De nuevo en la suite del Pacífic hotel, un muy molesto CEO recorría la estancia de un lado a otro celular en mano y dando órdenes sin parar. La hora de llevarle el desayuno había llegado; sin embargo, ninguna de las empleadas quería cumplir con esa tarea porque era sabido que cuando el señor Harper estaba de mal humor se desquitaba despidiendo al primer empleado desprevenido que se le cruzara, ya sea por alguna razón justa o simplemente porque no le gusto la cara que traía ese día. No obstante, alguien tenía que hacer la tarea, así que la jefa de mucamas envió a la más nueva, la pobre mujer se encomendó a Dios y subió a cumplir con su trabajo, golpeo la puerta, pero nadie respondió al llamado, adentro solo se escuchaba a un furioso Harper descargar una sarta de insultos sobre uno de sus empleados, al parecer era su guardia de seguridad, golpeo de nuevo y finalmente la puerta se abrió. La mujer entró deseando ser invisible, el jefe de seguridad era regañado igual que un niño, su semblante se veía más duro que una roca y su piel estaba roja como la grana.
_ Se supone que eres el guardaespaldas más experimentado de la ciudad, gasto una fortuna por tus servicios y con toda tu experiencia, ¿permitiste que una muchachita se te escape por entre tus narices? ¿Ninguno de tus empleados fue capaz de ver nada raro?
_ Señor, déjeme decirle que es la primera vez que me pasa algo así, mi equipo y yo…
Pero no alcanzó a terminar la frase cuando Adam Harper dio su sentencia final.
_ Tu equipo y tú están despedidos. No los quiero más cerca de mí. Lárgate, un perro cuidaría mejor de mis cosas.
_ Pero señor Harper, llevo años al servicio de su familia y…
El señor Harper no lo miró, solo le extendió un cheque con una cuantiosa suma y dio por terminada la conversación. El jefe de guardaespaldas tomó el cheque y al ver la suma, que no era poca, no dijo nada, pero para sus adentros juro que algún día se vengaría de él por humillarlo de ese modo.
Luego Adam miró la comida que le habían traído y de manera seca pregunto:
_ ¿Qué es eso?
_ Su desayuno Señor- respondió la mujer con timidez
Probó el café y la cara que hizo le dio a entender a la mujer que ahora su era turno de recibir una reprimenda.
_ El café está frío, todo el desayuno está frío. ¿Qué no pudiste traerlo más rápido? Tú también lárgate que no quiero volver a ver tu cara en este hotel.
Dicho esto la mujer pidió disculpas para luego salir llorando y casi corriendo de la habitación, no deseaba volver a ver ese monstruo en lo que le quedara de vida.
Por la puerta de la suite ingreso un hombre joven, casi de la misma edad del CEO, era alto, de cabellos negros ondulados que mantenía peinados con un elegante corte estilo ejecutivo, usaba lentes y se notaba que era alguien muy intelectual. Su nombre es Leyton Davies, ha sido el asistente personal de Adam desde que este se hizo cargo de manejar la corporación de la familia, además de ser el único amigo que tiene, se puede decir que es como una parte de él. A pesar de todo el malestar que había en el ambiente, Leyton caminaba tranquilamente con sus manos en los bolsillos, el mal humor de su jefe parecía no afectar en lo más mínimo, tal vez porque era su mano derecha y confidente, o tal vez porque lo conocía a la perfección y sabía cuál era su lugar en esa historia, que no se sentía intimidado como es resto de los empleados.
_ ¡Buenos días, señor Harper!, al parecer no tuvo la noche que usted esperaba.- le dijo con algo de sorna en la voz.
_ Déjate de bromas Leyton, que no estoy de humor para tus chistes.
Leyton sacó las manos de los bolsillos y las colocó frente a él como quien se ataja de un golpe, luego le dijo:
_ Okay. No te enojes conmigo. ¿No pensarás despedirme como al resto? Sabes bien que sin mí no durarías ni un día a salvo en esta jungla de cemento, lo único que me falta por hacer es lavar tu ropa interior.
_ ¿Qué es lo que quieres? O solo viniste aquí a burlarte de mí. – le dijo Adam ya un poco más distendido.
_ Tu señor padre me mandó a decirte, ya que no le contestas las llamadas, que debes viajar ahora mismo a Japón. Hay unos negocios que se están saliendo de control y la corporación perderá millones si no vas a arreglar las cosas personalmente.
Adam golpeó la pared con el puño cerrado y soltó una cantidad de maldiciones, la noticia no podía llegar en peor momento. Su asunto con Ami tendría que esperar y eso lo volvía loco.
_ ¿Es que mi padre no puede mandar a otro? Yo estoy en medio de un asunto muy importante que no puede esperar.
_ Si tu señor padre se entera de que no quieres viajar por andar detrás de un par de piernas, tú la pasaras muy mal y la muchacha peor.
_ No, Ami es mía, yo viajaré a resolver el asunto y tú mantendrás a mi padre lejos de la chica. – dijo con un tono de preocupación en la voz, no deseaba que algo malo le pasara a la muchacha, él aún no terminaba de jugar con ella.
Ya había pasado el mediodía, Amira seguía durmiendo en la misma posición que la dejó su amiga. En tanto, Sabrina cocinaba algo más elaborado que de costumbre porque quería que su amiga al despertar se alimentara bien debido a todo lo vivido. Por otro lado, también empezaba a preocuparse porque el novio de Ami no daba señales de vida. En eso estaba pensando cuando de pronto sonó el timbre de la casa, así que corrió a atender pensando que podría ser Alex. Al abrir la puerta vio a alguien que no conocía, pero al ver la forma en que vestía entendió de parte de quien venía. El hombre se presentó luego de saludar a la joven muy cortésmente diciéndole:
_ Buenos días, mi nombre es Leyton Davies, soy el asistente del señor Harper y he venido a hablar con la señorita Amira ¿podría usted avisarle que estoy aquí?
Sin esperar a ser convidado a pasar, entró a la casa, observando todo a su alrededor, el hombre era educado al hablar, pero arrogante en las actitudes, y Sabrina, por otro lado, era alguien que no se caracterizaba por tener una personalidad dócil o paciente, así que en cualquier momento se produciría un choque entre esos dos.
_ Y ¿Cómo sabe que no está hablando con ella?
_ Porque sé muy bien que usted es Sabrina, la mejor amiga de la señorita Amira y estudiante de medicina, comparten el departamento porque se conocen desde muy niñas. Puedo darle más detalles de lo que sé de ambas.
Sabrina abrió la boca sin querer por la sorpresa de tanta invasión a la privacidad y pensó:
_“Mierda, esta gente es muy peligrosa” “¿En qué te metiste amiga o en que te metieron?”
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Comments
Helena Ramirez Vargas
Ese medio hermano es un maldito como dar en prenda a su medio hermana para vivir con lujos es un sinvergüenza igual que su mujer
2023-12-04
3
Marleys Sofia Cervantes
con familia así para que enemigas
2023-04-30
5