Capitulo 7 MARATÓN parte 2

Luego de que el emperador huyera del palacio de la emperatriz, todos entraron al palacio.

Estos se encontraban en la gran mesa que había en el comedor esperando a ser servidos por los sirvientes. Tanto Bastian cómo Gael miraban seriamente a los futuros concubinos.

Bastian: Explícame hermana esto de los concubinos. ¿Por qué decidiste ahora tomarlos?

Abigaíl: Por qué como le dije a Gael, al ser abandonado por mi esposo necesitó a alguien que me proteja y Vele por mi seguridad.

Gael: Nos tienen a nosotros.

Bastian: sí…

Abigaíl: ¿Hasta cuando? Además, me gustaría tener descendencia y eso es algo que ustedes no me pueden dar.

Esto era mentira ella nunca había querido tener hijos, pero tenía que encontrar argumentos válidos para que estos dejarán de preguntar.

Calixto Ferrer: Si me permiten la intromisión, creo que la emperatriz fue bastante astuta. El rey de los mercenarios, el conde más rico en ganadería y milicia, los hijos de los duques más importante del imperio, el hijo del líder del pueblo, el hombre más famoso entre la aristocracia por sus teatros, el mejor guerrero y tirador del emperador, el heredero del Archiducado, el hijo del ministro de Guerra y el heredero del ducado sustento del imperio , pienso yo que su elección no fue solamente por nuestras caras bonitas.

Abigaíl: {Chico listo} Exacto aparte de lo lindos que son cada uno de ustedes busco poder y fuerza. Pero además cerebro, soy una persona que me gusta estar rodeada de personas cultas e interesante.

Damon Salvatierra: Interesante harén.

Abigaíl: Ahora es su última oportunidad de decidirse si quieren formar parte de él o no.

Sebastián Méndez: A mí no me obliga nadie majestad yo quiero entrar en su harén, por qué siempre me pareció una mujer hermosa.

Gustavo Prieto:En mi caso es lo mismo, yo siempre la miré intento.

(dijeron seis más de ellos excepto)

Abigail:¿ Y tú?

Stefan Gilbert: Yo no la voy a adular majestad, Si es hermosa y puede tener muchas virtudes. Pero el motivo por el cual estoy aquí es para vengarme del emperador.

Todos quedaron en silencio y todos esperaban una explicación hasta que Abigaíl volvió a hablar.

Abigaíl: ¿Venganza? Bueno tenemos una meta en común. ¿Cuál sería tu motivo? (al ver que esté la miraba seriamente está volvió a hablar) Tranquilo no es como que ya mismo corra a contarle al emperador. El motivo de mi venganza es la humillación. Sé que las concubinas son legales, pero, el hijo de perra me obligó a convivir con ella, me redujo a nada, estás al ver el poco valor que tenía como esposa y Emperatriz, me robaron a todos mis empleados dejándome en la ruina. El emperador jamás se interesó por mí, pero dejar que sus concubinas me maltrataran, humillaran y hasta intentarán asesinarme, eso es más que crueldad.

El último intento casi me mato. No mejor dicho morí, la emperatriz inútil que conocieron ya no existe. Esa Abigaíl que esperaba a que viniera el emperador a salvarme se murió. Ya no esperaré por más nadie, yo soy autosuficiente y puedo defenderme sola. Pero de igual manera los necesitó a ustedes, quiero verlo humillado, arrastrado, pidiendo mi clemencia, y ahí, justo ahí estaré satisfecha.

Luna: Vaya Abi, me pareció estar escuchando a tu Madre.

Bastian: Únicamente dios sabe que tanto te hizo ese bastardo para qué terminarás con tanto odió hacia él.

Stefan Gilbert:Sedujo a mi hermana, la embarazo y cuando la guerra estalló y tuvo que hacer la alianza son su imperio la abandonó. Esta por dolor murió de angustia con su hijo en su vientre. No tengo rencor hacia ustedes porque es obvio que lo odia más o igual que yo, pero si quiero humillarlo y esta es mi oportunidad. Así que aceptó su propuesta majestad.

Abigaíl: Lamento lo de su hermana, no debió ser fácil para usted, pero si hay algo que puedo prometerle es que lo veremos humillado juntos.

Sebastián Méndez: ¿No tienes miedo de que los empleados hablen de sus planes, o algunos de nosotros?

Abigaíl: No, los empleados son todos de confianza. Mis hermanos los trajeron de su imperio. Y ustedes bueno, cada uno por una u otra razón odia a Steven ¿No es así?.

Calixto: Vuelvo y repitió astuta.

Abigaíl: Gracias me gusta que halaguen mi inteligencia. Bueno disfruten de su comida.

Luego de eso solo se dedicaron a comer. Gael y Bastian aún no estaban convencidos de que su hermana tuvieras tantos concubinos, pero luego de enterarse quienes eran ellos, se dieron cuenta de que su hermana era muy astuta e inteligente. No eran simples hombres fueron escogidos estratégicamente y eso los tenía sorprendidos.

Luego de esa comida cada uno de los concubinos se despidió y se fueron a su residencia.

La emperatriz fue hacer su trabajo y encargó a Milton que mandara una carta a los herreros, carpinteros y albañiles que hubiera en la ciudad para qué ayudarán a sus soldados a edificar su cuartel.

También pidió los materiales necesarios para la construcción.

Luego empezó a revisar las cuentas y presupuesto hasta que las puertas de su oficina sonaron.

Abigaíl: Adelante.

_ Emperatriz el emperador pregunta si puede pasar a hablar con usted.

Abigaíl: ah… (suspiro) Hazlo pasar.

_ Cómo diga majestad.

El soldado salió y entro Steven con su ceño fruncido y habló.

Stiven: ¿No crees que estás yendo bastante lejos? ¿Ahora también tengo que pedir audiencia?

Abigaíl: Por supuesto majestad, yo a diferencia de sus concubinas que no saben hacer otra cosa que gastar, si trabajo y administro las finanzas del imperio.

Stiven: Es suficiente ¿Qué quieres? ¡No logro descifrar que es lo que quieres!

Abigaíl: Yo no quiero nada de usted Emperador se lo dije el otro día la Abigaíl que conocía se murió. Ya no lo necesitó ya no me interesa para nada. Puede retirarse y seguir su camino que yo seguí el mío. Haga lo que hasta hace algunos días y olvídese de que existo, ya no me interesa tener una relación con usted.

Steven: (dio la vuelta al escritorio que los dividía, acortó la distancia con su rostro y dijo) Si querías mi atención aquí la tienes, soy todo tuyo por hoy pero...

Esté no pudo continuar porque Abigaíl estalló en una carcajada.

Abigaíl: ja, ja, ja perdón, perdón, ja, ja, ja, pero es que no me aguanté la risa. ¿Me decía? ja, ja, ja ya, ya me calmó.

Steven: De que te ríes.

Abigaíl: De tu patético intento de seducción.

Steven la miro con el señor fruncido nunca pensó ser así de humillado, pero se sorprendió cuando está lo arrinconó contra el escritorio.

Abigaíl:(Se levantó de su asiento y lo empujó contra el escritorio, acercó su rostro a su oído y mientras deslizaba su mano delicadamente por su pecho hasta llegar a su bulto hablo) Cariño para seducir a alguien tienes que hacerlo con delicadeza sensualidad (masajeó su miembro por encima de la tela) saber que puntos sensibles tocar. (se alejó y volvió a tomar asiento dejándolo confundido)Tú por ejemplo no sabes cómo hacerlo y no me provoca ni el más mínimo mal pensamientos. Ahora sí no te importa tengo que seguir revisando estos papeles.

Steven: (este quedó atónito no sabía cómo reaccionar, esto que acababa de hacerle era peor que lo que le había hecho pasar está mañana) Tú… Cómo te...

Abigaíl: Guardias.

Abigaíl: El emperador ya se va, acompáñenlo a la salida.

(Estos caminaron con dirección a este pero)

Steven: Ni se les ocurra tocarme soy su emperador y me deben respeto.

_ No, nuestro emperador es Bastian Ajax Emperador de Barcella y solo seguimos órdenes de nuestro emperador o en su defecto la familia imperial Ajax.

Abigaíl: Ya los escuchaste. ¿Ahora te retiras por tu propia cuenta o te sacan ellos? Tú decides.

Steven: Me voy, pero no te olvides esposa mía mañana es nuestra noche del mes juntos. Y planeó cobrarme esto que acabas de hacer.(dijo este con una sonrisa burlona)

Abigaíl: (únicamente levantó una de sus cejas y luego con burla y dijo) Humm... estaré esperando ansiosa. Pero déjeme decirle algo majestad el que ríe último ríe mejor. No cante victoria antes de tiempo...

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