Un trato de por vida...

Relata Ludmila Plater

Por dios que vergüenza, después que lo rechacé vino igual, menos mal que paso esto así no tenía que interactuar con él… voy a bañarme y limpiar un poco antes que llegue mi madre, ahí si se desataría el infierno si ve lo que le hice a la cocina….

Me tenía prohibido seguir molestando a los empleados, pues en estos dos años no era mi primer incidente, quise aprender jardinería y mate medio jardín sin querer, no fue mi culpa unas abejas comenzaron a seguirme y les lance fuego para espantarlas y no me di cuenta de que en medio se vio involucrado el jardín. Las rosas blancas que mate eran las preferidas de mamá, sin embargo, trató de no regañarme entendiendo que fue un accidente… el jardinero lloró una semana completa…. Luego de eso perdí el amor por la jardinera, por el bien de esas plantas y del jardinero.

Después quise ayudar a Melany, la encargada de limpiar los libros de la enorme biblioteca del ducado, y accidentalmente mientras caminaba me tropecé, moví la escalera en la que estaba Melany, ella arrasó con más de media biblioteca para sostenerse, decir que llegue a poner unos almohadones y su caída estuvo amortiguada, pero cuando nos dimos cuenta el balde que contenía agua con jabón estaba desparramado por el suelo, y encima de este un pilón de libros, para ser más específica, novelas románticas de mi madre, totalmente empapadas por absorber el agua del balde…. Se imaginan que mi madre quien le encanta leer esas novelas volvió a querer desear nunca haberme tenido, pero se contuvo, respiro y dijo que no importaba que deje de tocar las cosas de la casa por su salud mental, antes que cometa asesinato contra su querida hija.

Y por último, esperemos que sea mi último accidente, sino no me va a matar el príncipe, ya que seguro muero antes por mi madre….Para ser justos lo que me paso no fue del todo mi culpa, sino de este pequeñito…. Lo llevé a mi habitación y pedí llenar la bañera con espuma, ya estaba acostumbrada Sara, así que fue de inmediato a cumplir con mi petición…

Decidí pedir un fuentón al lado de la bañadera para primero sacarnos los pedazos de engrudo que se habían formado en el cuerpo del pequeño amigo y en el mío. Una vez que nos sacamos lo peor del pegote, lo meto a mi nueva mascota a bañarse conmigo….

Se ve que estamos conectados porque se puso a jugar conmigo. Mientras Sara no podía creer lo que veía, algún día se va a dejar de sorprender esta mujer…

Salimos del baño, seco a mi nuevo amigo y decido llamarlo Lince, una vez que lo nombre, mi muñeca brilla y aparece una marca de trébol de cuatro hojas. Me asusté más cuando escuche a hablar al zorrito.

-¡¡Por fin me pusiste nombre!!, mi humana Ludmila, de hoy en más seré su compañero, me presento adecuadamente, soy Lince a partir de ahora estamos conectados para cuidarnos entre nosotros.

- ¿por qué hablas?-

-No hablo solo tú puedes entenderme, decidí hacer un trato por el tiempo que dure tu vida.-

-¿quién te dio el permiso?-

-Nadie, soy un zorrito, puedo hacer masacres o puedo ser un ser muy compasivo, no necesito permiso de nadie para hacer lo que quiero, pero me caes bien y veo un enorme poder dentro tuyo, además en el momento en que te necesite me ayudarás, así como cuando me necesites, yo daría mi vida por ti gracias a esa marca-

No estaba muy convencida, y esto de dar la vida por alguien me parecía muy dramático, pero si me protegería de terminar en las manos de la realeza, feliz de cooperar.

-ok, podemos seguir juntos de ahora en más.-

Al rato le trajeron carne a mi pequeño Lince para que comiera y termino rendido, me contó que hace años busca a su familia, pero no sabe quién la tiene capturada y cuando sintió mi poder hace dos años, cuando desperté mi poder, comenzó a buscarme para poder pedirme ayuda, aunque siento que me la exigió en vez de pedirla.

Después de una extensa charla fui a ordenar la cocina, cosa que no me dejó hacer Melany ya que tenía una muy mala experiencia conmigo. Por ello volví a mi habitación a revisar la receta de la pizza que quería crear mientras veía como Lince estaba profundamente dormido en mi cama…

Llegó la hora de cenar cuando baje mi hermano me dice con cara muy divertida.

-¿qué desastre hiciste hermanita, mamá ahora sí que te quiere matar?-

-No fue mi culpa esta vez-

Mi madre ardía de furia y mi padre estaba serio, hasta que habla.

-Hija dime ¿qué asunto tienes con el Duque Greyel?

La cara de mi hermano fue épica, lo molestaría si no estuvieran mis padres.

-Lo conocí en el festival, quería visitarme para conocerme simplemente-

Le respondí tranquila, pero mi madre disperso toda su furia y me dice.

-¿Tienes un pretendiente? Y ¿ es el Duque Demonio?-

No podría decir si estaba feliz o qué, pero su enojo se fue así que iremos por ese lado.

-No madre, solo somos amigos simplemente.-

-Sería interesante conocer a ese Duque, dicen que tiene un poder mágico único. Quisiera ver quién de los dos es más fuerte.-

Pensé en las razones equivocadas mi madre solo quería demostrarle que ella era mejor en magia que él. Mi padre y mi hermano, se echaron a reir y mi padre dijo.

-va a tener que pasar por tu madre ese pretendiente tuyo si quiere siquiera tener una oportunidad contigo-

Pobre Duque la tiene jodida… Esperen un segundo porque estaría pensando en que quiero algo con él, solo lo quiero mantener lejos así no termino muerta, nada mas eso.

Terminamos de comer, mis padres me dejaron quedarme con Lince, ya que les conté lo que él me dijo, estaban orgullosos que tenga una magia tan fuerte. Mi madre me comento que el que una criatura legendaria me haya elegido significaba una enorme bendición, que lo cuide.

Y así termino otra pacífica cena en familia y yo me retire a mi cuarto.

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