Capítulo 5

Tenemos una ayuda en el paraíso donde nos encontramos antes de volver a la vida. Cuando ya vivimos más de tres vidas sin cumplir nuestro objetivo de reunirnos con nuestra alma gemela pero si cumplimos con nuestro propósito predestinado los ángeles tienen la obligación de preguntarnos si queremos un poder para tener en nuestra próxima vida.

Yo elegí usar esa opción antes de nacer la cuarta vez pero se volvió quizás en mi contra y me trajo demasiada desilución y pesar.

Recuerdo que pedí tener buen oído para así distinguir la voz de mi alma entre todas las demás. Pensé que así la reconocería pero solo se volvió en mi contra.

Pude escuchar con demasiada claridad cada cosa que la gente que quería y me ocasionó una muy profunda depresión todo aquello.

Así descubrí que nadie era sincero y que solo calumniaban y me perjudicaban con profunda y absoluta maldad. Yo era una persona bondadosa y pura de sentimientos, transparente en mis emociones e intenciones con los demás. No tenía ni un pensamiento negativo ni conocía la envidia.

Fue una desgracia en esa vida acabar casada en manos de un monstruo que me ultrajo y se ocupó de destruir mi corazón. Las personas que quería y había ayudado le decían mentiras que él jamás se ocupó de verificar.

Fui víctima de golpes, quemaduras, violaciones salvajes y no merecía nada de eso. Me aferraba a la vida con todas mis fuerzas con optimismo al pensar que todo mejoraría pronto y así no tuviera felicidad si podría vivir en paz o al menos recuperar algo de espíritu.

Me case siendo bella en el exterior y con el corazón más puro y bondadoso pero al momento de mi suicidio en un momento de desesperación mi piel no se veía saludable sino apagada, mi cabello lo había cortado quien me maltrataba y producto de sus golpes eran pocas las piezas dentales que conservaba. Las cicatrices tenían diferentes formas y tamaños. Mis huesos habían sufrido mucho también, fracturas mal cicatrizadas... Sufrí mucho y le di fin a todo mí dolor.

Cuando mis ojos se cerraron y tomé mi última bocanada de aire me inundó el alivio de saber que el infierno había acabado para mí. Desde el paraíso ví como aquel monstruo fue cegado por la ira, consumido por el rencor y los celos. Cuando él descubrió la verdad cobró venganza y se suicidó. Aquel acontecimiento se escribió en libros de historia de aquella época porque tenía una posición social y necesitaba un heredero de su título pero eso jamás llegó. Todo se fue a la ruina en su familia debido a esto.

Comprendí más tarde que muchas veces no oír es un beneficio y que trae menos desilusiones ignorar muchas cosas.

En mi siguiente vida pedí tener belleza, quizás de esa manera mi alma gemela me reconocería entre todas las personas y viniera a mi lado donde tendríamos nuestro propio final feliz pero aquella vida no fue la mejor tampoco.