Saliendo a escondidas...

Ya era tarde, todos estaban durmiendo, decidí salir para ir a la parte más comercial quería ir eligiendo la mejor ubicación para el negocio que estaba amasando entre manos, quería que todo fuera una sorpresa, para que mi familia deje de preocuparse, no tenían que estar siempre protegiéndome, yo sola podía hacer un buen futuro por mí misma.

Voy a demostrar los resultados de tanto entrenamiento, voy a salir tan sigilosa que nadie se dará cuenta. Me coloco ropa oscura, me sentía toda una ninja, me dirijo a la ventana para saltar y cuando estaba por irme siento que Lince me pregunta dónde voy, me había olvidado que él estaba durmiendo en mi habitación.

-¿Dónde vas a estas horas?-

-Es el mejor momento para ver los negocios que están disponibles en la parte comercial de la capital, quiero conseguir una buena ubicación, y estudiar la disposición de todo el lugar.-

-llévame contigo, las calles son peligrosas durante la noche.-

-No te preocupes tengo varios artefactos mágicos que puedo usar, los cuales me dió mi hermano, sino siempre puedo recurrir a mi magia.-

-¿Estas segura?-

-Sí, quiero un rato sin que nadie me esté siguiendo para cuidarme, desde que despertó mi magia no tengo mucho tiempo para estar sola, sé que siempre hay alguien vigilándome.-

Sabía que mi padre puso guardias de sombras para que me cuiden, otra persona no se daría cuenta, son muy buenos en su trabajo, sin embargo, con el entrenamiento que me dieron, suelo darme cuenta de cualquier presencia cercana, aunque al único que no pude percibir cuando se acercó fue a ese maldito Duque. No importa, tengo mi plan B, el A ya falló, me puse en el radar de los protagonistas, en este caso del villano, el B es armar mi negocio y solo ver cómo se desarrolla la historia sin intervenir, ni un segundo….

Si no siempre puedo tener un plan C para desaparecer, ocultar mi identidad y empezar en otro reino desde cero, pero me pondría triste tener que dejar a esta familia, se ve que me quieren mucho, va que la querían mucho a Ludmila, sigo pensando que fue una niña muy tonta qué se le habrá pasado por la cabeza para rechazarlos como lo hacía.

Lince no se veía convencido, pero me dijo que si colocaba una gota de mi sangre en la marca de trébol que tenía en mi muñeca, él automáticamente podría transportarse al lugar que me encuentre siempre y cuando no este rodeado de alguna magia selladora o mis capacidades disminuidas por algún tipo de droga, si no tendría que transportarse cerca.

Le agradecí y aproveché que ya era el cambio de la guardia que me puso mi padre, va a ser emocionante escaparse, nunca antes lo hice, siempre fui una niña muy obediente, además en mi anterior vida no tenía tiempo, es la primera vez que hago algo así, puedo decir que estoy hecha toda una adolescente rebelde.

Me reía por mis adentros pensando en mis absurdas conclusiones.

Me fui escondiendo entre callejones y calles oscuras, hasta que llegué al mercado, cuando estaba tranquila caminando siento que alguien venia, pareciera un grupo, me escondo en un callejón oscuro, cuando estaba allí siento que alguien me habla suavemente cerca de mi oreja.

-Nos volvemos a encontrar.-

Mi cuerpo reaccionó solo, lo empujé contra la pared y le coloque mi daga en su cuello.

-¿Todos nuestros encuentros serán así?-

Cuando me percaté de quien era, pegue un salto hacia atrás, pero al momento de alejarme, me agarró de la cintura, me pegó a él y me susurran en mi oído.

-Quédate quieta que esas personas son peligrosas.-

Estaba pegada a su cuerpo, podía sentir como mi cara ardía, menos mal que era de noche y se encontraba oscuro, así no notaría que estaba muriendo de la vergüenza, sentía como mi corazón se aceleraba y no podía controlarlo, para poder calmarme gire mi cabeza para ver que pasando en la calle. Vi como unos hombres arrastraban a dos jóvenes, no pasaban los 12 años era una chica y un muchacho, en ese momento apreté mis puños, me recordó al día que conocí a Jack.

-Si quieres los podemos rescatar, solo tenemos que seguirlos... si quieres te ayudo.-

-Sí, quiero que esos desgraciados paguen.-

-Sus deseos son órdenes, mi princesa.-

No entendía que estaba pasando, ni porque el Duque estaba allí, pero mi prioridad era salvar a esos jóvenes. Me agarró de la mano y me hizo ir corriendo tras estos hombres, íbamos escondiéndonos, hasta que llegamos al puerto, había un galpón, vemos por una ventana, y era un panorama horrible, estaba lleno de jaulas con varios jóvenes, quería matar al desgraciado que los había capturado. Cuando quise salir corriendo, para ingresar, siendo que me da un pequeño empujón hacia atrás y me dice.

-Espera, tenemos que entrar sin que se den cuenta, esos jóvenes todavía no van a ser vendidos.-

-¿Tú cómo sabes?-

-Hace rato los vengo buscando, me pidió el emperador que los capture, están secuestrando muchos jóvenes y los venden a nobles de otro reino como esclavos.-

Esperen un segundo este es uno de los momentos en que el príncipe captura a una de las bandas más buscadas en este reino por el tráfico de esclavos, por qué está el Duque y no el príncipe.

-¿Duque ese no sería el trabajo del príncipe?-

-¿quieres que ese idiota este aquí?-

Sentí como me decía esto último con mucha rabia, se podía percibir furia en sus palabras, el clima se helo de la nada… y a este qué le pasa ahora, me apresuré a contestar….

-No, prefiero mantener a ese príncipe lejos mío.-

Sentí como el clima se volvió menos hostil, se ve que él tampoco soporta a ese idiota, claro si va a ser su rival romántico dentro de unos meses.

-Respondiendo a tu pregunta, el emperador no confía en él, por eso me envía a mí, le debo algunos favores, así que hago el trabajo detrás de escena.-

-Pero…¿ alguien se entera que lo estás haciendo?-

-No, solo mis guardias que ya están rodeando el lugar y el emperador.-

Ahora entiendo el Duque hace el trabajo sucio y el reconocimiento es para es idiota, cada vez me cae peor….

-Prepárate para entrar princesa, puedes rescatar a esos jóvenes por ti misma, no te alejes por las dudas.-

Lo miré y asentí ya estaba lista para atacar. Entramos de forma sigilosa, al momento que los guardias del Duque entraban por puntos estratégicos para capturar a todos los que cooperan con este negocio, nosotros comenzamos a liberar a los jóvenes, cuando estábamos por terminar de abrir todas las jaulas, entran los hombres que vi en la calle.

Un ardor dentro de mí se prendió y los envestí como si de eso dependiera mi vida, luego de golpearlos un rato, los interrogue.

-¿Dónde están esos jóvenes que traía?-

-Púdrete perra, no te diré nada, ellos ya fueron vendidos-

Me acerque suavemente y coloque mi daga en su garganta, esto de ser villana me queda muy bien se ve, la cara de ese intento de hombre palideció y comenzó a temblar, hasta se orinó, mis carcajadas eran tan fuertes, me asusto de mi misma. El compañero que solo observaba desde la silla en la que estaba atado, se desmayó. Así que proseguí con el que todavía se hacia el valiente, después de unos golpes más, comenzó a rogar por su vida.

-Por favor Duque, si me sacas de la vista de esta mujer loca, diré todo, pero por favor, aléjala de mí.-

El Duque tenía una sonrisa de lado y respondió.

-Está bien ya no dejaré que mi princesa te siga dañando si nos cuentas todo.-

En ese momento se encendió una alarma que quería ignorar, su princesa, desde cuando soy de su propiedad… debe estar mal este Duque, pero no me preocupo, cuando llegue la protagonista esto quedará en el pasado.

-El dueño de este comercio ilegal es el conde Baldron, él estaba por ir a la quiebra y comenzó con el comercio de esclavos, decía que todo era culpa suya Duque porque no quiso hacer negocios con él hace un tiempo, por ello cayó en desgracia y se desvió de su camino. Los jóvenes que trajimos, el muchacho fue como esclavo a la misma casa que la chica, él solo quería protegerla y ella es la hija de un barón de menor rango, necesitaba dinero por las deudas que tenía de sus apuestas y la vendió, ahora debe estar siendo llevada a la casa del conde Baldron, ya que a él le gustan las jovencitas y vírgenes, usted me entiende Duque, como a todo hombre la carne fresca es mejor que la usada.-

Vi como un aire frio paso en un abrir y cerrar de ojo al lado mío, no tuve tiempo de procesar las asquerosidades que salían de aquella bestia y la siguiente escena fue la cabeza de aquel asqueroso hombre en el suelo, y el Duque parado frente a ese cuerpo inerte con la espada desenfundada, de la cual caían gotas de sangre. Con un dejo de culpa me dice.

-Ya no nos servía para nada este depravado.-

-No te preocupes si no lo hacía usted, lo hacía yo.-

Lo dije con un todo sombrío que hasta asombro al Duque.

-Ahora Duque como salvamos a esa niña, dijo que fue enviada con el conde.-

-No te preocupes estará a salvo unos días ya que el Conde no se encuentra en su casa,-

-Tenemos que idear un plan para sacarlos de allí y encontrar todas las pruebas para culpar, a esa familia.-

-¿Quiere ayudarme usted señorita?-

Sé que le tendría que haber dicho que no, que tendría que haber seguido mi camino en silencio, pero no podía dejar pasar esta atrocidad, estaba tan enojada, sabía muy bien cómo se sentía esa pequeña, hasta se podría decir que mi experiencia fue menos traumática. Todavía recuerdo como me sentía después del ataque de aquellos hombres, me costó mucho volver a caminar por la calle, por eso Jack me enseño a defenderme. La sensación de debilidad e inseguridad constante no es ninguna broma. Por esto sentía que tenía que ayudarla y rescatarla de ese destino tan cruel…

-Sí, te ayudaré, quiero rescatar a esos niños.-

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