Tratar de olvidar

🗨️Después de recoger mis cosas, y recibir el dinero, me despedí de María que trataba de no llorar, Emilio me llevó hasta el hospital, me dio su número al igual que María por si algún día los necesitaba.

Mi madre ya está mucho mejor, en poco tiempo saldrá de la clínica, lleva ocho meses hospitalizada, ha tenido varias crisis, entró dos veces en coma diabético, ella es una guerrera, es la mujer más fuerte que conozco.

Los médicos no salen de su asombro, no hay muchas historias de personas que resistan todo lo que mi pobre madre ha soportado.

Llegó y está despierta, su sonrisa me hace olvidar mi tristeza, quiero verla siempre así, tranquila, sonriente, hermosa.

—Hola mamá, le digo poniendo mi mejor cara, las marcas de los golpes ya casi no se notan así que los tape con maquillaje.

—Mi niña estás hermosa, cuéntame ¿cómo estás? Quiero salir de aquí, debo ponerme bien, yo debería ser la que trabaje, ejercer mi carrera y cuidar de ti, debemos buscar un sitio donde vivir, yo tengo algunos ahorros que nos permitirán sobrevivir unos meses.

🗨️ Mi no tiene idea de cuánto tiempo ha pasado desde que fue internada en la clínica.

—Tranquila mami, no te esfuerces, estoy bien, yo me encargo de buscar una casa para las dos, la señora Esther se va del país con su familia y me ha dejado una buena indemnización.

— Pero no es justo es dinero que tú te has ganado, no puedo permitir que lo gastes en cosas para la casa, tú eres mi obligación.

—Mamá por favor, soy tu hija, tu única familia, no pienso desampararte, lo único que me importa es que tú estés bien, que te recuperes y que no me dejes sola.

—Hija, la vida ha de compensar tu esfuerzo, no todos los hijos hacen lo que tu has llegado a hacer por mí.

🗨️ Estuve con ella un buen rato, escucharla tan animada me dio alegría, no soy capaz de contarle lo sucedido y nunca lo haré.

Salí de la clínica y pasé por la casa de patty hablamos un buen rato con su tía y luego salimos juntas a visitar algunas casas.

Al final nos decidimos por una de dos pisos, tenía tres cuartos, una gran sala, una cocina inmensa, buen patio y un jardín donde sembraría muchas rosas para mi madre.

La buscaba de alquiler, pero el asesor me explicó que estaba en venta y si se vendía ellos me ubicarían en otra parte, cuando me dijo el precio de venta y el descuento que me ofreció si yo me quedaba con ella, no dude en comprarla, la señora Elizabeth me había dado el triple de lo que valía la casa.

Cerramos el negocio, Patty, su tía, Emilio y María, me ayudaron a organizar y a decorar la casa, me sentía feliz a pesar de los malos recuerdos.

María y emilio se irían muy pronto a sus países de origen, la señora Elizabeth les dio suficiente dinero para iniciar su propio negocio, por lo que ya no era necesario seguir trabajando para otros y que mejor que volver a su país.

Mi madre ha mejorado lo suficiente para que le autoricen salir de la clínica, hemos organizado todo para darle la bienvenida, Emilio nos recoge y en la casa nos esperan Patty con su tía y María.

Llegamos y ella no salía de su asombro,

—Hija estoy orgullosa de ti, mira todo lo que has hecho, el alquiler de esta casa debe ser muy costoso, más mi estadía en la clínica, desde que tu padre murió has tenido toda la carga encima.

—Madre no te preocupes por nada, la casa es nuestra, estaba a un buen precio y la compré, parte la indemnización que me dieron por mi trabajo la invertí en la casa.

En cuanto a la clínica, siempre la pagó la señora Esther, me hubiera gustado que la conocieras, habrían sido buenas amigas, ella dice que mi padre nos sigue cuidando desde el cielo, que no ha puesto ángeles en el camino.

Ahora vamos te muestro la casa y luego a cenar.

🗨️Todo salió muy bien, mi madre está contenta, se ve mucho mejor, María preparo una cena muy saludable y aunque mi madre extraño el postre, lo mejor es no correr riesgos.

Después de la cena mis amigos se fueron y mi madre subió a descansar. Era hora de empezar de nuevo y tratar de olvidar lo vivido.

Días después María me llamó, tenía buenas noticias para mi.

—Carolina le hablé de ti a mi hermana y me dice que puede ayudarte a entrar a trabajar donde ella está, el trabajo es en la cocina, no sé si te le midas.

—María te lo agradezco de corazón y claro que me le mido, por tener a mi madre bien haré lo que sea.

En los siguientes meses trabaje con la hermana de María, ella es chef y yo me había convertido en su ayudante de cocina.

Los medicamentos de mi madre son muy costosos y tengo que evitar gastar de los ahorros, por eso trabajaba con amor y cuidado junto a Elsa.

Mi cumpleaños número dieciocho llegó, mis amigos y mi madre me dieron una sorpresa, extrañaba mi padre, pero era feliz con la familia que tenía ahora.

Llevo cuatro meses en mi nuevo trabajo me voy temprano, antes del amanecer, cuando salgo de casa mi madre aún duerme, le doy un beso y salgo muy rápido la ruta pasa a recogerme a las 5:30 am.

Llego a mi lugar de trabajo, el club campestre más importante de la ciudad, nuestro lugar de trabajo es la cocina, no tenemos contacto con la gente que lo visita.

Es casi mediodía y mi celular empieza a sonar, le pido permiso a Elsa para salir a contestar, es mi madre quien me llama, le devuelvo la llamada y es un hombre que contesta.

— Hola madre mía.

—señorita Carolina su madre acaba de ingresar al hospital necesito que se presente inmediatamente.

Me quito el uniforme y salgo corriendo, tomó un taxi, al llegar al hospital me reciben con varios papeles por firmar, sale el médico y me informa que mi madre será remitida a una clínica, necesita un trasplante, el valor de la cirugía es monumental.

Con los ahorros que tengo, solo cubro el traslado a la clínica y una buena atención, tengo un mes para reunir una cifra de muchos ceros a la derecha.

Llevo dos días en la clínica, mi madre aun no reacciona a los medicamentos, su páncreas produce muy poca insulina y sus riñones están saturados.

Me he quedado dormida en la silla que está al lado de la cama de mi madre, mi teléfono suena y despierto con sobre salto, es Elsa me informa que fui despedida, por más que trato de explicar los motivos no pudo hacer nada para evitarlo.

Voy a mi casa me doy un baño me pongo algo cómodo y vuelvo al hospital, el médico me informa que por seguridad mi madre estará sedada, que eso me dará tiempo para reunir el dinero.

Mi búsqueda de empleo no da resultado, he caminado durante una semana buscando oportunidades.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Hoy hace un sol radiante y mi cuerpo se siente cansado, casualmente paso por el parque a donde me llevaba mi padre cuando me enseñó a montar bicicleta.

—Papito ayúdame, no me quiero quedar sola—digo mirando al cielo, buscando una señal de ayuda.

En ese momento pasa una señora muy elegante y su tacón se parte, haciendo que esta caiga de bruces, logró sostenerla antes que golpee su cabeza con el borde del andén.

Después de tirar el zapato a un lado, se para un poco asustada y se sienta en la banca donde minutos antes yo estaba sentada

—Muchas gracias, mi niña, mi nombre es Damaris Villa Diego, como se llama el ángel que me salvo de romper mi cabeza, puedo decir que te debo la vida.

— Mi nombre es Carolina Foster y no me debe nada, yo solo hice lo correcto, no me hubiera perdonado si usted se hubiese pegado con el anden en la cabeza, el desenlace podía haber sido fatal.

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