capitulo 7

Cuatro años después...

-Sofia... puedo llevarte lejos, ¿por qué no vienes conmigo? Te quiero...

-No, Robert. No me dejes atrás. Iré contigo…

Desperté con mi ojos llorosos esa pesadilla me sigue persiguiendo a pesar de que ya han pasado cuatro años, en mi corazón siento que sigo amando a Robert pero la vida cambió junto con todos nuestros planes

-Mami estás despierta?

-Mama despierta que la abuela vendrá por nosotros!

Las voces preciosas de mis gemelos me hizo volver a la realidad seque mis frías lágrimas por ese mal sueño y gire a verlos y allí estaban a mi lado como las luces de mi vida y mi corazón solo ellos le dan sentido a mi vida y por ellos me volví fuerte.

-Bueno mis niños mamá tienen que preparar sus cosas para que pasen el fin de semana con su abuela así que primero a bañarse!

Una vez ya todo listo y organizado los lleve hasta la puesta de vecindario privado donde el Bentley de su abuela paterna los esperaba.

-Hola mis pequeños dijo Mireya abrazandolos para luego subirlos al auto.

-Sofía, Derek regresó.

-Ahh, pues, bien por él respondí fría, como si no me importara en lo más mínimo, pero por dentro los nervios me carcomen, me despedí de Mireya y de mis bebes

Regrese a la casa y allí pude sentir la presión, ya no era esa niña inocente, ingenua y débil que solía se, y no sólo eso, físicamente también ya no era la misma, luego de tener a los gemelos engorde mucho, ademas de que mi rostro regordete se lleno de pecas, me sentía fea y amargada, el criar a los niños hizo descuidarme totalmente de mí. Miré una foto de Derek que está sobre un mueble en la sala y a pesar de que hayan pasado cuatro años él sigue impecable y no lo negaré, es absolutamente guapo y encantador.

En un arranque de ansiedad salí corriendo a mi dormitorio y comencé a buscar mis cremas y mascarillas quería y necesitaba verme bien, y sentirme bonita.

¡Bueno Sofía manos a la obra! me dije a mi misma y me coloque la mascarilla en crema con colágeno y no se cuantas cosas más que prometen milagros, el timbre sonó y supuse que eran mis niños por olvidarse algún juguete por lo que atendí sin mirar y tal cual estaba y cuando abrí

-Derek! dije total y absolutamente sorprendida

Él me ignoró y entró como pancho por su casa, como si jamás se hubiera ausentado, se dirigió directo al sofá, se sentó, me tiró unos documentos y se cruzó de brazos.

-Debes firmar eso, dijo en un tono frío cortante y arrogante.

-¿Qué es? Pregunte y comencé a leer

Comencé a negar y a enfurecer era el pedido de divorcio y no precisamente por eso enloquecí si no que además del divorcio que mucho no me importaba, quería la custodia permanente de mis hijos