capítulo 16 reconciliación

Tras la insistencia de Tincho, quedaron que el jueves se encontrarían para organizar algo, ese día cuando Meli salió del atelier se encontró que él la esperaba hacía rato"¿Hola amor por qué no entrantes?, él"no amor, quise sorprenderte por eso no entre", se saludaron con un beso y caminando con paso lento recorrieron varias cuadras por la céntrica avenida mientras discutían que hacer al día siguiente, "que te parece si nos

Tomamos el fin de semana para nosotros solitos, yo tengo una cabaña en punta del diablo podemos quedarnos allí" dijo él con mucho entusiasmo, ella:una cabaña ¿estás loco? Ya está frío para estar frente al océano en un ranchito en una playa, nos vamos a morir de frío, además no hay nadie en esta época, "amor que exagerada que sos, es una cabaña equipada para ir en cualquier época del año, hagan 40 grados o 5 , tiene estufa leña, esto lo dijo con tono pícaro, podemos acurrucarnos frente a ella a mimarnos mucho, además Meteorología anuncia días soleados y que podremos aprovechar para caminar por la playa abrazaditos ¿no te gusta la idea?", Si es así, ya me gusta un poquito más, pero vos no vas tan seguido, debe está un poco sucio" él:"por eso no te preocupes, cerca vive una señora que la mantiene aseada, así que la llamo y le pido que la ventile y la limpié y cuando lleguemos esté preciosa" no quiero ser negadora, pero No te olvides que tenés que manejar 4 horas o un poco más, para ir y lo mismo para volver ¿vos tenés ganas? Si afirmó él" dos por tres lo hago porque me encanta ese lugar y sobre todo en temporada baja que no hay nadie, solo los pescadores y sus familias, y se transforma en un lugar muy tranquilo, el bullicio y la locura del verano desaparece, es ideal para disfrutar del silencio, la paz y de la naturaleza en su esplendor" "te encanta ese lugar¿no?, se nota que es así y por eso aceptó pasar un par de días allí" "vas a ver que lindo vamos a pasar, que te parece si en vez de salir en la mañana temprano, lo hacemos el viernes a las 21 horas más o menos, cenamos, cargamos lo necesario en mi auto y salimos. Ella lo pensó un momento y estuvo de acuerdo con él.

Ya decididos de lo que harían regresaron sobre sus pasos y ella le pregunto¿vamos a la pizzería ?me muero de ganas de comer una rica pizza y tomamos una cervecita", el si la pizza si pero la cervecita no después tenemos que conducir y por lo menos yo, no quiero que me multen" "tenes razón No me Di cuenta de eso" vistes, si tengo que estar en todo" dijo Tincho mientras se reía.

Entre charla y charla llegaron a la pizzería apenas entraron, el aroma de las pizzas calientes mezclado con el olor de las brasas de la leña que emitía el horno y llenaba el lugar, les abrió aún más el apetito, se ubicaron y cuando el mozo tomó la orden él pidió porciones con gustos y mozzarella ella pizza común y faina grueso y eso le llamo la atención al pues todo el mundo prefiere el faina de orillo," que raro amor te gusta él ¿faina grueso?, sos la primera persona que

conozco que le gusta asi, a lo que ella se rió y le contestó si me gusta muchisimo, comieron y se retiraron.

Como habían programado a las 21.30 Tincho busco a Meli cargo la valija hasta el tope que llevaba ella, en el auto y exclamó paaa ¿qué llevas ahí ? Vamos dos días nada más, si llegáramos a ir un mes llevas un camión de cosas y abrió los ojos grandes ella se tento de risa, bueno mi amorrr, yo llevo lo que necesito nada más, él no pudo controlar la carcajada menos mal que es solo lo que necesitas. Emprendieron el viaje 4 horas y media demoraron en recorrer los 291 km. Que los llevaron a punta del diablo, cuando llegaron reinaba la noche cerrada aunque el cielo estrellado, anunciaba que el próximo día estaría soleado, se apuraron a entrar pues estaba un tanto fresco, Meli entro primero y lo que vio le gustó mucho, ya que la Sra. había dejado encendida la luz y la estufa , en la que las llamas naranjas bailoteaban sobre las astillas y las brasas rojas incandescentes daban a la vista una imagen mágica, el ambiente estaba tibio ,muy agradable y en voz alta dijo:"que bueno que acepte venir esto es precioso. El no respondió estaba atareado entrando el equipaje, en ese momento entro y cerró la puerta, vuelve la vista hacía ella y "exclamó que bonito yo acarreando valijas y las cosas que necesita mi noviecita y la señorita muy sentada mirando el fuego y calentandose las manos" ella girando hacía el dijo sarcasticamente :cómo corresponde yo soy la in vi ta da, el salto por sobre el respaldo del sillón casi cayéndose encima de ella y tomándole la cara: ya va a tener que pagar señorita, la buena atención, se quitó los championes frotando un pie contra el otro y tomando una manta que colgaba sobre el respaldo cubrió a los dos con ella,eso fue suficiente para una sección extensa de caricias,besos y demostrarse amor intensamente, quedando así abrazados dormidos, hasta que el fuego se apagó , la habitación se enfrió, el frío hizo que se despertaran, y rapidamente se metieran en la cama donde bien abrigados conciliaron el sueño. A media mañana se levantaron desayunaron luego de ducharse decidieron recorrer el minúsculo pueblito de pescadores tan pintoresco, en el que las personas ocupadas en su trajinar, las mujeres con sus quehaceres del hogar y los hombres, unos remendando las redes, otros limpiando las chalanas y acondicionandolas para salir a la pesca más tarde, siempre y cuando el clima y el mar lo permita, algunos niños más grandes acercaban a las embarcaciones, los bidones de combustible, los remos, y otros complementos, unos jóvenes tiraban de carros de mano en los que llevaban motores fuera de borda, grandes atados de arpilleras que contenían redes, todos tan metidos en sus tareas que no notaron la mirada extrañada de los jóvenes visitantes. Tincho sin soltarse de ella comenzo a caminar mientras le dice vamos amor hasta las rocas a buscar mejillones , vamos respondió ella ¿y como haces para sacarlos?, el" con la mano se desprenden de la roca ahora vas a ver, siempre que no haya marea roja, si es así no se pueden comer, AAA¿pero vos no comes eso tampoco? No le contesto "ni peces ni mejillones ni calamar ni camarón no nada de eso" "entonces, no junto nada dijo el tanto trabajo para mí solo no" se sentaron sobres las rocas a mirar como las olas rompían contra ellas. Al rato fueron al restaurante a almorzar ella pidió unos típicos buñuelos de acelga y una ensalada y él una Zarzuela de mariscos y le dijo a ella como disculpándose "me gusta mucho y me voy a hacer el gustito", no sé donde metes todo lo que comes y te mantenés delgado, yo si como esa abundancia ruedo en lugar de caminar, él se tento de risa tanto que hasta tos le causo, contagiándola a ella que por algunos minutos no podían parar de reír ,de vuelta en la cabaña ya era media tarde decidieron tirarse en el sillón a ver una peli y la "feliz idea" de encender la estufa, lo que ninguno de los dos sabía como hacerlo, pues parece fácil aunque no lo es, comenzó él a intentar, lo que logró fue llenar todo de cenizas de papel que quemo por montones hasta que ella le dijo déjame a mí que ya sé cómo hacerlo, otro intentó frustrado nada logró ni siquiera una débil llamita, el de pronto se echo a reír a carcajada limpia, ella se paró enfrente de él quitando con las manos, negras de tizne, el cabello que había caído sobre su rostro y él al verla fue peor, claro ella no veía su cara parecía pintada para camuflaje rayas negras en la frente, la nariz y las mejillas, era tanta la hilaridad causada en él, que ella enojada y mascullando algo "non Sancto" va al baño a lavarse las manos y cuando se vio fue tan grotesca la imagen que lloraba de risa sin parar, luego de lavarse volvió a la sala de estar, él había limpiado y ventilado el desastre causado y además de eso había conseguido enfriar bastante el lugar, "a no, no me muero de frío y se envolvió en una frazada, nos vamos a volver pingüinos acá" espera le dijo el "llamo a doña Ester y que la prenda ella" "si dale apúrate antes que quedemos hipotérmicos", Enseguida llego la mujer y en unos segundos la encendió y les aclaro, chicos no la dejen apagar póngale una astilla cuando ven que se achica la llama y así la mantienen encendida y si no llámenme enseguida no pasen frío y después de decir esto se marchó ahora si pudieron acomodarse y mirar la película, a la que ni vieron, apenas comenzaba, los enamorádos la olvidaron pues otra atracción mucho más dulce y disfrutable los entretuvo.

A la mañana siguiente casi se repitió lo del día anterior salvo una larga caminata descalzos por la arena de la playa extasiados con la inmensidad del océano, de pronto se encontraron amandose sobre la arena bajo los tibios rayos del sol, al comenzar a atardecer volvieron a la cabaña y una sensación de angustia los invadió al caer en cuenta que ya debían de partir rumbo a la monotonía cotidiana.