Capítulo 7

Justo hoy que pensaba que no volvían a la empresa, Brisa y Tanaka entran como siempre sin tocar y estoy con Martina en una situación comprometedora.

Martina es la secretaria de Tanaka y desde hace un año le pago para tener sexo sin compromisos. Tanaka se enojó conmigo por lo sucedido, pero es cuestión de tiempo para que se le pase el enojo. No es la primera vez que pasa. 

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Esta semana no ha vuelto Brisa. Según me cuenta, Tanaka llega directamente a la planta y de ahí se va para su casa.

Siento que abren la puerta y es el susodicho, que entra igual que Brisa, sin tocar. 

—Hola, Taylor. Traigo la plantilla de las listas de chequeo para que la firmes. Mañana, Brisa y yo viajamos a primera hora a Liverpool y necesito tenerlas listas —me extiende unas hojas en mi escritorio. 

—¿Cómo te ha ido con Brisa? —pregunto sin siquiera contestarle el saludo. 

—Brisa, es un amor. En estos 3 días que hemos ido a la planta ya la adoran. Hasta a mí me está empezando a gustar. La voy a invitar a una cita este sábado para que nos vayamos conociendo. Y quién quita y resultemos de novios —Lo miro como habla y no lo puedo creer. 

—Tanaka, no seas asalta cunas. ¡Le llevas 15 años! —Siento algo en mi pecho y no sé por qué. 

—Mejor, para mula vieja, pasto tierno. Bueno, Taylor, nos vemos ya la otra semana. Deséame suerte con la pequeña Brisa —Me recibe las hojas ya firmadas y sale de la oficina silbando alguna canción romántica. 

No puede ser que a Tanaka le guste Brisa. No sé qué le vio a esa muchachita con su estilo tan infantil.

Estos días no he ido a la empresa. Llego directamente a la planta de producción y de ahí me voy a mi casa.

Es mejor no verme con Frederick. Me dolió mucho verlo con Martina. Ese hombre es de lo peor, tiene su prometida, pero se revuelca en la oficina con una secretaria. A pesar de que escuchaba rumores de su vida tan libertina, no lo creía, de verdad, que lo tenía idealizado.

El día de mis 15 años él fue a mi fiesta. Tenía casi 32 años, pero yo lo veía embobada. No me importó que me llevara casi 17 años, para mí fue amor a primera vista. Luego de ese día fue muy poco lo que lo veía, pero sí seguía su paso a paso por sus redes sociales, en las noticias financieras y revistas del corazón.

Hace 6 meses regresé de estudiar diseño industrial en el Instituto Federal de Tecnología ETH de Zúrich-Suiza. Y ahí le conté a mi abuelo de lo que me pasa con Frederick y de mi loca idea de estar tres meses en su empresa. Para, según mis propias palabras, “desencantarme” de él. Y como mi abuelo nunca me niega nada, terminó aceptando y convenciendo al señor Hamilton de entrenarme con Frederick, para recibir la presidencia de la empresa.

Muchos pensarán que soy una caprichosa, que hago lo que me da la gana. Pero son casi 6 años amándolo en silencio. Sé que ese amor es imposible, pues él jamás se fijaría en mí, ya que somos totalmente diferentes, somos polos opuestos. Y como le prometí al abuelo, nunca voy a cambiar mi forma de ser por él ni por nadie. Por eso necesito estar este tiempo cerca de él y conocer al verdadero Frederick para sacarlo de mi corazón.

Toda la mañana me la paso inquieto, no puedo sacarme de la cabeza lo que me confesó Tanaka. Tomo una loca decisión, busco mi teléfono y le hago una llamada. 

📲 Tanaka, queda tu viaje cancelado a Liverpool.

📱¿Pasó algo? Esa visita ya está programada desde el principio de mes… Entonces debo avisarle a Brisa que se canceló el viaje.

📲 No la llames que la visita se realizará, pero la voy a acompañar yo. El lunes nos vemos, Tanaka, que descanses.

Le cuelgo antes de que me replicara. No sé por de qué de momento a otro decidí que era yo el que debía viajar con Brisa.

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