¿Necesitas ayuda?

...AURORA...

—Me dijeron que querías verme, ¿necesitas algo, princesa?

No miro al hombre a la cara pero si desde el espejo.

—Acepto el trato— juego con mis manos y me decido a voltear— seré tu bailarina pero a cambio tendrás que prometerme que me dejarás libre luego de un mes.

—Yo soy un hombre de palabra, quita esa cara, no le bailaras al diablo.

—Tu pareces el mismo diablo.

—¿Algo más?

—¿Cuando comenzamos?

—Esta noche; ponte tu mejor lencería, te estaré esperando en mi cama...claro, solo para verte bailar— ante una ultima risa desaparece de mi vista el muy maldito.

...DEXTER...

—¿Cómo va todo por aquí?— toco el hombro de una de las mujeres que contraté para que revisaran las cámaras de seguridad en la habitación de Nelly.

—Se ha mantenido sentada ya muchos minutos mirándose al espejo. No ha parado de llorar.

Con las manos en los bolsillos salgo, entro a la habitación de la chica y se levanta sin tardanza al verme por el espejo.

—¿Ya se decidió en matarme o abusar de mí?

—No soy un asesino ni un violador— mi tono es calmado—. ¿Estas asustada?

—No quiero seguir aquí. ¿Por qué no me viola de una vez por todas?

—En estas semanas no hemos tenido tiempo de hablar, pero te he estado vigilando. No pienso obligarte a nada, pequeña—;acaricio su cabello.

—¿Cuál es la verdadera razón por la que estoy aquí?

—Para ayudarme, tengo a una ex que no deja de molestarme, le dije que tenía novia, no me creyó. Necesito que me ayudes a sacarmela de encima haciéndote pasar por mi novia. Solo un mes y volverás con tu padre.

—¿Cómo sé que no me está engañando para que cambie mi actitud?

Coloco una de las flores que están en la mesita y la pongo en su cabello.

—Mi intención no es que te acuestes conmigo, y eres muy niña y supongo que eres virgen— se queda callada— entiendo que quieras entregarte a tu novio.

—No tengo. ¿Entonces solo será un mes?

Levanto mi mano en señal de promesa.

—Te lo juro. ¿Ese silencio lo tomo como un sí?— sonríe de labios cerrados.

...SEBASTIÁN...

Apago mi celular concentrándome solo en la rubia delante de mí; El liguero rojo le queda bien, el bralette de encaje del mismo color hace la combinación perfecta con sus grandes senos, cuerpo. Una vista perfecta.

—Comienza.

Hago un chasquido que apaga las luces quedando tan solo una blanca y roja que apuntan a Aurora. Sus manos se enrollan en el tubo junto con sus piernas. El movimiento de sus caderas de derecha a izquierda me tiene loco. Aunque en su rostro muestra amargura lo hace muy bien, como si el baile sensual lo llevara en la sangre. Sus dos piernas quedan juntas sosteniendo con ellas su cuerpo. Sus manos están en el aire y su cabello largo está a un paso de tocar el suelo por la posición en la que se encuentra. No le pierde el ritmo a la canción y sigue con aquellos movimientos que causan una erección en mí. Sus nalgas aprisionan el tubo, está de espaldas y eso hace que me excite más.

—Mierda— susurro sientiendo como estoy por correrme pero la música termina y ella también con su show—. Genial, princesa, lo hiciste muy bien.

—¿Puedo irme?

—Puedes...pero, en la próxima quiero una actitud mejor.

Solo asiente casi con amargura y esbozo una sonrisa complacida cuando sale.

...AURORA...

Días después...

¿Acostumbrarme a bailarle a un extraño? No lo creo hacer nunca; Puede ser muy guapo pero no pienso entregarle mi virginidad a otro que no sea Joel.

Termino de cepillar mi cabello ondulado y salgo de la habitación con el traje de siempre para otra noche de show en la habitación del millonario.

Sin aún entrar veo dentro de la habitación sin que él me vea, la puerta está unos diez centímetros abierta por lo que puedo ver, escuchar claramente lo que él hace.

Su mano se mueve con agilidad en su erección, sus muy audibles gemidos se esparcen en la habitación, sus ojos están cerrado y aún no se dá cuenta que estoy viendo como se complace. "No está bien espiar a escondidas" Las palabras de mamá me atormentan, pero qué hago, mi cabeza está hecha una mierda y mi cuerpo caliente no puede moverse. Sin tocarme siento venirme en mis bragas. No creo que mis tensas piernas funcionen esta noche. De su jadeante boca sale un último gemido que me obligó a cerrar los ojos con fuerza y morder mis labios de la misma manera. Vuelvo a ver a la habitación pero ya no lo veo, ¿cómo carajos se fué tan rápido? ¿Me habrá visto? Es mejor no comprobarlo.

Me encierro en mi habitación y jadeo. Mi corazón lo siento casi arrancarse de mi pecho de los nervios.

—Tranquila, Aurora, todo está bien.

No es cierto, nada está bien. Mis bragas están empapadas, necesito un baño de urgencia. Retiro todo trapo de mi cuerpo y empiezo a regar el agua en mi cuerpo al estar en la ducha. Mi calentura va desapareciendo y ahora siento mi cuerpo en la temperatura normal, aunque nadie me quita la imagen de ver por primera vez a un hombre masturbarse. Por inercia mis manos juegan en cada parte sensible de mi cuerpo; de apretar mis senos hasta estimular mi zona íntima.

Por el agua que cae creo que nadie escucha mis gemidos. Mi primera experiencia autoplacentera, quien diría que la provocaría justo ese hombre.

—¿Necesitas ayuda?

El calor desaparece y siento mi piel erizarse al escuchar la ronca voz de Sebastián. Su erección— vuelve a endurecerse en los movimientos de su mano. Está desnudo, como hace un rato en su habitación.

—¿Tú que haces aquí?

—Vine a preguntarte por qué saliste corriendo mierda, me vió.

—Vete de aquí...

— ¿Segura que quieres eso? Digo, te tocabas pensando en mí— sus dos dedos pasan por mi entre pierna — ya estás húmeda...justo como me gusta— tan solo un susurro y ya mi corazón se dispara. Sus manos me voltean dándole la espalda. Tener su dureza en mis nalgas me vuela la imaginación. Ensaliva tres de sus dedos y con experiencia los mete en mi interior. Con las manos apoyándome de la pared para no caer recibo sus simulativas embestidas con los dedos.

—Así...así...mmm.

—¿Así? ¿O así?— mete el cuarto dedo.

El mete y saca se facilita por mis fluidos que son el lubricante perfecto para ver las estrellas.

"Esas son las consecuencias de ver lo que no debes, Aurora"

Saborea cada dedo con los que disfrutó tocarme tras venirme en su mano.

—Te espero mañana para que me bailes— aleja sus pasos poniéndose una toalla en sus caderas— mojados sueños...—se detiene a verme en la puerta— que diga, dulces sueños, princesa— sonríe antes de desaparecer de mi habitación.

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