Capitulo 13

Los días pasaron y en el imperio no se hablaba de otra cosa que de los intentos de asesinatos de la emperatriz.

A raíz de esto la Emperatriz decidió adelantar la fecha que harían la ceremonia por casarse con sus concubinos.

Bastian: ¿Estás segura hermana que quieres hacer esto?

Abigaíl: Si, me sentiré más segura si ellos están para protegerme ustedes ya no se pueden quedar más tiempo y yo tampoco quiero ser una carga.

Gael: Yo no me iré. Ya lo hablamos con Bastian y me quedaré hasta que estemos seguros de que estarás bien.

Abigaíl: Gracias hermano.

Bastian: Bueno ve a prepararte. Que hoy es el gran día.

Abigaíl solo asintió y subió a su habitación para prepararse hoy se haría la ceremonia.

Por otro lado, el emperador se encontraba en su oficina frustrada desde que Abigaíl había sufrido ese incidente no la había podido ver, ya que se negaba a verlo. Sus hermanos tampoco la dejaban verla y esto ya lo tenía como loco, ni el mismo se entendía por qué ahora había despertado su interés por ella, pero quería compartir tiempo con su esposa.

El día pasó rápido y cuando se quisieron dar cuenta ya había llegado la noche y con ella la gran celebración.

Abigaíl bajo las escaleras luciendo un hermoso vestido muy sexy y moderno para la época quería destacar y se vistió para la ocasión



Cuando los hermanos de esta la vieron casi infartan.

Gael: ¿Hermana que traes puesto?

Bastian: Estás prácticamente desnuda.

Luna: Te ves hermosa yo quiero uno como ese dónde lo compraste.

Bastian: A no cariño tú no te compras uno como ese. Yo no te los dejo poner se ve todo.

Gael: Ve a cambiarte.

Abigaíl: No, así voy a salir. Además, no se ve nada ¿No es cierto?(Dijo esta mirando a los guardias que se encontraban en la habitación y esto desviaron la mirada, ya que Gael y Bastian les lanzaron miradas asesinas.)

Luna: Tienes razón querida te veo preciosa. Vamos que se nos hace tarde.

Gael: Pero...

Abigaíl: Ya escuchaste a tu emperatriz.

Bastián: Cariño…

Luna:He dicho.

Al llegar a la entrada se encontraron con el emperador que según las costumbres él tenía que entregar a su esposa a los concubinos al verla a este casi se le salieron los ojos trago en seco y dijo.

Steven: Interesante atuendo

Abigaíl: Si quería que mis concubinos se derritieran por mí está noche y no puedan sacarme los ojos de encima.(Dijo está con una sonrisa burlona)

Los hermanos en ese momento entendieron todo y solo sonrieron por lo malvada que podía ser su pequeña hermana.

Steven: (Soportando su irá) Humm.. Pues parece que no llevará nada puesto.

Abigaíl: Cumple su función de cubrir lo más importante. Ahora basta de charlas o llegaré tarde.

Dijo está pasando de largo al emperador, quien se había quedado dos pasos atrás observando la espalda totalmente descubierta de la emperatriz.

Gael y Bastian al ver al emperador tan rabioso decidieron echarle más leña al fuego y empezaron a comentar cosas mientras caminaban detrás de ellos.

Gael: La verdad que mi hermana se ve como la misma diosa Afrodita.

Bastian: En eso no te equivocas hermano. No entiendo cómo alguien puede compartir una mujer como ella.

Gael: hay personas estúpidas.

Steven:¿Saben que los escucho?

Bastian: ¡Y tú sabes que no nos importa!

Abigaíl: Chicos basta ya estamos por llegar.

Estos se lanzaron miradas de odio y se callaron al llegar al salón estaban todos los nobles presentes para la ceremonia.

Primero fueron anunciados sus hermanos y cuñada.

_ Con ustedes los Emperadores de Barcella, Bastian Stone y su Emperatriz Luna Stone.

Seguidos del segundo Príncipe y ministro de Guerra de Barcella Gael Stone.

Los nobles miraban con atención a los hermanos, ya que mucho se había hablado de ellos, pero muy pocos los habían visto. Estos esta noche buscarían cualquier oportunidad para acercarse al emperador y ofrecerle a sus hijas como concubinas. Y lo mismo querían hacer con el ministro, ya que se habían enterado de que este era soltero.

El presentador no les dio tiempo a nada, ya que automáticamente anuncio la llegada de la emperatriz junto con el emperador.

_ Con ustedes el emperador y sol de nuestro imperio Steven tercero Paige y su Emperatriz y luna de nuestro imperio Abigaíl Stone de Paige.

Se abrieron las puertas del salón dejando entrar a la pareja y todo mundo se dio vuelta a mirarlos o mejor dicho a mirarla Abigaíl y su vestido estaban asiento su trabajo todo mundo hablaría de su atuendo.

Llegaron hasta sus tronos y tomaron asiento.

Las concubinas del emperador estaban muertas de envidia no podían creer que se viera tan bien en ese vestido y más por qué nadie le sacaba la mirada de encima.

Steven:¿Debes estar contenta, no es así? Ya que nadie deja de mirarte.

Abigaíl: Por supuesto que lo estoy majestad.

Steven: Al principio pensé que buscabas mi atención por eso tu cambias tan radical, pero hora estoy convencido esto es venganza.

Abigaíl: ja, ja, ja perdón, pero es que se me hace muy gracioso lo que dice. ¿Y por qué tomaría venganza según usted?

Stiven:¿ No lo es?

Abigaíl: Puede que sí, puede que no ¿Quién sabe?

Steven: Le recomiendo que si está es otra manera de llamar mi atención, se retracte ahora mismo. Por que una vez casada con todos esos hombres tendrá que cumplir con sus deberes conyugales con cada uno de ellos.

Abigaíl: ja, ja, ja ¿Y cree que no lo sé? Justo eso quiero, yo también tengo necesidades Emperador.

Steven la miro incrédulo su esposa de ser una mujer tímida callada y complaciente había pasado a ser una completa descarada, sin vergüenza alguna por hablar de esos temas tan abiertamente y además parecía estar disfrutando su incomodidad.

Steven no pudo decir nada más ya que el anunciador aviso la llegada de los concubinos.

_ Con ustedes los concubinos de la emperatriz. Estos son:

_ El joven Calixto Ferrer hijo del ministro de Guerra.

(Cada uno de los concubinos luego de ser nombrados pasaban al salón)

_ El joven Diego Petrov proveniente del Ducado Petrov.

_El joven Damon Salvatierra proveniente del Ducado Salvatierra.

_Sir Sebastián Méndez

_ El conde Gustavo Prieto.

_ Heredero del Archiducado Lauren, Bruno Lauren.

_El joven Mateo Gil.

_ El joven Stefan Gilbert.

_ El joven Fabio sosa, proveniente del marquesado sosa.

_ El joven proveniente del ducado Ballestero, Maximiliano Ballestero.

Los diez hombres pasaron al frente del salón y se inclinaron frente a los Emperadores. Al levantar su vista todos miraron con deseo a la emperatriz se veía hermosa en ese vestido y ellos no podían sacarle la vista de encima. El juez de la corte empezó con la ceremonia y una vez todos firmaron el contrato matrimonial la emperatriz se bajó del trono y un asistente le pasó la alianza de casa uno para que ella se la colocará.

Abigaíl: Ahora también son mis esposos cuiden de mí por favor.

Luego de eso la música empezó y el emperador se levantó del asiento y extendió su mano hacia Abigaíl.

Steven: ¿Me permite la primera pieza?

Abigaíl: (Lo miro y no le quedó más que asentir) por supuesto.

Estos pasaron al medio del salón y se dispusieron a abrir el baile.

Stiven: ¡Estarás contenta!

Abigaíl: Tan contenta como usted lo estuvo al tomar a sus concubinas.

Steven: No entiendo por qué sigues con esa actitud conmigo.

Abigaíl: Acostumbrarse majestad esta es el único trato que tendrá de mi parte para con usted.

Steven: Me niego, si te conquiste una vez, puedo volver hacerlo.

Abigaíl: Ja, ja, ja cuando confianza. Pero le diré algo yo ya no estoy interesada en ustedes. No sé si no vio bien a mis concubinos, pero ellos son ¿como decirlo? Bellos, hermosos, apuestos.

Steven: Al igual que mis concubinas ¿Y eso que tiene que ver?

Abigaíl: Humm puede ser, pero ninguna de ellas me llega a los talones. En cambio, ellos bueno…

Steven: No tienen comparación conmigo yo soy un emperador.

Abigaíl: Pero aparte del título ¿Qué más tiene para ofrecer?

Steven: Emperatriz creo que me está insultando.

Abigaíl: Solo hice una pregunta, y pienso que hasta usted sabe la respuesta.

Steven se estaba aguantando la ira que tenía en ese momento, pero cuando iba a responder fue interrumpido por uno de los concubinos.

Maximiliano Ballestero: Disculpe majestad ¿Me permite bailar con la emperatriz?

Steven: No.

Abigaíl: Por supuesto, está pieza ya terminó. Con gusto bailaré con usted joven Ballestero.

Maximiliano: Puede decirme Maximiliano majestad.

Dijo este prácticamente arrancándosela de los brazos al emperador y alejarla de él para empezar con él bailé.

A Steven no le quedó más remedio que volver a tomar su lugar en el trono para no pasar una vergüenza. Podía ver cómo los hermanos de Abigaíl les regalaban sonrisas burlonas.

Las concubinas por su parte estaban que hervían de la rabia y los celos no podían entender como todos esos hombres podían poner sus ojos en la emperatriz. Claramente, se sentían superiores y no entendían como era posible que siendo hombres que claramente podían conseguir una mujer que sea solo para ellos, se conformarán siendo simples concubinos.

Abigaíl disfruto de la velada y bailo con cada uno de ellos. Más allá de los propósitos que está tenía al elegirlos como sus concubinos, ellos eran agradable y hasta graciosos, enserio estaba disfrutando de la fiesta , hasta que una de las concubinas del emperador espero a que está terminara de bailar y cuando se dirigía hacia su asiento está corrió en dirección a ella para mancharle

su vestido con una copa se vino.

Abigaíl quien de reojo la había visto venir solamente espero que estuviera lo bastante cerca para correrse y que no pudiera frenar, ya que enfrente de ella tenía al emperador. Y así fue, Abigaíl se corrió de su camino y la concubina siguió de largo, pero tropezó con el pie de la emperatriz y no le dio tiempo a frenar y toda su bebida termino en el traje del emperador y está arrodillada en el piso por la caída.

Steven: ¿Pero qué..? ¿?

_ Majestad lo siento, lo siento tanto yo no quería manchar su traje. Perdóneme por favor.

Steven: Será posible que sea tan bruta. Miré como dejo mi traje.

Abigaíl se estaba aguantando la risa hasta que se le acercó uno de sus concubinos y dijo.

Damon Salvatierra: Humm... sí que eres toda una diablita.

Abigaíl: No sé de que me hablas.

Damon: Emperatriz yo la vi. Asi como también vi sus intenciones (Dijo este apuntando a la concubina que seguía en el suelo) Pero tranquila huyamos de aquí antes de que te delate.

Abigaíl lo miro y le sonrió con complicidad y asintió.

Salieron prácticamente corriendo del lugar y fueron al jardín donde se miraron y empezaron a reír a carcajadas.

Abigaíl: Ja, ja, ja viste su cara parecía que explotaría de la ira.

Damon: ja, ja, ja si pobre creo que el emperador la castigará.

Abigaíl: Pobre yo que si no me corría hubiera terminado empapada.

Damon:(Este se acercó a Abigaíl y la tomo de la cintura) Humm y con estas telas que traes seguro se vería todo lo que ahora me pertenece.

Abigaíl: ja, ja, ja ¿A si?, dejemos algo claro cielo tú me perteneces a mí.

Damon: Seré tu esclavo si eso quieres, pero solo pido una cosa.

Abigaíl: Si mmm… Tentador. ¿Dime que quieres? Y si está a mi alcance (dijo está acercándose a su rostro)

Damon: Que siempre me permitas estar cerca de ti.

Abigaíl: ¿Solamente eso? Creí que me pediría una noche de sexo desenfrenado dónde aman...(está no pudo seguir hablando, ya que este tapo su boca con su mano)

Damon: (sonrojado) Emperatriz no sea tan indiscreta podrían escucharla.

Abigail: (paso su lengua por la palma de su mano y este la alejo) ¿Y cuál sería el problema? Eres mi esposo ahora puedes pedirme esa clase de cosas. Así como yo puedo pedirte que quiero que me beses ahora.

Damon:(la miro y sonrío acercó su rostro y la besó. Fue un beso lento, suave, pero Abigaíl rápidamente tomo el control de la situación y empezó a aumentar la intensidad de este, introdujo su lengua en la boca de este y empezó a masajear la lengua del opuesto, Damon la apretó más contra su cuerpo y siguió disfrutando del exquisito sabor de sus labios hasta que el aire les empezó a faltar y se separaron) Creo que debemos volver o no podré controlarme.

Abigaíl: Yo no te pido que lo hagas.

Damon: ¿Y los demás?

Abigaíl: Luego les explico vamos.(Está tomo la mano del chico y salieron corriendo del lugar)

Ellos creyeron que nadie los vio pero...

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