Londres
Despierto sobresaltada con el sudor en la frente, miro la hora en el reloj de mi mesa de noche, veo que marca las 5 de la madrugada, suelto un suspiro entre cortado.
Me levanto y camino hacia el baño, me desprendo de mi pijama y entro en la ducha, el agua fría cae sobre mi cuerpo, termino de asearme.
me detengo en el espejo de mi habitación, hecho una vista rápida a mi reflejo.
-Dios, soy un desastre-, visualizo las pequeñas bolsas debajo de mis ojos por las horas extras del trabajo y mi actual insomnio debido a las pesadillas.
Me alisto para salir rumbo al trabajo, voy más temprano de lo usual, recojo mis cosas para irme. Enciendo mi auto y salgo de casa. Manejo alrededor de 40 minutos y estaciono en mi lugar habitual.
-Buenos días, señorita keattlyn- saluda el recepcionista de la empresa.
-Buenos días, Jacob-, le devuelvo el saludo cordialmente, camino hacia el ascensor revisando los manuscritos que debería entregar esta tarde.
Mientras espero, percibo un aroma familiar.
-La reunión se pospondrá hasta las 3 de la tarde, avísale a Meredith que reajuste la agenda nuevamente.
Levanto la vista de golpe y trato de buscar al dueño de la voz.
-No puede ser él- pienso, mi vista choca con un hombre alto de cabello rubio, mi corazón comienza a latir frenéticamente, avanzo varios pasos para alcanzarlo, pero desaparece de mi campo visual.
Me regaño mentalmente y camino nuevamente hacia el ascensor. Una vez dentro mis nervios siguen a flor de piel.
Entro a mi oficina para darle el último vistazo al manuscrito de Helen y doy los últimos retoques.
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Entro a la librería y me dirijo a la sección de Fantasía, esta semana salió a la venta “Una Corte de rosas y espinas”, desde hace meses estoy a la espera de esa saga. Miro la cola que se forma en la caja para cancelar.
Me tomo el tiempo de pasear por las demás secciones, mientras espero mi turno y poder llevar mi libro a casa.
Entonces lo veo. Alto, cabello rubio, piel blanca, barba pulcra, lo miro sin descaro alguno, sostiene en sus manos una novela policíaca “Huesos en el jardín”, sigo observándolo, hasta que levanta la mirada y sus ojos conectan con los míos, son color café claro, quedé idiotizada por un momento.
Me da una sonrisa ladina y debo decir que es hermoso, pasa por mi lado y su perfume inunda mis fosas nasales, huele bien.
-¿Te interesa? Puedo dártelo si deseas- dice extendiendo el libro en mi dirección.
De cerca puedo detallarlo más, la diferencia de altura no es mucha. Sus labios son carnosos, pestañas largas y pobladas, parece sacado de una revista.
-No, está bien. Solo pasaba- trato de sonar lo más segura que puedo, su mirada es cálida pero tiene algo intimidante en ella.
Me giro sobre mis talones y avanzo hasta la fila. Puedo percibir que está detrás de mí.
-Fila larga, ¿no?- dice, su voz es gruesa pero aterciopelada.
Asiento a modo de respuesta.
-Vienes muy seguido, ¿no? , te he visto varias veces- pregunto casualmente.
La verdad es que sabía que estaría aquí, desde hace 1 mes lo he admirado desde lejos, siempre está los martes a las 3 p.m. en la librería.
Genial, ahora parezco una acosadora.
-Sí, aunque no mucho, la universidad no te da mucho tiempo libre- dice mientras me da una sonrisa deslumbrante.
La conversación se da por terminada cuando es mi turno de pagar, me acerco a la caja y cancelo el monto del libro que tengo en mis manos.
Él ocupa mi lugar y hace lo mismo, una vez fuera camino hacia la cafetería más cercana.
El chico llega trotando hacia mi lado y vuelve a sonreír.
-Deseas que te acompañe, puedo invitarte un café si quieres- me propone mientras sigue caminando a mi par.
- Cla-Claro ¿por qué no?-, tartamudeo en un intento fallido de no sonar emocionada.
- Me llamo Dean-dice, ofreciéndome su mano.
-keattlyn-. respondo al momento que estrecha su mano con la mía.
¿Quién pensaría que detrás de aquella sonrisa dulce se escondería un monstruo?
Aquella tarde fue el inicio de todo, en esa cafetería sellé mi destino con el suyo, pero para lo que no estaba preparada, era para los eventos desastrosos que sucederían después.
Por qué esa mirada cálida y hambrienta está viendo a su nueva presa, y supe que no me dejaría ir fácilmente porque esta presa era justo lo que buscaba, alguien rota, corrompida y manchada por la peor oscuridad de este mundo.
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Salí de mi trance cuando escuché dos golpecitos en la puerta, era mi asistente con un café en la mano.
-Adelante- digo mientras acomodo los papeles.
-Un café bien cargado llegando-Dice con una sonrisa.
-Gracias Sofi, no sé qué haría sin ti.
Acepto el café que me ofrece y bebo un sorbo mientras sigo corrigiendo algunos libros que me encargaron.
-No has estado durmiendo bien últimamente, ¿cierto?, tienes una ojeras horribles- dice mientras agarra el manuscrito ya terminado.
-La verdad es que no, últimamente he tenido muchas pesadillas, pero ya se me pasará- doy mi mejor sonrisa y veo como se relaja.
-Deberías tomar unas vacaciones, no es bueno someterse mucho al trabajo.
-Tal vez, lo pensaré después, tráeme el formulario de la tarde, quiero revisarlo y reescribirlo nuevamente por favor.
-Claro, ah cierto, un escritor solicitó una reunión contigo a las 3 p.m., quiere que le ayudes con un libro.
-Acepta y cambia mis reuniones de la tarde para mañana, dile que lo estaré esperando en la sala de conferencias, puntual.
-De acuerdo y Keattlyn, lo digo en serio deberías tomar un descanso.
Sin más sale de mi oficina y suelto un suspiro cansado. Hace 4 meses me promovieron a Editora en jefa, llevo trabajando casi 3 años para una de las mejores Editoriales de todo Londres, amo lo que hago, y gracias a él también llegue a donde estoy.
La mañana pasa rápido como de costumbre y me preparo para atender la reunión, faltan 15 minutos todavía, soy la primera en llegar.
Acomodo mi laptop en la mesa y termino de reajustar ciertas cosas, cuando escucho la misma voz familiar de esta mañana, alzo mi vista y me encuentro con esa sonrisa cálida y esos ojos dorados que tanto amé.
Contengo la respiración cuando se acerca, mi pulso se descontrola, no logro emitir ningún sonido, solo me quedo fija mirándolo.
-Hola pequeña, es bueno verte de nuevo- dice mientras sonríe abiertamente y tiende su mano hacia mí.
Esas misma manos que un día sostuvieron las mías, curando mis heridas, esas mismas manos manchadas de sangre aquel día.
-Dean- digo en un susurro.
Su sonrisa se ensancha más, me levanto de mi asiento lista para marcharme. Bloquea mi camino rápido impidiendo mi huida. Su mano rodea mi cintura y me atrae junto a él.
-Bienvenida a casa, Butterfly- susurra en mi oído.
Mi pesadilla se ha vuelto realidad.
El Ángel vino en forma de bestia y vino a salvarme.
Quizás… Solo quizás vino a acabar conmigo. A terminar lo que empezó desde aquel día.
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Comments
Angi Jose
se ve muy interesante
2022-10-03
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