capitulo 16

Lleve a los pequeños hacia donde él estaba que a su vez él venía acercándose con los juguetes en sus manos y los niños corrieron a sus brazos muy felices.

-Papi, mami es mala, te queremos más a tí le decía Demian.

-Muy bien campeón así se habla. Le respondió él.

Y yo solo lo miraba indignada y muy angustiada.

-Porque te pones así de histérica, solo iba a llevar a los niños a comer unas ricas hamburguesas, No seas tan paranoica y limpiate la cara, que ya sabes lo que pienso de eso.

-Y qué dicen mis campeones les gustaría ir a comer hamburguesas?

-Sii, hamburguesas! Gritaban tan eufóricos y emocionados.

-Bueno hijos si quieren hamburguesas vengan con mami y los llevaré yo. Les dije

-Queremos ir con Papi. Respondieron aferrándose a él.

-Pero papá tal vez está muy ocupado y debe volver al trabajo.

-No, para nada, así que despreocúpate que tengo todo el tiempo del mundo para estar con mis dos campeones.

A pesar que me pidió que me seque las lágrimas y aunque lo hice no podía dejar de llorar al ver la reacción de mis niños que no se separaban de él, y se atreve a decirme que no sea paranoica cuando amenaza todo el tiempo en quitarmelos, la belleza sólo la tiene en el exterior. No dejaré de luchar por ellos por más que el lis chantajee con juguetes y comida chatarra.

-Ok vamos niños saluden a su mamá y suban al auto, les dije a los niños pero verla tan mal y angustiada me hizo decidir invitarla.

Tú también puedes venir. Dijo y lo miré sorprendida.

-Ya no me mires así y sube al vehículo.

-Si mami también vendrá, mamá y papá juntos!!! Gritaban los niños muy felices.

Llegamos al sitio pedimos las hamburguesas y los pequeños luego de comer unos pocos bocados quisieron ir a los juegos del lugar donde habían más niños jugando y ambos decidimos dejarlos ir.

El silencio se apoderó de nuestra mesa y no solo eso, ahí estábamos los dos solos sentados me sentía terriblemente incómoda, y al parecer él también, solo se podía oír el murmullo de las personas hablando y riendo y a niños jugando y gritando, pero nuestra mesa era como una tumba.