas miré hacia atrás pude ver a una Cherry de rodillas con el cabello revuelto y levemente mareada que extendía los pulgares.
Yo coloqué mi rostro en su espalda y me aferre la ropa que él traía puesta. Fue para mí, el viaje más largo de la vida. Así que no me percate de cuando llegamos hasta que sentí la mano de él sobre las mías que se aferraban a él.
—Ganamos, caramelo, y sigues viva.
—Te voy a joder la existencia después de esto. —le dije mientras me soltaba poco a poco.
—El que te va a joder seré yo y no la existencia precisamente.
—Pervertido.
Él se giró levemente hacia mí y me besó con desesperación, yo aún seguía algo mareada pero pude seguirle el juego, el problema es que no me percaté de con quién estábamos.
—Me importa un rábano si se pasan el ADN ¿Me oyeron? —interrumpió Diana— pero no vuelvan a jugar con mi estabilidad mental de esa manera, vine con dos personas y me iba a ir sola. Ahora, quiero mi parte del dinero, trío de idiotas.
…..
—500 dólares para cada uno, compro su silencio, su trabajo, su disponibilidad y su inutilidad —miró a Diana.
—Aposté por ti, estoy recuperando lo que invertí. Es hora de que nos vayamos. Nos estamos viendo. Mueve ese trasero, Daryl. —Diana arrancó la camioneta después de despedirse y se fue.
—Te veo adentro —me dijo Cherry.
—Tengo que hablar contigo.
Ella sonrió incómoda y se fue corriendo.
—Tengo un buen apodo para ti en base a algo que he descubierto cada vez que te beso.
Esperé a que dijera otra cosa pero lo único que hizo fue apegarme a su cuerpo y dejar un ligero beso en mis labios.
—Lo sabrás después. Es hora de que vayas a dormir.
Esperaba más pero no pedí más, así que simplemente me despedí y caminé directo a la casa donde al entrar a mi cuarto ví a Cherry sentada en mi cama esperándome.
—Habla.
Ella suspiró.
—Fue en un momento de crisis existencial, me escapé de casa una noche, él me llevó y fui imprudente, lo sé… fue divertido y de vez en cuando iba con él. Me gustan las carreras pero no iba tan seguido como crees. No estés celosa.
—Me importa poco si tienes algo con él o no. Me preocupo por ti y no puedo creer que no me dijeras.
—Debes admitir que estás celoso, no tendría nada con él ni aunque me pagarán, me besó pero no pasó de eso.
—¿Cómo que te besó?
—¿Ves que si estás celosa?
—Cherry…
—¿Recuerdas cuando dijo que se había golpeado en la nariz? —asentí— yo lo golpee por qué para molestarme me besó. Además a mí me gusta alguien más, es de la universidad… es o era el amigo de Daryl, el ahora guapo y musculoso chico con ojitos de Bambi y sonrisa bonita. Lo he visto vagar por ahí pero nada más, nada del otro mundo.
—Cherry… nunca me dices las cosas.
—Te las estoy diciendo ahora… nunca más pasará esto, lo prometo.
Debía admitir que si tenía celos, porque a pesar de todo, me sentí fuera de lugar y comparada con Cherry, yo no era nada aunque también, sentí que el día de hoy no había tomado una decisión por mi misma, sino que había Sido... manipulada.
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