Capítulo 17

La realidad me golpeó muy fuerte pero no fui la única. Según dicen luego de tener intimidad si fue satisfactorio obviamente la pareja queda en un estado de relajación, se disipa el enojo y las preocupaciones momentáneamente y aprovechan para darse arrumacos.

Yo sentí satisfacción, no lo puedo negar pero cuando volví a la realidad y asimile lo que había ocurrido fue que caí en cuentas de que me había acostado con la persona que odié desde que tengo memoria, con quién me hizo la vida imposible y me molestó siempre y para colmo se llevó mi virginidad. ¿No se supone que eso se entrega a quien se ama?

Ahora no hay donde correr ni esconderse porque estamos en mi cama, con la claridad que nos provee el televisor, desnudos y para colmo solos en casa. Si cierro los ojos el no desaparecerá cuando los abra tal como en mis pesadillas y comienzo a alterarme gradualmente.

-¿Un error? ¿Te parece que esto fue un error?

-Lo fue, olvídalo y yo haré lo mismo

-Prefiero olvidar cualquier momento de mi vida excepto éste Brianna

-Entonces recuérdalo tu pero no me lo menciones nunca jamás y ni se te ocurra contarle a alguien

-No hace falta que me digas eso, yo jamás hablaría con nadie de lo ocurrido entre tu y yo

-Vete por favor. Tu tienes la culpa de esto

-¿La culpa exactamente de qué tengo?

-De lo que hicimos

-No vayas por ese lado porque lo que te diga no va a gustarte, te lo advierto

-Fuiste tú quien me quitó la ropa, fuiste tú quien empezó y mira en lo que todo acabó

-No digas que no te lo advertí luego. Yo te besé si, yo vine a acostarme a tu cuarto si, pero no te obligué a nada de lo que sucedió, no te puse un arma en la cabeza y te dije te acuestas conmigo o te mato

-Pero fuiste tú quien empezó

-Y tú quien no quiso terminar

-No me dejaste decir nada

-¿No te dejé? Gemias cuando te tocaba, devolvías los besos que te daba con tanta o más pasión. Te quite la ropa y no dijiste nada, me viste cuando me puse protección pero en ningún momento dijiste no quiero. ¿Sabes en qué nos diferenciamos? En qué yo reconozco que me moría de ganas de estar contigo pero tú qué también lo deseabas solo lo niegas y buscas culparme de todo ahora

-No puedes estar diciéndome esto

-Lo disfrutaste y lo sabes mejor que yo. No me hagas cargar con culpas que no son mías aquí porque si te arrepientes de no haber querido parar es cosa tuya. Puedes tratarme de lo que quieras pero yo jamás te forzaría a nada, no soy esa clase de persona y lo sabes bien. Si me hubieses dicho NO yo lo respetaba así me quedara con dolor después

-Tendrias que haber parado

-Tambien tenías ganas de hacerlo conmigo, solo era cuestión de tiempo para que ocurriera. Ahora quédate aquí, solo te abrazaré por lo que reste de noche y ten por seguro que no te tocaré ni haré nada más que dormir

Nos dormimos abrazados pero él no tuvo ni la delicadeza de vestirse y sentirlo completamente desnudo pegado a mi me tenía nerviosa y a la vez excitada. Aún tenía la sensación que dejó en mi piel pero me sentía confundida. ¿Cómo alguien tan bruto conmigo quien siempre fue tan salvaje pudo ser tan delicado?

Lo peor de todo lo que acaba de suceder es que tendré que verlo cada día después de lo que ocurrió en mi cuarto

Intento levantarme de la cama pero no me lo permite y me empuja haciendo que mi espada quedara sobre el colchón. Su pierna ejercía fuerza sobre las mías y podía sentir su parte privada rozando mi cuerpo

-¿Ahora te molesta dormir conmigo?

-Me pones nerviosa, vístete por favor

-¿Y si no quiero?

Me besó con pasión y no pude rechazarlo. Nuevamente caí en lo que juré no hacer. Me hace perder el control y el raciocinio me abandona completamente. Él comenzó a tocarme por todas partes mientras yo disfrutaba el momento hasta que se detuvo abruptamente

-Si no nos detenemos ahora ya no podré parar

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