CAPITULO 08

NEYLANE – ¿piensas estar parado ahí como pervertido?

JEAN no dejaba de verla, pero al escucharla hablar, sus palabras lo sacaron de su pensamiento – tu niñita ¿estás loca? como se te ocurre bañarte aquí sin ropa, acaso eres una…

NEYLANE con una enorme sonrisa pícara le dice – espera, ¿qué estás pensando? he, ¿piensas que estoy desnuda?

JEAN – tú en verdad no te respetas nada, ¿cómo se te ocurre estar desnuda aquí? Quiero que te salgas del agua de inmediato, vamos a la casa; ya verás cuando lleguemos, esto es una inmoralidad, que no sabes tú lugar, mi esposa no debe comportarse así.

NEYLANE cuando escucho esposa hizo que su corazón saltara de felicidad – por fin aceptas que soy tu esposa, eso sí es un gran paso, mi guapo esposo.

JEAN al darse cuenta de lo que dijo pensó “realmente perdí la cabeza, ¿cómo le pude decir esposa?, esta niña hace que pierda el control y que hable sin pensar en lo que digo” molesto le grita - deja de decir tonterías y sal ya de ahí, ponte ropa antes que alguien te mire desnuda.

NEYLANE se da la vuelta y tranquila le dice. – no quiero salir, estoy a gusto, el agua es muy fresca, además acabo de entrar.

JEAN al verla darle la vuelta y desobedeciendo sus órdenes, le vuelve a gritar – te ordeno que salgas o si no…

NEYLANE – o si no que, he

JEAN – entrare a sacarte yo mismo y ya verás lo que te hare.

NEYLANE gira un poco el rostro y con una sonrisa de reto le responde – ven, inténtalo, sácame si puedes.

JEAN estaba furioso - ¿crees que no lo hare?, niña deja de retarme, si no dejas de provocarme te prometo que la pasaras muy mal.

NEYLANE lo ignoro, siguió nadando y le dijo – que aburrido eres, yo seguiré divirtiéndome y disfrutando del lugar, tú has lo que quieras.

JEAN al ver que lo ignoro por completo se puso furioso, se quitó la camisa que traía, los zapatos de trabajo, los pantalones quedando un bóxer; se mete al agua, mira que ella ni volteo a verlo, seguía jugando en el agua se sumergía y salía del agua, tomaba el agua en sus manos se la echaba en la cara.

Él se mete con la idea de sacarla, de tomarla de la mano, jalarla hasta sacarla, pero al verla solo se sintió atraído, se acercó a ella y paso sus manos por su cintura pegando su cuerpo.

NEYLANE no se lo esperaba se sorprendió al sentir sus manos en su cintura, los nervios la invadieron su corazón empezó a latir tan rápido que parecía que saldría de su pecho, su rostro se puso rojo, no esperaba que él se acercara y que la tocara.

Neylane no pudo controlar sus emociones y Con una vos temblorosa le dijo – ¿qué haces?

JEAN no le contesto, la jalo a la orilla, hasta que pudo pisar el suelo, le susurro al oído. – bien niña, te hare saber lo que es provocar a un hombre, que no te quedaran ganas de volver hacerlo, no es bueno jugar con fuego por que terminaras quemada.

Esas palabras hicieron que su cuerpo se estremeciera, sin saber que hacer, su cuerpo no respondía, no podía moverse, era como si su mente se hubiera desconectado de su cuerpo.

JEAN se dio cuenta que la puso nerviosa y todo ese reto ya no lo tenía, parecía un animalito asustado bajo sus manos, puso una gran sonrisa de triunfo, por primera vez su fierecita se convertía en un animalito domesticado.

Él retira el cabello para descubrir su cuello, empezó a besarla lentamente, recorriéndolo con su lengua haciendo que se estremeciera cada vez más; su mano derecha la deslizo desde su cuello, bajándola por sus brazos, pasándola por su cintura hasta llegar a sus piernas, donde la coloco acariciándola tan suavemente, hace que separare las piernas un poco, para poder meter su mano en medio, acariciar las dos piernas.

JEAN no podía parar estaba seducido por su suavidad, desliza su mano hacia arriba hasta llegar a su bóxer, al tocarlo suspira profundamente y piensa “vaya la juzgue mal no está desnuda, que alivio” subió su mano sobre el bóxer hasta llegar a su abdomen, la pega más a su cuerpo hasta que su trasero pega en su hombría, que la tenía toda alborotada, dura como una piedra.

Ella al sentir eso se sorprende tanto, que no pudo evitar querer alejarse de él, quiso dar un paso adelante, pero él no la dejo, la presiono más hacia su cuerpo.

Ella se sentía nerviosa y en cierta forma asustada, no estaba lista para hacer nada con él, siempre jugaba, lo provocaba, pero en cierta forma siempre supo que no la tocaría, que la respetaba; pero a pesar de que su conciencia decía que eso no estaba bien, su cuerpo si quería que siguiera, le gustaba como la tocaba y esa sensación que le provocaba sus labios y su lengua en su cuello la estaban haciendo perder totalmente cualquier razonamiento.

Él sentía tan rico su cuerpo, que quería y deseaba más de ella, la voltea para ver su cara, sus miradas se cruzaron, su respiración agitada chocaban en sus rostros, con una de sus manos tomo su rostro, la acercó más a él para besarla, empezando de una forma tan tierna, aumentado su ritmo tan seductoramente, que ella no pudo evitar seguir su ritmo, pasando a un beso tan candente que la hizo perder totalmente la razón.

Su mente solo se llenó del deseo que él le trasmitía, sin pensarlo, por un instinto pego su cuerpo más a él, ella subió sus manos para rodear su cuello, él baja su mano tocando su trasero y presionándolo, haciendo que ella soltara un pequeño gemino en su boca, eso lo excito más, de tal manera que olvido todas esas ideas de respeto.

Él deslizando su mano bajo su ropa interior hasta llegar a su intimidad, introduciendo uno de sus dedos en su intimidad, ese rose hizo que ella sintiera una sensación de placer, que invadió todo su cuerpo y sensaciones que no logro entender.

Le asusto sentir tantas emociones de placer y a la vez extrañas, que de un solo movimiento se retiró de él, dando tres pasos atrás, con la cabeza agachada, sin querer verlo, se sentía avergonzada, era la primera vez que un hombre la tocaba de esa manera.

NEYLANE paso su mano por su cabeza y sin voltear a verlo con una vos nerviosa tartamudeando le dijo – será mejor que nos vallamos, esto… yo no quise molestarte.

JEAN la miraba, estaba temblando y no entendía su expresión, era confusa, el trataba de calmarse, estaba excitado, quería seguir hasta el final, quería hacerla su mujer, pero tampoco la obligaría hacer algo que no quisiera, le dijo – vamos, te dejare en casa.

NEYLANE salió del agua tomo su ropa y se la puso, él también hizo lo mismo, todo el camino de regreso ella no pudo verlo a la cara, no se dijeron nada, caminaron en silencio.

Cuando llegaron a casa, subieron a la habitación, ella no se atrevió a verlo a la cara, insegura le dijo. - si quieres báñate tu primero, yo lo hare después de ti.

JEAN no dijo nada, solo se metió al baño, cuando salió fue a su closet, cuando estuvo vestido salió de la habitación, dejándola sola, pero se sentía inquieto, porque después de lo que paso en el manantial, ella no lo había mirado a la cara, no entendía las expresiones de su rostro, no sabía si estaba enojada, triste o molesta.

Una vez que quedo sola se metió a bañar y luego se cambió, se puso algo cómodo, unos pantalones algo flojos y una playera floja de manga corta, se agarró el pelo en una cola, se dejó caer en la cama, pensando en lo que había pasado, lo bien que se sintió su cuerpo, deseaba más, pero al mismo tiempo le daba miedo, pero lo que más pasaba por su mente era que él no la quería y tampoco quería hacer algo así, sin amor solo por lujuria, no estaba bien.

JEAN al salir se encontró con su nana.

Nana iba caminando por el pasillo, en el momento que mira su rostro tan desencajado, se preocupó, no era normal verlo tan distraído. – ¿que tienes hijo? esa expresión en tu cara no te la conocía.

JEAN no quiso mirarla a la cara, tenía un remordimiento de conciencia, se sentía como si hubiera hecho algo muy malo, inseguro le dice – no pasa nada, solo vine a cambiarme, al rato regreso no me esperen a comer, ni a cenar, tengo varias cosas que hacer.

JEAN salió de la casa, pensaba “como pude tocarla así, grandísimo idiota es una niña, el que ella juegue no es para que yo saque provecho de la situación, no estuvo bien, tengo que respetarla, esto no puede volver a pasar” estaba molesto consigo mismo, por no poder controlarse, llega a las caballerizas tomo su caballo.

Sin decirle nada a nadie se puso a galopear con mucha velocidad hasta que llego a la orilla del mar, donde paso todo el día, su cabeza no podía dejar de pensar en lo que paso y al mismo tiempo se reprendía, era una locura sus pensamientos.

En la casa nana quiso saber que pasaba y fue con NEYLANE, toco la puerta y ella le dio el pase, cuando entro vio que ella no volteaba a verla, pero lo que más le llamo la atención fueron los chupetes en su cuello, estaban rojos, eran más de uno que estaban en todo su cuello y su rostro expresaba vergüenza o algo parecido.

Nana se imaginaba que algo había pasado, solo esperaba que lo que hicieran terminara en la consumación de su matrimonio, pero primero tenía que asegurarse de que era lo que paso, porque los dos tenían el mismo rostro y lo que más la inquietaba era que no la miraban a la cara, tranquila empezó a decir. – puedo saber ¿que tienes?

NEYLANE no quería verla a la cara y esa pregunta la puso más roja, no sabía que contestar, insegura empieza a decir – no pasa nada.

Nana se sienta a su lado, en la orilla de la cama, tranquila le dice. – por tu rostro y la cara que tenía JEAN, creo que no es lo que dices; me encontré a JEAN en el pasillo, cuando lo vi fue algo extraño, él nunca había escondido su rostro de mí, creo que algo paso entre ustedes, me platicas, no te voy a juzgar y tal vez si me cuentas te puedo ayudar con tus dudas.

NEYLANE sintió seguridad y ganas de poder contarle a alguien lo que había pasado, contarle de sus miedos quería desahogarse y lo que más quería era un consejo, que alguien le dijera, que eso no estaba mal, insegura empieza a decir. – como decirle lo que pasa, es que creo que me comporte como una mala mujer, creo que soy…

A Nana no le gustó nada lo que escuchaba, inquieta la interrumpe. – para niña, no termines lo que ibas a decir, mejor dime ¿qué paso?

NEYLANE con la cara agachada y con una voz que apenas se escuchó dijo. – deje que JEAN me tocara de manera inapropiada y me gusto tanto, que deseaba seguir entre sus brazos, pero tambien me dio miedo, todo se sintió tan bien, que sentí que no estaba bien.

Nana soltó una carcajada de alegría, la tomo de su rostro para verla a la cara y le dijo – niña, eso no es malo, él es tu marido, tiene derecho de hacerlo y tú de disfrutarlo; lo malo fuera que no te gustara. NEYLANE mírame y escúchame, lo que haya pasado entre los dos no es malo, al contrario, ya es hora de que realmente convivan como marido y mujer.

NEYLANE viéndola y con vos triste le dijo – pero eso no es amor, él no me quiere, es solo deseos impropios.

Nana – ¿quién te dijo? que él no te quiere. Mira déjame te digo algo, JEAN nunca expresaría sus sentimientos, es así de frio inexpresivo, pero lo conozco y estoy segura de que se está enamorando de ti, miro que se preocupa, pero tiene miedo de aceptar sus sentimientos.

NEYLANE – ¿usted lo cree?, ¿lo que hicimos no es malo? es que…

Nana – para con esos pensamientos negativos, mejor déjate llevar por lo que sientes o dime tú acaso ¿no sientes nada por él?

NEYLANE – yo me siento feliz cuando estoy con él y solo quiero estar a su lado, me gusta mucho, pero si esto que siento no es amor y solo atracción física.

Nana – NEYLANE, no pienses mucho, él es tu esposo, el hombre con el que pasaras tu vida entera, solo deja que tus sentimientos sean los que controlen todo y veras que tú y él van hacer muy felices, no te avergüences de que él te toque o de tus deseos de tenerlo, recuerda que no es inapropiado, al contrario eso es bueno.

Bien dejemos todo esto y animo mi niña, levanta tu carita, siéntete orgullosa, eres la esposa de un gran hombre, que te asegura hará todo lo posible de hacerte muy feliz.

Sin más palabras las dos salieron de la habitación y fueron a comer, NEYLANE ya no quiso salir, después de comer se fue a su habitación, tomo un libro para leerlo, se sentó en el sillón de su habitación, toda la tarde la paso ahí, hasta que se quedó dormida.

A eso de las 8 pm JEAN regreso, fue a las caballerizas donde se encontró a adonis y Luc, que estaban terminando de ordenar todo, cuando lo vieron entrar; lo observaron en silencio, le quito la silla al caballo y la guardo, metió al caballo a su lugar, le quito la soga, lo acaricio del rostro, suspiraba profundamente.

Adonis se acercaron a él, no le gustaba nada como estaba, se miraba extraño y triste, inseguro le dice. – hermano ¿qué te pasa? Y esa cara, parece que hubieras hecho algo muy malo.

JEAN se sentía tan mal, que decaído empezó a decir. – creo que si lo hice.

Adonis – ¿Qué hiciste? Parece que mataste a una persona, eso diría si fueras una persona normal.

JEAN suspiro – creo que lastime a NEYLANE.

Adonis – espera, explícate.

JEAN miraba el caballo y sin pensarlo empezó a decir – es que no pude controlarme y estos malditos deseos que me vuelven loco me hizo perder el control, la obligué a …

Adonis puso una cara muy seria si algo que ellos no toleraban era lastimar o forzar a una mujer, su lema era que niños y mujeres nunca serian lastimados en su presencia; antes de que terminara lo que iba a decir, lo detuvo diciendo – Luc, será mejor que te vayas a cenar y me dejes hablar con el hermano.

JEAN no se había percatado que el niño estaba ahí con ellos, voltio a ver dónde estaba y lo estaba mirando con cara molesta, como queriendo decirle algo, pero no le dijo nada, salió del lugar en silencio, pero mirándolo con una mirada que JEAN sintió aún peor su conciencia.

Adonis cuando vio que el niño no estaba lo miro con una seriedad y le dijo – ya puedes hablar explícate, por qué lo que acabas de decir va en contra de lo que siempre hemos protegido y defendemos. Tú sabes lo que paso con mi hermana, yo no te perdonaría que terminaras violando a una mujer.

si te seguí y te apoye con las atrocidades que hicimos fue precisamente para tratar de evitar lo más que se pueda este tipo de cosas, así que mejor explícate, porque creo que estoy malinterpretando tus palabras y tú eres como mi hermano, no quisiera verte de otra forma, no quiero verte como un enemigo.

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