Cena II

Kenan:

Estaba terminando de abrochar los botones de mi camisa de color blanca, aunque dejé dos de estos sin abotonar, estaba observándome en el espejo mientras trataba de acomodar mi cabello, hasta que un toque en mi puerta hizo que dejará de observarme en el espejo dejando mi peinado en medio del proceso, me acerqué a la puerta y tomé el pomo girando este para abrir la puerta, pude observar a mi madre frente a mi.

Ella me sonrió de una manera emocionante.

-Pero que guapo estas hijo, ya veo de donde sacaste esa belleza que te cargas - Me dijo mientras se señalaba a  ella misma, solté una carcajada, y la mire con diversión.

-Primero todavía me falta terminar de vestirme y segundo lo que tú digas, mamá - Le dije y me di la vuelta para caminar hacia el espejo.

Otra vez.

Me harté de mi cabello y lo dejé así mismo,  luego tomé el saco que se encontraba sobre mi cama y me lo puse, esté era de color gris.

Luego de habérmelo puesto me acerqué al espejo para peinar mi desordenado cabello.

Otra vez

Es que me daba algo de frustración tenerlo desordenado, no me gustaba aplicar cremas a mi cabello lo tenía al natural y eso me gustaba pero en otras ocaciones me molestaba tener que acomodarlo a cada cinco minutos, tenía mi cabello de color castaño y algo crecido pero no lo quería cortar tenía algunos rulitos cayendo por mi frente y sentía que me daba una aspecto algo tierno.

Algo dentro de mi estabs cambiando, mi actitud ya no era algo malvada o irónica hasta sarcástica ahora me sentia pleno y completo de alguna manera me sentía bien y...feliz.

Mordí el ingenio de mi mejilla y negué.

Me coloqué también un poco de perfume en mi cuello y luego dejé el perfume sobre mi mesa de noche, luego me giré hacia mi madre que me miraba con atención.

Ella se fue a sentar en un sillón que estaba al lado de mi escritorio, luego puso una cara seria y eso hizo que la mirará de forma inexpresiva por un momento.

-¿Sabes que hoy es una noche muy importante para tú padre?, Verdad?- Me preguntó algo que ya sabía.

Yo metí mis manos en mis bolsillo y asentí ladeando mi cabeza hacía un lado.

-Si lo sé, ¿Porqué me lo preguntas?- le pregunté con voz confusa.

-Es que quiero que te comportes y...- Empezó a decir Solté un bufido de molestia, siempre que hay una cena importante me dice el mismo sermón y eso me enojaba de cierto modo.

Ya tenía la edad suficiente y sabía lo que hacía.

Pero ella me trataba como si todavía fuera un niño.

-¡Detente!- Le dije mientras alzaba mi mano para que guardará silencio, mi madre me miró con sus ojos entrecerrados- Mamá por Dios ya no soy un niño yo sé como tengo que comportarme- Le dije mientras movía mis manos -No me lo tienes que repetir siempre-

-Si lo sé y lo siento, pero es que....- La volví a interrumpir colocando una mano en su hombro.

-Se que quieres que todo salga bien pero relájate, todo va a salir bien-Le dije, ell asintió soltando un suspiro -Tampoco es como si fuera a venir el presidente- dije con evidente sarcasmo, ella sonrió, y se levanto del sillón-, simplemente es un señor y su esposa junto con sus hijitos los que vienen y no es algo fuera de lo común-

¿Quien será aquel amigo de mi padre?.

En sí, mi padre tenía a muchos viejos amigos y conocidos y no tenía una idea clara de quien pudiese ser el señor que iba a venir hoy.

-Esta bien yo solo venía a ver que estuvieras listo pero ahora voy a ver que hace tú hermana, Natalia se demora mucho cuando se trata de arreglarse- Me dijo y yo asentí ella salió de mi habitación cerrando la puerta detrás suyo, suelto un sonoro suspiro, y me acosté sobre mi cama.

Sabia que podía arrugar el traje pero no me interesaba en lo absoluto, yo solo quería que esa estúpida cena acabará pronto para que pudiese dormir en paz.

Jugaba con mis manos, me sentía de alguna manera ansioso e intranquilo.

Sentía que algo estaba por pasar pero...¿Que cosa?.

Mi celular comenzó a sonar y lo tomé sin ver quién me habia llamado.

-Hola- Hablé de manera seria mientras me sentaba.

-¡Kenan mi amor necesito que vengas conmigo ahorita mismo!-  Otra vez esa chica.

Pase una de mis manos por mis sienes.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que no soy tú amor?, Tamara lo nuestro es solo por un momento de placer y ya, yo no soy tú novio y ya entiendelo de una maldita vez- Escuche que soltaba una exclamación por la otra línea.

-¿Porqué me haces esto?, kenan tú sabes que yo te amo, te quiero conmigo ahorita mismo, te necesito mucho, cariño-

Dios...¿Porqué me tuve que juntar con esa chica?.

-Tamara ahorita mismo no me interesa nada de lo que digas, no te quiero cerca de mi- Afirme.

Y mire hacia mi ventana.

-Pero a katia sí puedes tenerla cerca de ti...¿Verdad?, a ella si la dejas estar contigo dime de una maldita vez cuando te cobra por un momento de placer...ella te quiere alejar de mi y eso no lo voy a permitir-

Sentí mi sangre hervir.

-Katia no es como tú, ella no busca un momento de placer cada cinco minutos como tú lo haces y además ella no va detrás de cada cosa que tenga pene, ella si es una  buena chica y tú eres todo lo contrario a ella, no te metas con katia...Tamara porqué entre las dos ella es mejor que tú- ¿Que rayos estoy diciendo?.

Debería de callarme pero Tamara me había echo enojar.

-Katia no es más que una maldita zorra roba novios, ella no te va dar nada de lo que yo te ofrecía, esa maldita chica llegó a nuestras vida para arruinarnos..¿Acaso no lo entiendes?, Ella solo busca tener atención y sabiendo que eres el chico popular se acercó a ti, Katia solo es una buscona...-

Ahora sí me había echo enojar.

-Aqui la única buscona y zorra eres tú, ¿Acaso no entiendes que yo jamás estaré contigo?, y katia no llegó a nuestras vidas para arruinarlas, ella llegó a mi vida para poder reaccionar y alejarme de personas como tú, ella es la persona que me está haciendo ver que no todo es perfecto, katia es la chica que me está haciendo ver lo ciego que estoy siendo, ella es el Ángel que yo necesitaba en mi vida...- Y colgué con algo de frustración.

No sé si había dicho más de la cuenta pero no me importaba.

(***)

katia:

Estaba viendo mis redes sociales, ya que, estaba muy aburrida y además el camino hacia la casa de el amigo de mi padre se me hacía eterno.

-Papá, nunca nos dijiste como era el nombre de tú viejo amigo-Le dijo mi hermano y eso basto para que dejará de hacer lo que estaba haciendo con mi celular y prestará atención a la conversación .

Era muy curiosa en algunas ocasiones.

- Si es cierto papá nunca nos dijiste como se llamaba tú amigo- dije uniendome a la conversación, mi padre sonrió y negó.

Lo pude observar por el espejo retrovisor.

-Chicos tampoco insistan va a hacer una sorpresa- Nos dijo con voz divertidad y mi madre rio.

-¿Una sorpresa?- pregunte junto con Marcus, lo que provocó que nos fulminaramos con la mirada.

-Si chicos además no es nada importante solo es un viejo amigo y socio de la empresa, con esta cena esperamos cerrar un importante contrato -Nos dijo mi mamá la mire a través del espejo, ella estaba en el puesto de copiloto.

-Si eso dicen- dije bufando mientras me acomodaba más en el asiento, volví a enceder mi celular para luego volver a mis redes sociales.

Después de esa mini platica nadie volvió hablar o decir algo.

(***)

Pasaron creo yo que unos tres minutos, cuando mi padre dijo que habíamos llegado, me fije en la ventana y mi boca formó un perfecta " O ", no podía creer lo que veía.

Una casa que digo casa...MANSIÓN así en letras mayúsculas, una mansión de ensueño estaba frente a mi.

Era hermosa, tenia un estilo moderno muy peculiar,  una mansión muy grande creo yo que es de tres pisos, por fuera estaba pintada de blanco, se veían algunos balcones.

Mire hacia alrededor y este tenía un hermoso jardín.

Mi padre interrumpió mis pensamientos, ya que, cuando me fije él estaba esperando que saliera del auto, me apresure y salí tan rápido que casi caí al suelo pero me pude controlar cuando llegué a tocar el piso, Marcus me miró y soltó una carcajada, llegué hasta donde estaba y le di un pisotón con mis tacones, sonreí victoriosa y le guiñe un ojo.

Él trago en seco y se tocó su pie lastimado.

-Ustedes dos...- Nos reprochó nuestra madre mirandonos seriamente -, Espero que se comporten bien o ya verán - Nos dijo, rodé los ojos y asenti, mi hermano todavía aguantando el dolor dijo en un susurro "Esta bien".

-Entonces vamos es hora de entrar..

-Nos dijo mi padre tomando de la mano a mi madre y caminando hasta la entrada de la mansión los seguí a pasos lentos.

No sabía que me pasaba pero de un momento a otro mi estado de ánimo cambio radicalmente, me sentía un poco nerviosa de un segundo a otro, y también me sentía un poco intranquila.

"Tranquila katia, ni es como si  fueras a ver a tus suegros"

Solté una carcajada ante mi estupido pensamiento, ganándome una mirada rara de mis padres y hermano.

-Lo siento- dije mirando para otro lado.

-Rara..-Mi hermano había susurrado aquello pero yo logré escucharlo, lo miré de forma asesina, esté se acerco más a mis padres.

-Cobarde..-susurré mientras me miraba la espalda.

Tengo la sensación que me voy a llevar una gran sorpresa hoy.

(***)

Kenan:

Baje rápidamente las escaleras para ir a la cocina por un vaso de agua, me sentía nervioso e intranquilo, tomé la jarra del refrigerador y me serví en un vaso de vidrio, me tomé el agua de manera rápida y esta bajo por mi garganta de la misma manera causando que casi me ahogara.

-Oye tranquilo viejo tampoco te mates- Me dijo mi hermana entrando a la cocina, ella se acercó a darme palmaditas en mi espalda, me calme y respire lentamente - ¿Qué te pasa?- Me preguntó, me encogi de hombros.

- Ni yo lo sé, solo que de un segundo a otro me comencé a sentir nervioso y no sé porque - Le dije siendo sincero, ella fruncio el ceño-, Nunca me había pasado algo así y mucho menos a causa de una estupida una cena-Le dije y ella asintió mirando con duda hacia abajo.

-Que raro- Susurro -En fin, dice nuestro padre que vayas a la sala- Me dijo y salió de la cocina luego de dedicarme una mirada un poco rara, lave el vaso y lo coloqué en la vajilla fui hacia la sala principal encontrandome con mis padres y a mi hermana.

-¿Pasa algo?- Pregunté tomando asiento en un sillón libre.

-No claro que no- Me dijo mi padre mientras miraba sus manos.

- ¿Entonces para qué me llamaban? - Pregunté mientras colocaba una mano en mi cabeza.

-Solo queríamos esperar a que llegará la familia del amigo de tú papá- Me dijo mi madre mientras miraba su celular yo Asentí lentamente, recordé que mi celular lo había dejado en mi habitación - Ahorita vengo voy a buscar mi celular- Les dije y ellos me respondieron con un "Esta bien".

Subí las escaleras y me dirigí hacia mi habitación.

"¿Donde abre dejado ese teléfono?"

Busqué por toda mi habitación y no lo encontraba, revise en el baño y no estaba, en el escritorio y tampoco, y en los sillones menos.

¿Donde se habrá metido ese maldito?

Busqué en mi cama y nada que lo encontraba hasta que accidentalmente deje caer una almohada escuchando un ruido de algo chocando contra el piso, miré hacia abajo y efectivamente estaba ahí, me asuste y lo tome rápidamente verificando si no se había dañado o algo, en efecto todo estaba bien.

Miré mis mensajes y solo tenía uno de "Tamara", solté una maldición.

En si nunca había tenido una novia estable y ahora que estoy en la universidad me he acostado con algunas chicas pero por alguna razón ahora que me acuesto con Tamara todos creen que es mi novia cosa que obviamente es mentira, solo es una chica más.

No soy un chico de andar en relaciones estables pero siento que eso podía cambiar.

Y de algún modo eso me asustaba, yo no era bueno en las relaciones.

En fin, guarde mi celular dentro de mi bolsillo y salí de la habitación no sin antes cerrar la puerta de está, cuando estaba llegando a las escaleras escuché unas voces en el piso de abajo.

Diablos ya llegaron.

Baje con rapidez las escaleras y me dirigí hasta la sala, y lo primero que vi fue a mis padres saludando a un hombre con traje y a una mujer con un vestido rojo muy elegante y detrás de ellos habia un chico que parecía de unos quince o dieciséis años, mi hermana estaba hablando con él, alce una ceja mientras observaba a todos, me adentre a la sala mientras aclaraba mi garganta.

Me acerqué a saludar a un señor que en efecto era él amigo de mi padre y a su esposa también la salude con un apretón de mano y agregué también un beso en la mejilla,  al chico que seguramente era el hijo de ellos dos le estreche la mano con firmeza esté me miraba atentamente  y yo de igual manera lo hacía.

-Mi nombre es Carlos Morgan y ella es mi esposa Elizabeth Wilson y mi hijo Marcus Morgan, falta mi hija pero ella esta atendiendo una llamada importante..- Habló el señor mirándome a mi y a mi hermana.

¿Morgan?, ¿Podrá ser posible...?, no podía ser verdad.

Me quedé quieto al escuchar el apellido de cierta castaña, una idea fugaz pasó por mi mente y me negué a creer en esta.

-Un placer conocerlos -Dijo mi hermana mientras sonreía- Yo me llamó...-el señor la interrumpió.

-Ya sé como se llaman ambos...-Alce una ceja, el señor Morgan me observo-Tú te llamas Kenan y ella es tu melliza, Natalia, y lo sé porque tus padres hablan mucho de ustedes dos -Nos dijo, y yo solo me limité a asentir con la cabeza.

Mis padres iban a hablar pero algo o mejor dicho alguien interrumpió.

- Buenas noches, siento llegar así pero tuve que atender una llamada importante- Escuche una voz que se me hacia malditamente conocida, apreté una de mis manos y me gire hacia la puerta de entrada de la sala y fue entonces donde la vi.

Ella estaba guardando algo dentro de su bolso, pero luego levantó la mirada sonriendo hacía todos y cuando se percato de mi su sonrisa desapareció, me miró sorprendida.

-¿Tú?- Hablamos a la vez con algo de incredulidad.

(***)

¡Hola a todos!

Les mando muchos besos y espero que estén muy bien.

{Este es un pequeño avance de un capitulo que ya llevó escrito}.

-Nunca creí posible que fueras tú- Le dije con una sonrisa.

-Yo tampoco que fueras tú- Me dijo y me abrazó...

(***)

- ¿Le vas a decir la verdad? - Preguntó aquella voz de un hombre con tristeza en sus ojos.

-No puedo, tengo miedo, ya han pasado dos años, me siento mal por no haber hablado con la verdad antes-  dijo la mujer con mucha culpa reflejada en su mirada.

(***)

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