LOS CAÍDOS

princesa, esto fue delicioso–se lame los labios.

-me imaginó, me dejastes sola un buen rato– fingo tristeza.

- bueno, creo que ya es hora de irnos–digo y ella afirma con la cabeza.

Caminamos a la salida y llamamos a  un taxi. En eso se acercan varios chicos.

- hola chicas-dice.

Lo miramos raro

- a estas horas no es para que mujeres tan sexy como ustedes estén por aquí.

-  cállate imbecil –digo.

- ¿Por qué mejor no te largas y nos dejas en paz?

Me agarra de la barbilla y me dice.

- No me hables así perra–dice.

Joder que mal aliento, me va matar, parece que moriré hoy.

- ya déjala–me agarra caro y uno de ellos se cruza en el camino.

Estúpidos.

En eso mi amiga le va a dar un golpe y el se arregamanga la camisa y ve  un tatuaje.

-mierda, mira su brazo- me señala caro y yo me quedo en shock.

Dios, es el tatuaje de Los caidos.

Ella retrocede y en eso pasa un taxi y le grita para que pare.

Diosito eres tú?

Dicen los rumores que son personas que  hacen magia negra y matan personas para hacer sacrificios, no creo lo suficiente  en ese rumor, pero no quiero averiguar si es cierto o no.

Salimos  corriendo y entramos, mi amiga le da la dirección y yo sigo en shock, y siento un escalofrío, horrible y miedo.

- eso estuvo cerca- dice.

Eso de magia y esas cosas no creo mucho.

- joder sí.

- mira este es el chico del club– me muestra la foto.

Uff que lindo.

me sorprende como cambia de tema tan rápido.

- te rifastes con ese hombre, esta re lindo.

- obvio, es que yo levanto hasta un pene muerto– río y la miro rara.

- ok, chica no me mires así, era una broma no muy graciosa.–dice y me río.

- esta noche fue increíble, gracias.

- de nada, siempre  dispuesta a todo por ti.

- ahhhh!! Linda– exclama.

Mis pensamientos viajan al tatuaje de aquellos hombres, sin duda alguna es muy lindo, tiene una corona negra de siete puntas y una serpiente debajo de color negro.

Me acurrucó en el pecho de caro, y siento como mis ojos pican y caigo en un profundo sueño.

Siento como me toca  el brazo, me asusto y veo sangre por todo el piso, sangre negra y grito aterrorizada.

-lilith, despierta estoy aquí.

Despierto de un salto y estoy sudando.

- joder princesa, que soñabas?– me pregunta.

Yo seguía mirándola con miedo, tenia mucho.

Suspiró.

- con sangre y fue horrible–digo.

Ella me abraza y volvemos a acostarnos ya que es de madrugada.

- ¿ Por qué no fuimos a tu casa?–pregunto.

- es que tu casa queda más cerca– dice.

- cierto se me olvidaba.

AL DÍA SIGUIENTE.

- buenos días, caro.

-buenos días princesa– te levantaste temprano.

-  no se, porque pero no tengo sueño.

- aunque me siento cansada- digo.

Uff que rico.

Caro me trae mi desayuno favorito.

-sabes lo mucho que te amo, cierto?–digo y ella ríe.

- ¿Qué  hacemos hoy?–preguntó y pasó mi mano por su cabello–acariciándole.

- podemos ir de compras–dice.

- seguro, no hay más nada que hacer aquí.

no bañamos y nos colocamos uno short. Ella con una camisa blanca de tiras; sencilla y yo una un boda negro, con unos tenis negros.

Todo negro, chica mala.  Obvio si soy, respondo a mis pensamientos.

-larguemosnos de aqui–dice– me jala hacia fuera y corre hacia un taxi y nos montamos.

- buenas tardes señoritas‐ dice el señor.

-quieren escuchar algo en particular–pregunta.

-No señor, con lo que sea esta bien– respondo.

Después de unos minutos nos pregunta a donde nos dirigimos.

- A la calle 15 #16– dice mi amiga.

- es un centro comercial muy bonito y lujoso–dice el señor.

Tratando de sacar tema de conversación.

-sí nos recomienda algún lugar de comida o ropa?–pregunto.

- sí,  hay una de ropa interior, que le compro a mi esposa. Se llama calvin klein–dice.

Ok, mucha informacion, no quería escuchar eso.

Mi amiga ríe y yo le sigo,después de un rato  llegamos y nos despedimos del señor.

Viejito, pero bonito, positivo para  sugar daddy?

Río  de mis pensamientos.

-De que te ríes,chica loca– me dice y río.

La jalo del brazo y entramos al centro comercial, vamos corriendo de una tienda a otra como un par de locas y compras zapatos, ropa, collares.

-estoy cansada y sudorosa–le digo.

- ¿cómo no? si corrimos por todas las tiendas como locas–reímos.

después fuimos a un restaurante y vi la tienda del calvin klein.

el viejito no mentía.

había una lencería muy bonita, de color rosa con rojo, delicado, pero fuerte a la ves– buena combinacion–pense.

la miro y le digo a mi amiga que la compre y ella me sigue, ya que también se antojo de algo y nos vamos.

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