Dean
Toco la puerta antes de entrar, no recibo respuesta, con sumo cuidado giro la manilla y entro en la habitación cerrando la puerta a mi espalda , está sentada con un libro en sus manos. Me siento al borde de la cama, despega su vista del libro y se acomoda para acostarse en mi regazo, acuario su cabello suavemente.
-Tengo miedo, miedo de perderlos-Pronuncia en un susurro poco audible.
Mi pecho se oprime un poco, se levanta y acto seguido me besa, su acto me toma por sorpresa pero no la detengo, la pego más a mi cuerpo y profundizó el beso, siento su corazón bombear con fuerza a través de su pecho.
Mis manos recorren cada centímetro de su cuerpo, se detiene el doblez de su pijama y lo deslizó hacia arriba dejando sus pechos expuesto.
-Esta noche hare que olvides todo pequeña, y recordarás a quien le perteneces- susurro en su oído, mordisqueando el lóbulo y dejan besos suaves por su cuello.
Ella es quien tiene el poder de controlar mis demonios, pero si a ella le sucede algo, juro que hasta el mismo infierno arderá por hacerle daño, quien se atreva a tocarle un cabello, sabrá lo que se siente estar en lo más profundo del abismo sin ninguna salida, y no tendré compasión de nadie ni de nada.
Keydan
No me jodas, no he podido pegar ni un ojo, y creo que no soy el único, los ruidos provenientes del cuarto de keattlyn me dicen que Dean es el responsable de mi mala noche.
Salgo al balcón y enciendo un cigarrillo, no pasan ni 5 minutos cuando vitale se me une.
-No sabía que era tan ruidosa- dice llegando a mi lado y enciendo un tabaco .
-y eso que no has escuchado nada.
Suelta una carcajada.
-necesitamos elaborar un plan sin fallas, quiero cazar a Vincenzo y necesito a tu hermana para eso.
Siento como la rabia invade cada parte de mi cuerpo, tenso mi mandíbula y me giro para mirarlo con furia.
-no, encontraremos una oportunidad sin dejar que acerque a ese bastardo, es muy peligroso para ella.
-Ahora te preocupas por ella, vaya que sorpresa- destila sarcasmos en todo lo que dice, no espero más y lo tomo del cuello, veo como sus hombre me apuntan con las armas.-¿acaso quieres morir Malcövich?- espera con desdén.
- aparte de ella nada me importa, niños quiera mi vida, crees que me importara la tuya- intensificó mi agarre pero el no hace nada.
-Vaya quien diría que en realidad también es tú talón, o me equivoco.- su cara se torna roja debido a la presión de mi agarre, lo suelto.
- ella es parte de mí, ambos somos una cadena, y si la tocan es como si me lo hicieran a mi, y a mi nadie me hiere, tu has visto como hice que el mundo estallara en llamas cuando me deje dominar por la ira, el odio y la venganza. Te aseguro que no querrás ver lo que soy capaz por ella, así que apegate al plan y déjala fuera de tus asuntos personales de poder- escupo las palabras con ira y me marcho.
No dejaré que la lastimen y si lo hacen destruir todo a mi paso hasta reducirlo a nada.
Yo también tuve a alguien, estuve en la posición de Dean por unos meses, conocí una chica, ella era luz en mi vida, ese tipo de luz que quieres manchar pero a su vez dejar que vuelva a brillar.
Para mi desgracia, las personas como nosotros solo atraemos la muerte, y eso fue lo que le sucedió a esa luz, una noche simplemente dejó de brillar y se apagó. A veces puedo escuchar el sonido de su voz, recordar el aroma que desprendía.
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-No te darás por vencida, ¿cierto?.- Digo mientras me dirijo a mi auto.
-No, me gustan los enigmas, y tú eres uno, déjame conocer tus demonios keydan-Rogo la chica cuyo nombre era Leyla.
-No sabes lo que estás diciendo, te arrepentirás de eso muñeca.
-Pruébame- me reto sin más.
La llevé a lo más profundo del bosque, ahí tenía una hermosa presa fresca, la hierba entrar y observar.
-Puedes irte cuando gustes-propuse mientras me acomodaba los guantes.
Se mantuvo en su sitio observando cada uno de mis movimientos. No pronunció ni una sola palabra, vio como le arrebate la vida a un hombre sin pensarlo dos veces, como premio saque sus ojos de las cuencas, lo puse en una plato, me giré a verla y vi en sus ojos miedo, sentí una satisfacción tan grande.
Me acerqué a ella pero no se inmutó, le tendí el plato y me miró desconcertada.
-cómelo- ordene. Pensé que no lo haría. Pero sin refutar nada lo hizo.-Deberías irte, tengo que limpiar esto- digo dándole la espalda.
-No tienes miedo de que vaya con la policía y diga lo que sucedió.
-Si quieres hacerlo eres libre, de igual manera es tu palabra contra la mía, de ser así e convertiste en una cómplice de homicidio, después de eso tendría que matarte- explico calmadamente.
-No me harías daño.-Dice convencida de sus palabras.
-Como estas tan segura que no lo haré, estamos lejos de la ciudad, nadie escuchará nada, tampoco encontrarán tu cuerpo.
-por qué de querer hacerlo ya lo habrías hecho.- tiene un punto a su favor.
Se quedó conmigo a limpiar el desastre, luego de eso actuó como si nada habría pasado, me sorprendió su actitud despreocupada y despertó mi curiosidad.
Nos seguimos viendo por meses, salimos y compartimos como cualquier otra pareja, exceptuando que me ayudaba en las limpieza.
Hasta una noche, tuve un trabajo clase A, debía matar a un hombre de alto rango, las cosas o salieron bien y termine dando con su hermano.
Fueron tras leyla y la asesinaron.
Cuando llegue era demasiado tarde, la encontré tendida en el suelo envuelta en un charco de sangre, apenas y respiraba.
Tome su cuerpo dispuesto a ir al hospital.
-Sabia que me encontrarías-Pronuncio en un susurro.
-No hables, iremos al hospital, estarás bien.
-Keydan, Gracias, por encontrarme, estoy feliz- me sonrió de manera dulce y limpié una lágrima que rodeaba por su mejilla. Luego de eso no dijo más, no volvió abrir los ojos, se había ido, era mi culpa después de todo.
Contacte a Dean y Vitale para que me ayudarán a encontrar a ese malnacido y hacerlo pagar el doble.
Lo encontré, asesine a su familia frente a él y gocé de torturarlos hasta morir. Me acerqué a él tranquilamente, lo tenía amarrado a una silla.
-¿Sabes?, ella fue ese rayo de luz que alumbró lo oscuro que había dentro de mí. Era el talismán que oprimía a este demonio y lo mantenía en paz, ahora imagina, ¿qué pasará si ese talismán se rasga, o esa luz desaparece- inquirí acercándome a él mientras clavaba mi navaja en su pierna- Este demonio volverá y llenara de oscuridad toda tu miserable y repugnante vida, y lamentarse haberle hecho daño. ¿Entendiste? O ¿ Quieres que te lo explique mejor?- pregunte agarrando al único familiar vivo, un niño de 8 años y deslizando mi navaja por su garganta.
Cuando termine, me sentía vacío, supo como entrar y domar mis demonios, ahora que se ha ido no quedaba nada a lo que aferrarse. O eso pensé.
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Comments
Maritza Hernández buitrago
Huy que fuerte 😳
2022-07-19
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