capitulo 11

*AZUL*

Emmett y Emma se ponen de escudo cuando ven que el sujeto se acerca a mí.

Yo Estoy débil, apenas puedo sostener mi cuerpo, mis párpados pesan como nunca antes. En este momento creo que voy a morir.

En un momento mis tíos comienzan a pelear con el sujeto el cual le va ganando, gastando mis últimas fuerzas me coloco entre el sujeto y mis tíos.

— Alto— digo casi en un hilo de vos, el sujeto quien supongo que es el príncipe del infierno, me toma del cuello levantándome como si nada.

— Fuiste tú— dice entre dientes.— Quiero que descongeles mi infierno o mato a cada persona de este pueblo.

— No sé dé lo que hablas— digo casi en un susurró, él está haciendo tanta presión contra mi cuello que podría romperlo en cualquier momento.

— No juegues niñita, descongela mi reino.

— No sé dé lo que hablas.

— Te lo voy a mostrar— En un momento me encontraba envuelta en fuego infernal, cuando pensé que esta por quemarme yo cierro mis ojos, pero cuando los abro ya no me encontraba en mi reino.

— Donde estamos— él suelta su agarre.

— El infierno— él me empuja para que yo camine, yo apenas puedo sostenerme de pie.

— Descongela el infierno, sentí tu don y sé que eras la única tan fuerte como para hacer esto. Otros vampiros nunca podrían, su don los consumiría antes.

— No sé cómo hacerlo— yo caigo al suelo al no poder ponerme de pie.

— Haslo ahora! O todos en tu mundo morirán. Empezando por los que quieres y con cada persona que hablaste o tocaste, voy a torturarlos asta la muerte— Yo siento mi sangre helada.

— No sé cómo hacerlo!!— grito con frustración. En un momento veo al mismo hombre llego con este sujeto.— ¿Eres el diablo?

— No te importa.— el hombre se acerca a él y le susurra algo, que puede ser inaudible ante los oídos de los humanos Pero no para un vampiro.

— Señor... Ella no puede morir.

— Porque?

— Porque usted la necesita.— el tipo me mira— Ella es su compañera.

— Es imposible ella es solo una híbrida inútil, mírala— no voy a mentir me siento realmente ofendida.

— Lo sentí señor, pude sentir como la presencia de usted cambio ante ella.

— No me importa quien sea, si no descongela mi infierno voy a asesinarla.

— Ya dije que no puedo hacerlo— Ambos me miran.

— No es de buena educación escuchar las conversaciones de los demás.

— Niña descongela el infierno.

— No sé cómo lo congelé, no sé cómo los invoqué, no sé que paso.— digo rápidamente.

— Señor, ella está diciendo la verdad, pero solamente una parte.

— Que hiciste antes de invocar al fuego infernal?.

— Trate de que todo se congelará, trate de que no nada más ese bosque este cubierto de nieve.— Mierda... Mierda.— Tienen que llevarme otra vez a mi mundo, yo no puedo hacer nada aquí— Samael me vuelve a tomar del cuello, ya no me siento tan débil como antes y aprovecho eso para separarme de él.— No vuelvas a tocarme, ahora quiero volver a mi mundo.

— Ya dije que no— Una ola de enojo pasa por todo mi cuerpo, si piensa que voy a temerle por ser el príncipe de las tinieblas, está tan equivocado el maldito.

— Que me saques de aquí!— gritó con enojo, una bola de fuego negro se formó en mi mano— Sácame.

— O que pequeña híbrida? Soy el diablo no puedes hacerme nada.— Yo le tiró la bola de fuego, la cual no le hace nada.— Yo me cree en el fuego, niña.— Cada vez estoy más enojada, quiere que descongele su infierno está bien.

Yo clavo mis manos en el suelo congelado del infierno, y hago que mi enojo crezca más. Unas llamas que cubrieron todo el suelo salieron de mí, pero fueron en vano porque no funcionó. Lo vuelvo a intentar y otra vez siento como todo en mí, se vuelve pesado.

Yo siento como todo da vueltas, lo único que hago es seguir intentando descongelar el suelo asta que, caigo desmayada.

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