DESIREÉ

^^^8 de agosto de 20XX.^^^

Después de haber realizado el último examen en la universidad, Desireé no pudo evitar dejar caer un par de lágrimas, recordando que no fue fácil haber llegado allí.

Cuando Lucrecia, su mamá quien se encontraba estudiando en Italia, se entero que estaba embarazada, decidió volver con su madre a su pueblo natal, Iruya.

Después de que Desireé naciera, se postulo para gerente en un hotel del pueblo y comenzó a trabajar para ayudar a su madre con los gastos de la casa y la crianza de la niña. Nunca le hablo de su padre, hasta los 5 años, se crío sola con su madre y su abuela quién tenía una bonita tienda de libros, aunque pequeña.

Un día Lucrecia, les presentó a su nueva pareja, Nicolas Morel , quien resultó ser el dueño del hotel donde trabajaba, Desireé pensó que sería algo bueno, porque ya no estarían solas.

Nicolas, mostraba ser un hombre amable y cariñoso, cada vez que visitaba a Lucrecia traía un regalo para ella, variaban entre dulces y algunos peluches e iniciaba conversación con la pequeña, preguntándole como estuvo su día o miraban la tv juntos.

En el transcurso de unos meses Nicolas ya se encontraba más que instalado en la casa que compartían con su abuela.

Al final de ese año le dieron la noticia de que se enconvertiria en hermana mayor pronto. Ella estaba más que feliz . Desireé ayudaba a su mamá cuando su vientre prolongado no la dejaba caminar mucho, en lo posible le alcanzaba agua, sus pantuflas y le hacia compañía mientras su abuela y padrastro se iban a trabajar.

En febrero nacieron sus hermanos Benjamín y Bastián y todo su mundo cambió.

Debido a que la familia se agrandó, Nicolas propuso mudarse para estar más cómodos. Pero su intención era otra.

Llego el día de la mudanza, todo fue cargado en el camión excepto las cosas de Desireé.

Lucrecia le dijo a Eva, su madre, que había surgido un inconveniente con el arreglo de la casa y el cuarto de la niña aun no estaba listo, así que debían ser pacientes, que una vez finalizados los arreglos, la llevaría con ella y sus hermanos.

Eva no se lo tomo a mal, porque si se iban, extrañaría mucho a su pequeña Sire.

Ese momento nunca llego.

Su mamá dejó el trabajo y se dedico de lleno a criar a los gemelos, los cuales no le dejaban tiempo para visitarla. Nicolas tampoco lo hacía. Con el tiempo Desireé se acostumbro a su ausencia y terminó la primaria con las mejores calificaciones, pero si se sintió afectada con el hecho de que era la única niña en la escuela cuyos padres no la acompañaban, y solo su abuela la observaba con orgullo desde los asientos designados en la ceremonia de graduación.

Un grupo de niños crueles le hacían bulliying y la dejaban a un lado diciendo cosas como:

- Aquí esta la nieta de la vieja loca, esa que vende libros raros y como ella está igual de loca su mamá la abandono-.

-Cuidado que no los mire o su abuela les lanzará un hechizo-.

Pero ella no les hacía caso. Sabía que su abuela Eva no estaba loca y que en su tienda se vendían libros de fantasía e historia de otras regiones.

Llego el día en que Desiree comenzaba la secundaria, estuvo parada en la puerta del edificio esperando ver llegar a su madre para felicitarla, pero nunca llego.

Después del primer tiempo salió a la cafetería a almorzar, un compañero le arrojo a propósito su bandeja de comida encima, dos chicas que lo vieron se acercaron y se presentaron:

-Hola soy Alma, vivo frente a la tienda de tu abuela, pero no suelo salir mucho de casa. ¿Estas bien?

-Hola y yo soy Celeste vivo cerca del bosque. No le des importancia, -¡son idiotas! dijo mirando hacia la mesa de los chicos.

-Un placer chicas, me llamo Desireé.. respondió- y a la vez les pregunto- ¿no les da vergüenza estar a mi lado?

-Para nada- contestaron las chicas- este mundo esta lleno de personas raras, en las cuales nos incluimos jajaja - entre risas acompañaron a Desireé a cambiarse y desde ese día se volvieron inseparables.

Paso el tiempo y siempre había una excusa distinta que retrasaba su mudanza. Por ejemplo cuando comenzó la secundaria, su madre le decía: -los niños te resultarían ruidosos y no podrías descansar y estudiar tranquila- espera unos meses que los gemelos se adapten a la escuela y te traeré con nosotros-.

Esos meses se convirtieron en años y la muchacha ya estaba finalizando la secundaria.

Luego del colegio se dedicaba a ayudar a su abuela en la tienda de libros y sus amigas la ayudaban.

Tuvo muy poca relación con sus hermanos ya que Nicolas tuvo que viajar e instalarse en San Antonio, el pueblo vecino para ampliar el negocio familiar y Lucrecia se fue con él.

Realizaba alguna que otra llamada o video llamada para saber como estaban las cosas en Iruya.

Con el tiempo Desireé no respondía y solo Eve conversaba con Lucrecia.

Al graduarse Desireé recibió la visita de sus hermanos lo cual la dejó impactada, nunca pensó que ellos vendrian a saludarla, ya que no solía socializar mucho con ellos.

En la entrada del edificio un auto con dos guapos muchachos llamo la atención de todas las chicas.

Benjamín vestía un blazer bordo y Bastián uno igual pero en color verde oliva. Sus brillantes ojos verdes resaltaban con la cálida luz de las lámparas de la entrada. Habían crecido bastante desde la última video llamada que tuvieron y charlaron.

-Sire-grito Benjamín agitando su mano.

-ya nos vio, no hace falta hacer tal escandalo- le dijo Bastián.

De los dos Benjamín era el más relajado, en cuanto a Bastián era más conservador.

Desireé sonrió y corrió hacia ellos y les dijo:

-¿que hacen aquí? pensé que estaban aún en San Antonio con nuestros padres.

Bastián respondió- estaríamos, si no fuera porque nuestra madre nos pidió que vinieramos a hacerte entrega de tu regalo de graduación- y señalo el auto que estaba estacionado afuera.

Desireé frunció sus cejas y su sonrisa desapareció.

-Eso quiere decir que están aquí solos ¿verdad?- suspiro.

-Bueno... quieren nuestros padres compensarme por los años de ausencia o tal vez no quieren verme ya en su vida- expresó en tono triste -se lo pueden llevar de vuelta, no lo acepto- dijo la muchacha.

Benjamín quiso convencerla diciendo- no es eso Sire, nuestros padres están ocupados, pero saben todo el esfuerzo que haces para ayudar a la abuela y también que aplicaste para la universidad, necesitas en que trasladarte ¿verdad?- y se quedo mirando fijamente a su hermana, quien no emitió reacción alguna.

-No lo necesito, existen los autobuses y metro para eso- le respondió.

Bastián no iba a insistir y se subió al auto, le dio una seña a Benjamín para que subiera y antes de encender el auto y partir le dijo- estaremos hasta mañana en el hotel, si te arrepientes..ven a buscarlo- apretó el acelerador, entro en la carretera y desapareció de la vista de Desireé, como si nunca hubiesen estado allí.

Esa fue la última vez que se reunió con sus hermanos, porque luego fueron enviados a LA a estudiar.

Luego de poner en orden sus pensamientos, limpió su cara, saludo a sus profesores y dejo el edificio. Al salir sus amigas las esperaban ansiosas.

Al verla aparecer se lanzaron sobre ella y al notar sus ojos enrojecidos pensaron que había fallado.

-No te preocupes Sire, en la próxima lo tendrás. Dijo Cele.

-Si si... esto no es más que un tropiezo, agregó Alma.

-¿Que dicen locas? no es evidente que ¡A-P-R-O-B-E!- Les grito Desireé.

Sus amigas, que siempre fueron su apoyo, saltaron y gritaron de la emoción y le dijeron:- ¡esta noche se festeja! Y no se aceptan excusas.

Antes de ir a cambiarse le tomaron una foto a Desireé fuera de la universidad.

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