YO LA COMERE A USTED

Eleonor llama a la escolta del príncipe y hacen que lo lleven a su habitación, ella tiene que encargarse de despedir a los invitados.

- Víctor llévame a la habitación de su majestad._ tambaleándose.

- Principe usted está un poco tomado, si sabe que no es resistente al alcohol y aún así tomo._ regañandolo como un hermano.

- Mañana nos iremos y aún no me he despedido de su majestad, Víctor llévame a su habitación.

- La habitación de su majestad está custodiada por guardias de su confianza principe.

- Entonces la esperaré afuera._ Decidido.

Eleonor tardó como una hora para despedir a todos los invitados y grande fue su sorpresa que cuando estaba regresando a su habitación se encontró al príncipe sentado en el piso afuera de su puerta esperandola.

- Majestad que bueno que vino, el octavo concubino estuvo esperándola y no quería irse hasta verla._ hablo el guardia.

- Majestad el príncipe en ese estado suele ser un poquito terco espero comprenda su comportamiento._ hablo Víctor para que la emperatriz comprenda a su amo.

- Siempre es así cuando toma?._ le pregunta a Víctor.

- No suele tomar casi nunca, pero si el no es muy tolerante al alcohol majestad.

- *jajajajaja* risa interna.

Ya veo entonces pasenlo a la habitación._ hablo eleonor.

-Si majestad._ hablaron sus guardias, cargando a Eliel.

En el cuarto la emperatriz iba a acomodar a Eliel cuando este abre los ojos y la mira.

- Por fin viniste._ hablo Eliel.

- Estabas despierto?. _ sorprendida por su comportamiento.

- Si decía que estaba despierto, me hubieras mandado a mi habitación. _ fingiendo llorar.

-*Se me hace tan lindo, su comportamiento de niño*

- Majestad._ Dice Eliel mirándola sonrojado.

- Que pasa? Tienes fiebre?._ preocupada.

- Mi única fiebre es usted.

- No sé si eso sea un halago o un insulto.

Eliel se paró de la cama y agarró a la emperatriz desprevenida por la cintura, diciéndole que eso causaba ella en el y le da un beso sorprendiendo a Eleonor dejándose llevar por los labios del príncipe.

- Oye ... esto es muy pronto, no puedo comerte aún. _ Hablo Eleonor dandole una sonrisa picara al príncipe pero lo que ella no sabe esque no lo puede intimidar y los papeles cambiaron.

- Quien dice que su majestad me va a comer?, Yo la comeré a usted._ Desabrochandose la camisa y con una sonrisa más pícara que la de ella.

- Espera!! Tu no eres así, por lo menos espera a que vuelvas a tus sentidos._ Nerviosa.

- No majestad, hoy la haré mía y usted va a rogar para que este en mi cama._ acercándose a ella.

Eliel cargó a Eleonor hacia su cama lo cual le hacía pensar a la emperatriz de donde el había sacado tanta fuerza ya que notó que su poder crecía un poco mas.

Se posó encima de ella, sosteniendose de sus brazos para no aplastarla con su cuerpo, mirándola directamente a los ojos, solo eran ellos dos, con las luces apagadas pero si se podían ver gracias a la luz de la luna.

Eliel comenzó dándole suaves besos a la emperatriz bajando hasta su cuello, poco a poco quitándole ese vestido que tenía puesto, por parte de la emperatriz ella tenía sus brazos al rededor del cuerpo de eliel sintiendo su suave piel y eso le hacía estremecer.

Las prendas fueron quitadas de a pocos por ambos, su temperatura corporal iban subiendo, eleonor podía sentir la lengua de eliel pasando por uno de sus pesones y los dedos de el estaban en su parte íntima, este acto hizo que ella jadeara de placer fuertemente.

Eleonor no se quedaba atrás, para que el la recordara, ella le hacía marcas en su cuerpo, los llamados chupetones por distintas partes de el, algunas en el cuello, otras en su abdomen, incluso le dejo mordido el labio.

Cuando Eliel sentía que su emperatriz ya estaba lista, la empezó a penetrar con delicadeza, a los dos los estaba excitando, por fin eran uno solo, Eleonor le dejaba marcas en la espalda de el ya que le excitaba sentirlo, hasta que llegaron al clímax.

Pero ahí no paró el acto, solo era el principio le dijo Eliel a la emperatriz y hizo que esta se estremezca porque sintió el miembro de este aún duro y su tamaño hizo que sintiera temor porque al día siguiente iba a despertar pero invalida se dijo.

Y así estuvieron toda la noche siendo uno solo, dándose cariño, fundiendose en la pasión.

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