Capítulo 11

Desperté rodeada por los brazos de Ian quien lucía relajado mientras dormía. Creo que jamás me había dado cuenta de que el niño insoportable que me parecía tan desagradable aunque seguía siendo igual de pesado había crecido y se había vuelto muy atractivo.

-Creo que nuestros problemas se resuelven en la cama ¿No es así?- habló y se rompió el encanto

-No resolvimos nada y ya vete, ni creas que me gustó dormir contigo

-Parecias muy cómoda en mis brazos, incluso cuando te acariciaba te pegabas más a mí

-Estaba soñando que eras otra persona

-No lo creo y ahora sal de aquí, quiero vestirme y desayunar

-Vistete, no te estoy deteniendo

-Bien, si así lo quieres porque de verdad muero de hambre

Me levanté al baño, luego salí así vestida o casi desvestida como había dormido, busqué mí ropa y regrese al baño a vestirme

-Ahora vete o lo harás sin tu preciosa ropa

-Si quieres tirarla por la ventana puedes hacerlo, cuando me vean saliendo de aquí así pensaran que hicimos mucho más que dormir y yo no me ocuparé de desmentirlo, sino todo lo contrario.

-Te odio

-Pues yo también pero seguiré viniendo a dormir contigo o sino cuando quieras te espero en mí cama con poca ropa- me dio un beso en los labios y sin darme tiempo de nada salió por la ventana muerto de la risa

No volví a dormir semidesnuda en mí propio cuarto, ahora me vestía y desvestia en el baño que me ocupaba de cerrar con seguro.

Lo único que le faltaba hacer era meterse a bañar conmigo y conociéndolo tal como lo conocía sabía que era muy capaz con tal de joderme la vida.

Comencé a tener sueños extraños dónde él era el protagonista, aveces besándome y tratándome con dulzura, otras veces yo lo tiraba por la ventana, en otras lo desnudaba y lo dejaba así en un lugar público, estaba en mis pesadillas, mis sueños románticos, en mí fantasía de hacerlo sufrir, en todo.

Tres meses después me preparaba para salir de fiesta con amigas. El primo de una de ellas había venido de lejos y era muy atractivo, un año mayor que yo o dos.

Bailamos y nos besamos pero no logré sentir lo mismo que con el idiota. Volvió a besarme y fue igual, estaba en la friendzone aunque fuera atractivo y besara bien porque no teníamos química.

Toda la fiesta fue bien hasta que Ian apareció por la puerta y vio el momento donde el chico tenía mí labial en su boca. Me pareció verlo furioso así que por más que no sintiera nada me acerque a él para nuevamente repetir los besos mientras lo veía de reojo.

En un momento tenía los labios del chico guapo con los míos y al siguiente estaba siendo arrastrada a la salida de la fiesta por el cavernícola quien me superaba en fuerza y me metió al auto para ir a mí casa.

-No eres mí padre, estaba pasándola bien

-Pude verlo pero conmigo puedes pasarlo mejor

-El es más guapo y besa mejor que tu, además no lo odio como a ti, quiero volver a la fiesta y no perder el tiempo peleando contigo

-Atrevete a repetir lo que acabas de decir

Cambio el rumbo a dónde iríamos y se dirigió al camping que era un lugar donde los pocos turistas que venían podían acampar si lo deseaban o donde rara vez acampó algún curso de nuestra escuela.

-¿Qué hacemos aquí?

-Hablar, ahora dime si tienes el valor

-El es guapo y besa mejor que tu, me lo estaba pasando bien

Bajó del auto, abrió la puerta y me arrastró fuera. Por la fuerza que empleo me estrelle contra su cuerpo pero cuando quise alejarme habló aún enojado, me puse en alerta, éste no era el que conocía, era diferente.

-Te demostraré que soy mejor

Se adueñó de mí boca y en mi mente gritaba no respondas, no lo beses, no respondas, se fuerte pero mí cuerpo se rindió y mis labios estaban siendo guiados por los suyos.

Cuando reaccioné estaba abrazándolo y me asusté porque jamás había sentido tanto nunca. Podría haber pasado cualquier cosa. Su mano estaba en mí trasero y yo ni cuenta de cuando la había puesto ahí.

-¿Ves? Soy mejor- una gran sonrisa ganadora posaba en su estúpido rostro

-No, eres un idiota como ningún otro. Quiero ir a casa

Me sentí vulnerable y el por primera vez hizo algo sin decir nada estúpido. Cuando llegamos me baje del auto y fui a mí cuarto para acostarme y pensar en qué estaba mal conmigo.

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