Habían pasado varios días desde que llegaron a Casa Alada. Toda la travesía de regreso a la capital de la tierra
de Ranson había sido más rápida; ya que Kailer había ordenado avanzar incluso de noche, no dejando tiempo para descansar más que unas cuatro horas, cada día.
A pesar de la intensidad con la que hizo posible que la caravana llegara en tiempo récord a tierra de Ranson, no hubo rumores al respecto del interés de Kailer por salvarle la vida a Melia, ya que los que estuvieron presente en el bosque perdido, presenciaron como ella se sacrificó, para salvarle la vida, a él.
Melia después de entregar los dos litros de sangre del acuerdo hecho con las hechiceras, se había desmayado. El doctor Gu, tal y como se lo había encomendado Melia, le había dado, una medicina, que la colocaba en un estado de inconciencia, que le ayudaría a mantener la vitalidad suficiente para vivir, hasta que llegara a Casa Alada y Mina le diera de su sangre.
Cuando Melia tomo la decisión de salvar a Kailer, aceptando entregar un litro más de su sangre, sabiendo que probablemente moriría. Tenía en su mente, que hacia tal sacrificio, solo con el fin de cumplir con su misión y buscar que la secta de las mariposas Aladas, tuviera en ella, una buena representación.
En ese momento, aunque tuviera, algún inexplicable sentimiento hacia él. La mente de ella, no lo reconocía de ninguna manera. Aun cuando, en su joven corazón, las palabras que él dijo a Cerla, le causaran tristeza, y le sumergieron en una decepción, en ese momento, ella todavía no había aceptado, la posibilidad de haberse enamorado de él. En realidad no quería meditar lo que sentía ni él porque él causaba eso en ella.
Kailer esperó en Casa Alada, en la casa de su tío Kroner, hasta que Melia despertó. Aunque hizo todo el esfuerzo para que regresaran a Ranson lo más pronto que le fue posible y así poder salvarle la vida.
Él, en toda la travesía, ni en los cuatro días que Melia estuvo inconsciente, se acercó a ella. Había tomado la decisión de alejarse de ella, y aparte de eso no podía permitir mostrar las emociones que lo atormentaban atravesándolo como cuchillos filosos, en cada pensamiento, que aunque se proponía alejar de su mente, no lograba hacerlo.
Entre más le doliera no verla, más sabía que estaba haciendo lo correcto. No estaba en sus planes, renunciar a su ambición de ser el emperador de los cinco reinos. No renunciaría a sus costumbres y tradiciones, o a la reputación que tenía, solo por una mujer salvaje, que no lo merecía.
Cuando Melia despertó, vio a su lado dormida, a su hermana Mina. El reconocerla la hizo feliz. Por algún momento, cuando estaba dando de su sangre a las hechiceras del bosque perdido, sintió miedo de no poder volverla a ver. Mina estaba tan apaciblemente dormida a su lado, que Melia no queriendo despertarla, trató de levantarse. Mina se despertó, y al ver a su hermana consiente, se abalanzó sobre ella, dándole muchos besos en la cabeza al tiempo que sus lágrimas salían por sus ojos.
-Te prohíbo que vuelvas a hacer algo tan espantoso otra vez hermana –le dijo Mina estrechándola con más fuerza
entre sus brazos.
-Perdón hermana. Siento haberte preocupado a ti y a la familia… -replicó Melia devolviéndole el abrazo, mientras que se le humedecieron los ojos.
-Preocupada, hermana. Sentí morir cuando te vi entre los brazos de Rafel, tan pálida como un papel, completamente inconsciente, como sin vida. Te prohíbo vuelvas a hacer algo así. Me escuchaste. Nací primero, asi que soy la mayor. Si lo vuelves a hacer te daré una paliza- le dijo señalándole con la mano.
En ese momento entra en la habitación la tia Ramelia y Rafell.
- Melia ya despertaste! Expresó la tia Ramelia, mientras la abrigaba con sus brazos y la besaba.
-Tía también te extrañe mucho – le consolaba Melia con una vos consentida, mientras que lanzaba una mirada amable a su primo Rafel y le dibujaba una pequeña sonrisa.
-Me da gusto Melia que estés bien– le dijo Rafell, también dejando ver una pequeña sonrisa, después de lo cual salió de la habitación, sin que su madre se diera cuenta.
-Por qué se fue Rafell tan deprisa –preguntó Mina.
Ramelia dando la vuelta y percatándose de que su hijo ya no estaba en la habitación expresó con algo de molestia en su vos:
-Lo más probable es que haya ido a avisarle a su padre y a los príncipes de Kandor, que ya Melia ha despertado.
-Ah sí, ya me parecía raro que aún no hubiesen viajado. Seguro ahora que Melia está despierta viajaran- dijo Mina mientras que se levantaba de la cama dirigiendo a buscar agua para Melia.
-Estoy impresionada! Realmente debo admitir que la reputación del príncipe Kailer le precede –continuo hablando
Mina, mientras le daba agua a Melia.
-De que hablas Mina? –Le pregunto su tía.
-Hablo tía de que el príncipe Kailer como estratega me ha impresionado! Melia lo salvó, y él hizo todo lo posible
por salvarla a ella… delante de su ejército e incluso delante de la Casa de la Mariposa Alada, e incluso delante de tío Kroner y nuestros primos, él es una persona de honor, que trató de hacer lo posible, para pagar con honor, el sacrificio hecho por mi hermana.
Melia escuchaba atentamente a su hermana. No podía creer que ella, que siempre había sido tan lucida en sus pensamientos, pudo llegar a pensar, que Kailer, el príncipe de Hierro, heredero al trono de Kandor, podría haber tenido siquiera algún pensamiento en ella, que no fuera el de ser un peón en su estratégico juego.
Al escuchar a Mina, Melia comprendía aún más, el significado doloroso de las palabras, que él dijo a las hechiceras, del concepto que él tenía de ella. Las cuales al escucharlas, por alguna razón, le hicieron sentir, un poco de dolor. Que tenía callos en las manos, que caminaba como hombre, o cualquier de las características que señaló, como la razón del porqué, ella nunca tendría oportunidad alguna con él, le daban vueltas en la mente sin poder, sin dejarla, ordenar las ideas.
-Me siento algo cansada -dijo Melia mientras se acostaba en la cama.
Mina había notado que cuando ella le había hablado de Kailer, el semblante de su hermana había cambiado, lo cual la intrigó. Pero ya que estaba recién recuperada, y que estaba allí su tía, no podía preguntarle al respecto. En el momento ambas salieron de la habitación y Melia solo cerró los ojos tratando de no tener pensamientos.
Cuando Rafell llegó a la sala en donde estaba Kailer con Kremín hablando de algunos asuntos, y les comentó de la recuperación de Melia. Kailer sintió un descanso. Al fin podría marcharse con la tranquilidad de que
ella estaba bien.
- Su alteza, si quiere puede ir a ver a Melia en su habitación, en Casa Alada no hay problemas de que un hombre
este a solas en la habitación con una mujer – le dijo Rafel mientras lo miraba de una forma curiosa.
Kailer al comprender la curiosidad de Rafell, se concentró en el documento que estaba leyendo y le dijo con una vos cortante.
La deuda la he pagado. Además de esto, también he entregado algunos regalos de agradecimiento. La verdad, no sé porque se te puede ocurrir la idea, de que tengo algún interés en ver a tu prima… Partiremos mañana a primera hora.
Rafel al escuchar las palabras de Kailer llenas de tanta frialdad y tan cortantes, se arrepintió de haberle hecho
ese comentario. Se retiró haciéndole la adecuada reverencia, sin pronunciar una palabra, y cuestionándose, porqué había tenido la estúpida impresión de que a su primo, el príncipe heredero, le podría agradar su salvaje prima.
Un minuto después que Rafell había salido de la estancia, Kramin le bajo con sus manos el documento que Kailer estaba leyendo y le dijo:
-Se que tienes sentimientos por esa mujer. Aunque se lo puedas ocultar a todos, a mí no me puedes engañar.
Estas seguro que no te arrepentirás de no verla antes de irte? – le preguntó
Kailer se levantó de la silla, dejó el documento en la mesa y se dirigió a la ventana diciendo:
-De lo único que me arrepentiría hermano es de verla. Ella me vuelve un ser débil. No puedo permitir que todo lo que he construido se acabe, solo por tenerla a ella. No soy como el tío Kroner hermano, no voy a sacrificar mi feliz vida, y mis proyectos, solo por una mujer. Nací, para ser emperador. Cuando me convierta en el gobernante de los cinco reinos, implementaré todas las políticas para las que me he preparado todos estos años, y prepararé el imperio para ir más allá del límite de los cinco reinos, a conquistar nuevos territorios. Como ya te lo había dicho antes hermano. Para mi ella no es una opción.
-A mí por el contrario hermano, me gustaría tener la oportunidad de tratar a la señorita Mina. Ella con su
presencia me estremece la existencia. Es tan inteligente, fuerte, hermosa y muy profunda en su carácter – dijo Kramín
-Tal parece que ya te he perdido hermano -Repuso Kailer y sonrio. Pero debes pensarlo bien. Dejame darte un pequeño consejo hermano. No empieces, lo que no estás seguro que puedes terminar. Debes suprimir lo que sientes antes de que sea demasiado tarde…
*******
Esa noche Melia no podía dormir. Las palabras de Mina y las que expresó Kailer refiriéndose a ella, en el bosque perdido no dejaban de atormentarla. Sentía una despiadada necesidad de verlo. Hundía su cara en la almohada intentando poder derrotar esa agonía que le hacía necesitarlo. Se va mañana y no he podido volver a verlo –pensaba. En ese momento se levantó de la cama y decidida, pero sin pronunciar una palabra, ya que temía condenarse a sí misma. Se dirigió a la que sabía, que era la habitación de Kailer.
Teniendo a la vista a la puerta de la habitación, en la que había guardias. Permaneció escondida por unos minutos. Se odiaba por estar allí. Se odiaba por no poder evitar querer estrecharlo entre sus brazos y besarlo. Se sentía urgida. Sabía que estaba mal. Pero aunque se entristecía, no tenía la valentía para evitarlo.
De un momento a otro vio que Blen relevó a los guardias. Entonces ella se acercó a Blen, quien solo la miró y se hizo a un lado dejándola pasar, sin pronunciar una palabra. Ella dio tres golpes en la puerta.
Kailer había tomado algo de licor con Kramín, Su tío y sus primos antes de irse a su habitación. Cuando ya se disponía a acostarse en la cama, sintió tres golpes en la puerta. Se dirigió a ella pensando que era Kramin que quería decirle algo. Y al abrirla y encontrar a Melia, su corazón se impactó. Su pulso se aceleró y sus ojos se abrieron, dejándole ver a Meliá que era toda una sorpresa verla en su puerta. Por un segundo se quedó sin palabras. Despues de eso solo la miró intensamente con esa mirada fría que lo caracterizaba y le pregunto:
-Porque estás aquí a estas horas?
Melia, que sentía, como su corazón se aceleraba, y sentía un malestar en su estómago, al ver en los ojos de él, esa frialdad, le contestó casi titubeante, con un evidente nerviosismo:
-Yo…ah… yo… Yo solo quería agradecerte, por haberme salvado…
-Yo solo hice por ti, lo que tú ya habías hecho por mi... Estamos a mano... - Le contestó con dureza en su tono de vos.
Después de esas palabras todo quedó en un incómodo silencio. Como ella no le contestó, pero no le apartaba la mirada, el continuó diciendo, con una vos cortante mentiras fruncía el ceño:
- Bien, puedes irte entonces... Debo descansar...
Melia no le dijo nada. De repente y de manera apresurada, solo lo abrazó muy fuerte. Kailer al sentir el cuerpo de ella, se estremeció y su bellos se erizaron, al tiempo que su corazón comenzó a retumbar dentro de su pecho. Aunque su olor lo embriagaba, no podía permitirse darle riendas sueltas a sus sentimientos. trató de controlar su impresión y las sensaciones que sentía. No podía permitirse que ella se diera cuenta la reacción que su cuerpo tenía ante el Rose con el cuerpo de ella. Por un segundo empuño fuerte sus manos. Y se negó así mismo, el deleite de arroparla con sus brazos. Así que en contra de su voluntad, la agarro por los brazos y la separo de él diciendo de manera impetuosa:
-Es inapropiado que una mujer tenga estas muestras de afecto con un hombre. Si estuvieras en tierra de Kandor, por el simple hecho de presentarte ante mí, sin ser llamada, me tocaría mandarte a decapitar…
- Blen…escolta a la señorita a su habitación –expresó, sin dejar de verla con frialdad.
Melia, cuyos ojos observó Kailer, que estaban muy humedecidos, cuando la miró después de haberla separado de él; sintió una conmoción en su interior. Quería desaparecer o regresar el tiempo para no permitirse hacer tal desfachatez. Agarró fuerte su vestido, mientras empuñaba sus manos, dejando escapar de improvisto, unas lágrimas, que inmediatamente secó con sus manos, mientras daba la vuelta para coger el camino de regreso a su habitación, diciéndole a Blen:
-No te molestes Blen, yo puedo ir sola.
Kailer al observar que ella se marchaba solo cerró sus ojos, echando su cabeza hacia atrás, y empuñando sus manos. Lo que más deseaba era meterla en su habitación y adueñarse de su cuerpo. Por primera vez, se sintió miserable por hablarle duro a una mujer. Cerró la puerta y se dijo: -No seré débil ante ella.
Melia al llegar a su habitación, se sentía abatida. Se odiaba por haber ido a verlo sabiendo lo que él pensaba de ella. Sintió ser el ser humano las estupido que existia. Como pude hacerlo- se preguntaba. Rompió en llanto. No sabía que le dolía más, si la vergüenza que sentía o él rechazo de él.
*********
Al dia siguiente Kailer, su hermano, su tío Kroner y los hijos de este partieron rumbo a Kandor en la primera hora de la mañana. Melia los había visto partir desde una estancia en donde se encontraba con su prima y su tía
Ramelia, quien se quedaría unas semanas más con las gemelas, y después también se iría a Kandor a reunirse a su esposo y a sus hijos, en el que sería, un nuevo hogar para ellos.
Kroner había aceptado la propuesta del príncipe heredero, de comandar un ejército, ya que su hermano, el padre de Kailer, le había propuesto, era en servir. como asesor real de él. Cuando volviera a Kandor, recuperaria su estatus de príncipe, porque antes de partir de Balcor, la capital del reino de Kandor, veinte años atras, le había prometido a su padre, él que era el rey en ese momento, que si Kandor alguna vez lo necesitaba, el dejaría el exilio que escogió por amor a Ramelia y volvería a defender el reino ocupando la posición de príncipe que merecía, por correr por sus venas la sangre real.
Ramelia por su lado, no se sentía muy feliz de tener que volver a Balcor y vivir bajo las mismas normas y costumbres, que algunas ves en el pasado, aunque amara a su esposo, le hicieron
querer separarse de él. Pero el destino lo había determinado de esa manera y ella no deseaba retar al destino.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 127 Episodes
Comments
Salomé Páez
Tan tonta cayó redondito, y tanto q hablaba
2024-06-12
1
Irma Rocha Cruz
costumbres arcaicas......
2023-11-18
0
enith yojana garcia martinez
Las dos cosas melia, más orgullo y amor propio por favor
2023-11-12
2