Capítulo 3

El lunes todos en la empresa hablan del fin de semana con Brisa. Entro a la recepción y está la susodicha rodeada de mis subordinados. Ríen contando las anécdotas de lo que pasaron en el pub, hasta el idiota de Tanaka está en el corrillo. Toso y todos voltean a mirar espantados, saludan y salen corriendo a sus respectivos puestos.

—¿Hasta tu Tanaka en el desorden? —Me hierve el rostro de la ira. 

—Sí, estábamos planeando la próxima salida de este fin de semana. La pasamos genial, debiste de acompañarnos —me dice con alegría. 

—Tengo cosas más interesantes que hacer — miro a Brisa con cara de pocos amigos —Señorita Storm, será que ya se desocupó de hacer bochinche y se puede dignar de empezar su labor.

—Claro, Fred. Me despido de Erika y subo en bombas. Ja, ja, ja —Hasta es mal hablada. 

Estamos planeando ir este sábado a las carreras. Tengo mi propia escudería, bueno la de StormMotors, pues soy la piloto principal de mi empresa. Pero siempre he manejado en esto un bajo perfil, tanto que uso un pseudónimo, Kika Tays. Lo hacía por ser menor de edad y no causarle problemas legales a la empresa, pero ya aparezco legal para hacerlo previa autorización de mi tutor, o sea mi abuelo.

La semana pasó sin contratiempos, ya Fred me tiene más en cuenta para las juntas y firmas de contratos. Hoy le voy a pedir el favor a Fred de salir más temprano para realizar los últimos ajustes a mi auto y hacerle un barrido a la pista.

—Hola Fred, era para saber si me puedo ir después de la junta de las 13 horas, ya que no hay más programadas. Necesito hacer unas diligencias personales —Espero que no me ponga problema. 

—Porque nunca recuerda tocar la puerta y esperar mi autorización para que pase. ¿Acaso no tiene modales señorita Storm? Ya se lo he dicho varias veces, pero no, la niñita no entiende. Y respondiendo a su pregunta: si se puede retirar apenas termine la junta, nos vemos el lunes —Ay, siempre se me olvida tocar antes de entrar. 

—Claro Fred. Lo tendré en cuenta y gracias —No tengo más para decir. 

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«Que bien que se va esta mocosa, así puedo recibir a Marga sin problemas. No me quiero imaginar cuando Margarita la vea y no soporte como yo a esa mocosa. Sé que me va a hacer el reclamo por contratar a tremendo personaje» 

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Ay, qué tonta. Olvidé mi pase en el escritorio. Menos mal estaba cerca de la empresa. Sin él mañana no me dejan competir.

Llego a la empresa después de las 5 pm y ya casi todo el personal se ha retirado. Solamente quedan los encargados del aseo y los vigilantes. Veo luces en la oficina de Fred.  Tal vez aún está trabajando en algún pendiente.

Abro la puerta sin tocar y oh sorpresa que me llevó, esta Fred como Dios lo trajo al mundo y su prometida haciéndole un oral. Veo lo grande que lo tiene, ella ni es capaz de meterlo todo en la boca y me imagino que yo soy la que se lo está chupando.

Él tiene los ojos cerrados y ella está de espaldas, por lo que no me ven cuando abro la puerta. Pero en mi torpeza, al quererme retirar, tropecé con el pie el borde de la alfombra, hice ruido y ahí si me vieron.

—¡Brisa! —Grita Fred tratando de tapar su miembro. 

—Perdón, perdón. No vi nada, lo juro —digo mientras me tapo los ojos y salgo corriendo. Ay, no el pase, ¿qué hago? Pero ni de fundas vuelvo ahí. Toca madrugar mañana antes de ir al circuito.

—¡Estúpida! ¿QUIÉN ERES PARA ENTRAR ASÍ SIN TOCAR? ¡LARGATE! —grita Marga, pero Brisa ya está muy lejos de la oficina, es más del edificio —Amor, ¿me vas a decir quién es esa niñita?

—Es mi asistente, el reemplazo de Stella —Inmediatamente vuelve a gritar. 

—¿QUÉ? ¡YA MISMO LA VAS A DESPEDIR! —Exige. 

—No la puedo despedir únicamente porque nos encontró en el acto. Y menos porque es un favor que mi papá le está haciendo a su amigo Aldrich —Le explico y ella solo niega con la cabeza. 

—No la quiero acá Freddy. Pásala a otro departamento, no la quiero. Además, mira que pinta la que se gasta. Eso da mala imagen a la empresa —Insiste, pero nada puedo hacer. 

—Marga, solo son 3 meses. Ya lleva 15 días. 2 meses y medio se pasan volando. Créeme que no veo la hora de que el tiempo pase. Yo tampoco la soporto —Soy sincero. 

—Está bien mi amor, te entiendo. Ven, sigamos en lo que estábamos —Trata de levantar al pobre qué ya está caído. 

—No Marga, ya perdí la inspiración. Vámonos para el Penthouse más bien, allá nos tiene lista la cena Teresita —Busco mi ropa para ponérmela. 

—ok, vamos —Responde resignada. 

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