Capítulo 3

Meses pasaron dónde mí salud se deterioraba por más que intentaba estar bien por mí hija. En el último estudio médico que me realicé el cáncer ya se había expandido a otros órganos.

Ver el dolor reflejado en la mirada de mí médico y también de su padre me hizo sentir mal porque no deseaba que sientan pena de mí.

Llegué a casa y Esperanza estaba esperándome para saber cómo me fue en el médico ya que me negué a que me acompañara.

-Hija siéntate, debemos hablar y solo deseo que me perdones. Tengo cáncer en fase terminal

-No puede ser cierto, iremos al médico, haremos tratamientos y lo que haga falta

-Hija todo eso lo hice pero el cáncer siguió avanzando, no hay nada que hacer ya, solo es cuestión de días o semanas

-Prometiste nunca dejarme y ahora me dejarás sola- llorabamos juntas

-Si de mí dependiera estaría mí vida entera a tu lado corazón pero mí tiempo se está agotando aquí

Fui a descansar y a llorar en soledad porque ver sufrir a mí hija me cuesta más que ésta enfermedad y duele incluso más.

Se que no la veré casarse y que no podré acompañarla cuando de a luz su primer hijo. Lo peor es que se que le haré falta

Una semana transcurrió y todo fue tristeza en casa. Comencé a sentirme mal y Esperanza me acompañó al médico donde me quedé internada. Serían probablemente los últimos días que viera la luz del sol a través de la ventana.

Como el cáncer se había extendido hasta mis pulmones me habían puesto oxígeno y morfina para poder soportar el dolor.

-Hija

-Mamá no hables por favor, no debes agotarte

Le conté con dificultad cómo fue que su padre y yo nos casamos y la promesa que nos hicimos. Qué no lo odie y a su mujer tampoco, ninguno aquí tiene la culpa de nada.

-Siempre tu papá estará en mí corazón porque gracias a él es que tu estás aquí pero nunca lo amé.

Esperanza lloraba sosteniendo mí mano

-Hija pídele que venga con su mujer por favor

Cuando ellos llegaron a verme sonreí con las pocas fuerzas que me quedaban

Me quedé con ellos a solas y con gran dificultad les dije

-Cuiden a Esperanza, ella ya sabe la verdad Francisco y aunque le cueste se que lo aceptará. Marta tenle mucha paciencia, para ella no es fácil esto, cuídala por mí y acompañala porque yo no podré hacerlo. Me hubiese gustado estar en su vida más tiempo pero Dios no lo ha querido así, cuando ella de a luz y cuando que se case necesitara a su mamá pero estarás tu en mí lugar. Me voy feliz y tranquila de saber que queda en buenas manos.

Todo fue llanto, Marta no podía hablar y Francisco lloraba con mucha angustia

Ellos salieron y entró mí hermosa hija acompañada de mí médico que venía a controlarme.

-Cuidala por mí, hija dale una oportunidad, están hechos para estar juntos lo sé. Prométeme que lo harás

Los dos se sonrojaron y mi hija me dijo -Lo prometo mamá

-Te amo hija, desde donde esté voy a seguir amándote y estaré contigo.

Ella se acercó y le di un último beso, di mí último respiro y mis ojos se cerraron.

Camine hacía la luz, aquella a la que me dirigí tantas veces antes dónde nuevamente me dijeron que lamentaban que no haya encontrado a mí alma gemela en esa vida

Me quedaría en el cielo viendo cómo seguían las personas que deje atrás con mi ausencia.

Aquí no hay tiempo, solo vemos cómo transcurren los años a partir de nuestros seres amados por como van envejeciendo y los más pequeños creciendo.

Esperanza poco a poco logro perdonar a su padre y entablar una relación con Marta que la recibió con los brazos abiertos. Ella y Leonardo se acercaron y acabaron juntos trayendo una niña a quien llamaron Ana y un niño llamado León.

Mi espíritu se alegró inmensamente al ver la felicidad de ellos y de confirmar que eran almas gemelas los cuatro tal como lo suponía.

Me quedé viéndolos hasta que nos reencontramos aquí. Esperanza y yo nos abrazamos, la recibí con los brazos abiertos y ella se quedó velando por sus hijos que aún estaban en vida.

Yo ya estaba lista para volver a la vida si es que así lo deseaba o podía quedarme hasta que mi luz se apagara por completo y dejara de existir

-Alma 196 es tu decisión, no podemos obligarte a volver a la vida

-He vivido tantas veces que se que de volverlo a hacer pasará lo mismo

-Piensalo pero ten fe, mientras hay vida hay esperanza

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