Rosé Montessori

Bueno... creo que hay que empezar. Mi nombre es Rosé Montessori, hija de Miguel Montessori. Tengo 25 años, sigo estudiando administración de empresas, y digo sigo porque estuve un año sin estudiar y por ende sin ir a la escuela ya que tuve un accidente intentando aprender a manejar jaja.

Flashback...

Hace dos años convencí a mi papá de que me dejara aprender a manejar, ya que él siempre me ponía a un chófer y nunca tuve la libertad de ir a dónde quisiera, por eso siempre le pedía a mi papá que me dejara tomar clases de conducción, hasta que lo harté y aceptó, no de muy buena gana pero sabía que nadie me podía hacer cambiar de opinión.

Pero como todo papá preocupado me dijo que tuviera mucho cuidado, que podía tener un accidente si no ponía atención, y un sermón que no tenía fin, y cuando tuve mi primera clase pisé por accidente el acelerador y choqué, junto con mi maestro, con un muro.

Mi maestro no tuvo muchas heridas pero, en mi caso la bolsa de aire no funcionó y me dí un golpe fuerte. Cómo ironía del destino mi papá llegó al hospital solo para decirme cosas como: ya ves lo que pasa por no hacerme caso, yo tenía razón, seguirás con tu chófer.

En fin, no le hice caso. Había pasado un mes cuando pude salir del hospital y volví a insistir con las clases de manejo. Si antes había sido difícil convencerlo ahora era imposible, pero no me rendiría tan fácilmente, por ello lo amenacé con dejar la escuela con tal de que me dejara manejar, y.... no me hizo caso, pero yo seguí con el plan y por querer aprender a conducir reprobé materias y el año.

Eso ya no era parte del plan, pero al ver que mi deseo de aprender era verdadera y no solo algo pasajero, aceptó, claro con medidas de seguridad exageradas. Unos meses antes y no hubiera reprobado el año, pero Ey!... conseguí el objetivo. Y ahora perdí un año...a volver a empezar.

Fin del flashback.

Bueno, tal vez pueda parecer que mi vida es graciosa o irónica pero, no siempre ha sido así. Perdí a mi mamá cuando tenía cinco años, fue un golpe muy duro para mi papá y sobre todo para mí, porque me sentía culpable de alguna u otra forma. Si tan solo no hubiéramos jugado ese día, mi mamá no hubiera perdido a mi hermanito y ella...no se hubiera ido.

Pero gracias a mi papá pude quitarme esa culpa, incluso ambos tomamos terapia para superar la muerte de mamá, ya que, aunque no lo demostrara, el estaba igual de devastado que yo. Tal vez era muy pequeña para entender todo lo que pasaba a mi alrededor, pero debido a lo que había sucedido tuve que entender si o si.

Gracias a que ambos estuvimos juntos y estuvimos para apoyarnos pudimos superarlo y seguir con nuestras vidas. Pero siempre y para siempre tendremos a mamá en nuestros corazones.

Con forme pasó el tiempo papá y yo íbamos mejorando, papá en sus negocios y yo en mi vida personal. En esa cuestión, nunca me he metido o interesado en lo que trabaja papá, ni me ha dejado investigar a profundidad, pero por lo que veo le va muy bien, es el hombre más rico de todo el país, aunque a veces se tiene que ir a otros lugares, y cuando le pregunto a dónde se va me responde como: son cosas aburridas y eso lo no voy a entender. En fin, yo confío en él hasta con los ojos cerrados, al final del día es mi papá.

En mi vida personal pues aparte de la escuela, realmente no soy muy social, la verdad nunca me interesó hablar con mucha gente o tener mil y un amigos, solo convivo con las personas necesarias y solo tengo a un gran amigo, casi hermano, se llama Christian Smith. Su padre y el mío son grandes amigos y por ello ambos convivimos desde hace tiempo, y esa convivencia nos hizo entablar una gran amistad.

Con forme pasa el tiempo, he notado que Christian me mira con otros ojos, con otras intenciones, incluso me llegó a lanzar una indirecta muy directa de que yo le gustaba, pero fingí no entender y evadí el tema por completo. Tal vez suene algo grosero pero realmente siento que si le digo no a sus intenciones se echará a perder nuestra amistad y perderé al único amigo que tengo. O también si le digo que si temo no corresponder a sus sentimientos, porque en el fondo él no me gusta. Prefiero asegurar que arriesgar en ese tipo de casos.

Ahora me estoy arreglando para ir a la empresa de papá. Él me pidió que fuera porque quería darme una noticia en persona... aseguró que me iba a impactar, y pues, yo le creo. También me dijo que Christian iba a estar presente, aunque suena obvio porque él trabaja ahí. En fin, conduzco hacia la empresa, llego, entro al edificio y todos me saludan cortésmente, les correspondo el saludo con una sonrisa y subo al elevador.

Pongo piso 20 y justo en el 15 me dan ganas de ir al baño, tuve que salir en ese mismo piso rápidamente para tratar de no llegar tarde con papá. Cuando estoy lista, vuelvo a apretar el botón del elevador y espero unos segundos para que éste abra. Cuando lo hace, mis ojos ven al hombre más guapo, apuesto, atractivo, como le quieran decir, que había visto en la vida, estaba algo impresionada, incluso tuve la sensación de que él estaba viéndome como yo al él, luego me acordé de que me tenía que ver con papá y subí rápido el elevador. Estaba algo nerviosa que se me fue decir buenos días, pero él tampoco me dirigió la palabra, así que el nerviosismo se convierte en incomodidad.

¡Dios mío! ¿en qué piso va a bajar este hombre?. Creo que no solo yo estaba incómoda, pude notar por como se movía y se acomodaba la corbata que él también lo estaba, así que decido romper el hielo en lo que el elevador sube, se detiene y espera a que suba la gente.