Prólogo

Les contaré un poco de mi vida. Mi nombre es Shaina Gómez García, tengo 20 años, soy de piel color caramelo tentación, ojos café oscuros, cabello castaño claro, no tengo cuerpo de modelo, porque soy curvilínea, pero igual me gusta lo que veo.

Actualmente termine de estudiar un curso de Gestión que duró aproximadamente 2 años, de los cuales seis meses fueron de prácticas dónde hice nuevos amigos y otros que no. Hace unos días termine mi práctica y estoy en busca de trabajo.

Vivo con mis abuelos, mi madre y mi tío, aunque él no se encuentra en estos momentos con nosotros, pues se fue a buscar nuevas oportunidades y se encuentra lejos, de mi padre ni hablaremos ya que nos abandono desde que era pequeña.

Me encanta la naturaleza, los animales, la música clásica y de los ochenta, dibujar y ver series coreanas. Tengo dos mascotas un perro que llamo Scott y una gata que adopte que apareció por dónde vivo y la llamé Michi.

Estudié el idioma ingles y lo manejo excelentemente, ahora estoy en el aprendizaje del idioma francés, me gustan los niños, tal vez en algún momento estudie pedagogía infantil.

Desde hace un tiempo estoy en la búsqueda de mi primer amor, llamado Carlos Pérez, al cual cariñosamente le decía Carlitos, resulta que el fue mi amor de la infancia, como todos los niños me confesó su amor, pero sentía que éramos muy chiquitos, aún así, no había día que no me diera detalles y me lanzará miradas, el era un niño tímido con todos, excepto conmigo, era lindo, tenía un corte de cabello honguito, ojos color café oscuro y piel blanca, en ese entonces tendríamos alrededor de seis años aproximadamente.

En ese tiempo vivíamos en Ciudad D y por cuestiones de trabajo de mi abuelo y mi madre, nos mudamos a Ciudad L, y en ese momento perdí contacto con él, mi primer amor.

A pesar que ha pasado tanto tiempo, aún lo recuerdo y me imagino como se vería en este instante, debe ser un hombre guapo, alto, con músculos bien definidos, con un nuevo corte de cabello, menos tímido y esos hermosos ojos cafés que me hipnotizaba.

De vez en cuando regreso a Ciudad D, para visitar a mis abuelos y lo he buscado pero sin esperanza alguna, pero no pierdo la fe. Quiero encontrarlo.

Pero también tengo claro que tal vez, en estos momentos ya tenga pareja y quién sabe también hijos. Pero me conformaría con verlo una vez mas, he invitarlo a un café y poder platicar con él, saber un poco de lo que ha sido de su vida y si él también al igual que yo, no olvida ese tiempo de infancia.

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