#6. Infierno

Infierno creo que es una palabra muy bonita a lo que yo estoy viviendo en estos momentos, al solo pasar mi mano por mi cara me doy cuenta que ya no es la misma de cuando me trajeron aquí, la tengo muy hinchada de tantos golpes que recibo de los mismo tres hombres que después de un tiempo trajeron a dos hombres más que en total fueran 5 hombres los que abusaran de mí.

Cada cochinada que se les ocurría lo hacían conmigo, cada golpe en mis partes íntimas cuando se cansaban de mí, ya no sé si estoy muriendo, porque ni respirar puedo en estos momentos. Ahorita estoy sentada en una silla donde me amarraron con las piernas abiertas, en una posición, así como cuando las mujeres dan a luz, mientras mi cuerpo ya no aguanta nada más, solo quiero morir ya que no me rescatan, no quiero vivir esto más.

No se ya cuánto tiempo llevo aquí, solo sé que esto es uno de los peores momentos que eh vivido en mi corta vida. Escucho que abren la puerta mientras hablan y una de esa voz las reconozco es el tipo que me trajo aquí, el otro ni se quién será, seguro otro que viene a hacerme lo que se le venga en ganas.

-¿Qué mierda es la que ha pasado aquí Santiago?-dice el otro hombre que no conozco a el hombre que me trajo que ahora sé que se llama Santiago. El al ver a el otro hombre se pone muy nervioso y empieza a buscar. No digo nada porque no quiero que me hagan más daño del que ya tengo.

-No lo sé Arlhen, yo la deje aquí bien- dice Santiago a el otro hombre que me ve y aparta su vista de mí, así estaré que solo los asquerosos que me pusieron así me ven.

-Busca a la sirvienta para que la ayude a salir de aquí, y quiero a los responsables de esto para ayer – dice este hombre y se me vuelve a ver a los ojos, sus ojos son marrones oscuros como la noche, se ven llenos de maldad, rabia, resentimiento, odio y todo lo referente a eso, luego se da media vueltas y se va.

-¿Ahora me vas a decir quien mierdas te hiso esto?- dice Santiago el que me trajo aquí como si le preocupara, si él fue quien me trajo que le puede importar dejarme en una habitación donde solo esta una cama vieja y sucia, donde 5 hombre me violaron hasta el cansancio.

-Me vas a tener que decir, si ese hombre que salió no sabe quién te hiso esto, matara a todos los que viven en esta casa en manos de una hora- dice Santiago y yo me encojo de hombros mientras él pone una su camisa, para tapar mi cuerpo y sale de la habitación. Dejándome en la habitación de nuevo sola y a mi merced por lo menos no estoy atada y su camisa me cubre un poco.

-¿Quién ha dejado a la palomita aquí solita?- dice uno de los hombres que me han hecho saber a la fuerza que no todos son como mi Trevor de buenos. Y mi cuerpo al escuchar su voz empiezo a temblar. Él se acerca a mí y me jala del cabello jalando mi cabeza hacia atrás.

-POR FAVOR YA, YA NO MAS PORFAVOR, TE LO SUPLICO-grito para ver si así me escucha, pero lo hago enojar y me suelta un golpe haciéndome caer en el piso y cuando lo veo se viene encima de mi a seguir con los golpes y cierro los ojos, pero nunca llegan esos golpes, abro los ojos y veo que el hombre de ojos marrones esta encima de él golpeándolo.

-¿Fuiste tú quien hiso esto? Maldito mal nacido- dice y sin darme chance nada después de golpearlo mete su mano en la parte de atrás de su camisa y saca un arma y sin más le dispara en la cabeza a el hombre dejándome en show. Él se levanta del por qué estaba de rodillas y voltea a verme de nuevo.

-Ya vienen a ayudarte- dice él y se va, pero se para en la entrada de la habitación, al ver eso sé que él es de estos hombres, pero por lo menos no me hiso daño como los otros, eso es algo que por lo menos agradezco, ya mi cuerpo no creo que aguante más.

Veo que el voltea y me ve con fastidio, y se viene a donde estoy, por el miedo retrocedo y él se para en seco, se quita una chaqueta de cuero que lleva puesta y me la entrega.

-Solo tapate- dice el yo como puedo me la pongo y me siento un poco mejor, por lo menos ya estoy un poco más cubierta.

-Y ya mismo me vas a decir quienes fueron a parte de este, los que te hicieron eso- dice el sin verme a la cara, pero de perfil el aprieta sus dientes y sus nudillos se vuelven blancos al apretarlos con tanta fuerza, una de sus manos está votando sangre, pero parece que no le duele, así que solo asiento este hombre me da más miedo que los otros 5 juntos. Después de eso llego una señora que al verme lloro conmigo, me dio un baño con mucho cuidado y luego curo cada una de mis heridas, ella decía que no quedarían marcas ya que me echaba una pomada que era casi milagrosa, sé que lo dijo para aliviar todo, pero por lo menos es bueno, luego me trajo comida y comí como una vestía, tenía mucho sin comer, y luego de eso ella se fue y me dejaron en una habitación un poquito mejor que la otra por lo menos ya tengo un pequeño cuarto de baño y unas sábanas limpias. Luego me di cuenta que estaba de nuche por una pequeña ventana que dejaba ver el cielo y las estrellas, así que me acosté en la cama y pidiendo a dios que los 4 hombres que quedan no me hagan daño.

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