En una casa ubicada en una zona rural, a las afueras del bosque. Está un niño llamado Gabriel, viviendo con sus dos abuelos.
El niño les dice a sus abuelos: "Abuelos, ya vengo. Voy a jugar afuera".
Su abuela, le responde: "Pero Gabo, no te vayas a ir muy lejos, ni entres en el bosque, porque te puedes perder".
Gabriel, le dice: "Claro" Y sale a jugar afuera, no muy lejos de su casa.
Entre la maleza y rocas, que había cerca de aquel gran bosque en frente de su casa. Gabriel logra ver una pequeña cola negra y peluda, de alguna criatura extraña.
Gabriel al percatarse por el tamaño de la cola, que se trataba de algo pequeño. Decide acercarse más, hasta observar a una pequeña criatura semi - humana, llorando, mientras a lo lejos ve un enorme humo en el cielo, que provenía de la parte más profunda del bosque.
Gabriel se le acerca a aquella criatura, y le pregunta: "¿Estás bien?"
Al percatarse de que la habían visto. La pequeña criatura gruñendo, muestra sus dientes en señal de
advertencia, por lo que Gabriel, le dice: "Tranquila, no te haré daño"
La criatura molesta, le grita: "¡Largo humano! ¡No te me acerques!"
Gabriel mantiene su distancia, y le pregunta: "¿Por qué lloras?"
A lo que la criatura, le grita: "¡Largo!" Con un tono entre amenazante, pero a la vez asustada.
Gabriel regresa a su casa, y les pregunta a sus abuelos, si hay pan en la casa.
La abuela, le contesta: "En la mesa quedan dos"
Gabriel toma el plato donde están los panes, y vuelve a salir, mientras sus abuelos se preguntan: "¿Qué estará haciendo?"
Gabriel vuelve donde aquella extraña criatura, y le deja los dos panes, a lo que ella se percata, y le gruñe nuevamente.
Gabriel sin decir nada, deja los panes, y vuelve a su casa, a tomar un vaso con agua, para llevársela a la criatura. Esta vez, se la deja cerca, sin que ella se dé cuenta, mientras recoge el plato vacío de los panes, y se va.
Al día siguiente, Gabriel vuelve a pedirle pan a sus abuelos. Y al recibirlos, se va con los panes, por lo que el abuelo, le pregunta: "¿A dónde llevas esos panes?"
Gabriel, le contesta: "Encontré a una pequeña criatura, cerca del bosque y solo quería darle algo de comer".
Por lo que el abuelo sonríe, y le responde: "Para ser tan pequeño, tienes un gran corazón, pero ten cuidado y trata de que no te lastime"
Gabriel con una sonrisa, sale de la casa, y le dice al abuelo que no se preocupe.
Al llegar, ve a la criatura más calmada, y le dice: "Hola, ¿Cómo estás? Mira. Te traje pan para que comas"
La criatura lo mira con desprecio, sin mencionar una palabra, mientras Gabriel le sonríe, y le dice: "Tranquila, no te hare daño, yo solo quiero ser tu amigo".
Gabriel le deja el plato, y se va, mientras la criatura lo ve seriamente.
Al día siguiente, Gabriel se prepara para llevarle más pan, pero ve que una feroz tormenta se aproxima, por lo que, el abuelo le dice que es mejor que no salga, y que trate de convencer a esa criatura de que entre a la casa.
Gabriel pensativo, dice que no cree que ella acceda a entrar, pero que por lo menos lo intentará.
Gabriel sale corriendo de la casa con dos panes, hacia donde se encontraba la criatura, y le dice: "Será mejor que entres con nosotros, ya que una fuerte lluvia se aproxima"
La criatura le dice que no la moleste, y que ella estará bien, por lo que Gabriel le deja los panes, y se va para su casa, preocupado por aquella criatura.
Al caer la noche, la lluvia se vuelve muy intensa, por lo que preocupa a Gabriel. Así que decide ir a darle un abrigo de cuero, que había en su casa, para que se proteja aquella criatura. Por lo que la abuela, le dice: "Gabo, entiendo que estés preocupado, pero la tormenta es muy fuerte, y no es buena idea, que salgas".
Gabriel, le responde: "Abuela, si no salgo a ayudarla, podría enfermarse o pasarle algo peor"
El abuelo, le responde: "Si vas a salir, por lo menos deja que te acompañe, Gabo"
Ambos salen a buscar a la pequeña criatura. Que terminan encontrando temblando del frio, entre unas rocas, por lo que Gabriel, le dice: "Ven con nosotros para la casa, acá solo la vas a pasar mal"
La criatura molesta y temblando, le dice: "No"
Gabriel le deja el abrigo de cuero, y se va con el abuelo a la casa, mientras la criatura temblando, coge el abrigo para ponérselo, y empieza a llora.
Al día siguiente, termina la tormentosa lluvia, por lo que Gabriel decide salir a ver como estaba la criatura.
Al percatarse de que estaba empapada y temblando, Gabriel le dice: "No sé por qué me tienes tanto odio, pero te aseguro que no quiero lastimarte"
La criatura lo ve con ojos serios, y no pronuncia ni una palabra, por lo que Gabriel, se presenta: "Hola, me llamo Gabriel, pero mis abuelos me dicen Gabo de cariño. Así que si quieres, también me puedes decir Gabo"
A lo que la criatura, le responde: "Suena feo Gabo... Yo me llamo Laila".
Gabriel impresionado de que por fin le hablara, le sonríe, y le dice: "¿Laila? Que lindo nombre, te diré Lalis de cariño... Te traeré algo de comer, Lalis. Ya que debes tener hambre, así que espera".
Gabriel se va para la casa, y Laila le grita: "¡Te diré Gabi, porque Gabo suena muy feo!"
Gabriel llega a su casa, gritando de felicidad, y sonriendo, les dice a sus abuelos: “! ¡Me hablo, ella me hablo!"
Por lo que la abuela, sonriendo le dice: "Entonces dale un buen pan, y hazte su amigo"
Gabriel sonriendo, le responde: "¡Lo hare!".
Gabriel toma un bollo de carne, y se va de regreso donde Laila, mientras el abuelo le grita: "¡Gabo, Puedes decirle que se quede acá si quiere!".
Gabriel, le responde: "¡De acuerdo! ¡Gracias abuelo!" Y corriendo, llega donde se encontraba Laila, mientras sonriendo, grita: "¡Mira lo que te traje Lalis!".
Laila queda aterrada, por lo que ve, a la distancia.
Gabriel se impresiona, al ver aquella expresión de Laila, y le pregunta: "¿Qué pasa Lalis, te sucede algo?"
Pero no obtiene respuesta de Laila, mientras ella mira en dirección a la casa de Gabriel.
Gabriel voltea, y observa a 3 soldados imperiales en frente de su casa; hablando con sus abuelos.
Gabriel, le pregunta a Laila, "¿Le tienes miedo a los soldados imperiales, Lalis?".
Laila con una mirada fría y aterrada, no contesta.
Gabriel, le dice: "Ellos son los soldados imperiales. Que ocasionalmente patrullan las zonas. Así que no tienes nada de que temer".
A lo que Laila, con enojo, grita: "¡Ellos asesinaron a mi familia!".
A la distancia se oye una fuerte discusión, en la casa de Gabriel.
Gabriel al percatarse de esto. Se dirige donde sus abuelos, pero Laila lo agarra de la mano, y le dice: "No vayas"
Gabriel sin entender nada, se suelta de Laila, y corre a ver qué pasa.
Al llegar, ve a su abuelo siendo arrojado al suelo, por los soldados imperiales.
Gabriel, grita: "¡Déjenlo tranquilo!"
Uno de los soldados, atraviesa con una espada a su abuelo en el pecho, por lo que Gabriel, llorando grita:
"¿Qué han hecho?"
La abuela les grita a los soldados: "¡No tenemos a donde ir! ¡Esta es nuestra casa y no nos la pueden quitar, solo porque necesitan este terreno para construir!"
El soldado imperial, camina hacia la abuela, y está por atravesarla, cuando a lo lejos, gritan: "¡No lo hagas, por favor!"
Era Gabriel, que enojado corre hacia ese soldado imperial, pero otro soldado le da una patada, y lo tumba, mientras el primer soldado, da con su espada, el golpe fatal a la abuela de Gabriel.
Gabriel llorando, grita: "¡NOO! ¿Por qué?"
El soldado que asesino a sus abuelos le dice al segundo soldado, que entre y queme las cosas.
Al tercer soldado, que pateo a Gabriel, le dice: "Asesina a ese niño y vámonos de acá"
El tercer soldado, saca su espada y está listo para asesinar a Gabriel, cuando de la nada, aparece Laila, saltando al lado del soldado, y con una fuerte patada en el aire, le da en la cara. Por lo que termina tumbando al soldado.
Laila aprovecha la oportunidad, y tomando a Gabriel de la mano. Lo levanta y se lo lleva corriendo hacia el bosque.
El primer soldado, grita: "¡IDIOTA NO LOS DEJES ESCAPAR!"
El soldado se levanta, y se va corriendo tras los niños, gritando: "¡ESTUPIDA SEMI HUMANA, DEJA QUE TE ALCANCE!"
Laila y Gabriel entran corriendo al bosque, mientras Laila con cara aterrada, ve a Gabriel llorando.
El soldado imperial los perseguía, y poco a poco los estaba alcanzando.
De la nada, en la espesura del bosque. Laila y Gabriel se atraviesan con un gigante de 8 metros, el cuál llevaba un gran mazo de madera, en su mano izquierda.
Laila recuerda que ellos no son agresivos, si no se les provoca, así que pasa con Gabriel por debajo, entre sus
piernas, mientras el soldado se acercaba, gritando: "¡LOS VOY A ACABAR NIÑOS ESTUPIDOS!"
Los gritos del soldado, y su espada en la mano; molestaron al gigante, lo que ocasiono que este lo atacara con un fuerte golpe del mazo, mandándolo a volar.
El soldado cae muerto, mientras llegaban sus 2 compañeros que veían el cuerpo del soldado, y al gigante
molesto.
Los 2 soldados, se percatan que el gigante estaba enojado.
Las espadas en las manos y las armaduras, que eran iguales al del soldado muerto. Provoca que el gigante los ataque también, lo que hace, que, de un solo golpe con su mazo, los manden a volar a ellos igualmente.
Laila y Gabriel corren en circulo para no perderse, por lo que regresan en línea recta, para salir del bosque, y así llegar nuevamente a la casa de Gabriel.
Ambos se detienen, mientras ven los restos de la casa incendiada, y a los abuelos muertos en el suelo.
Laila se lleva a los abuelos de Gabriel, detrás de la casa y los entierra, en una parte cerca, mientras que Gabriel se tumba a llorar, por la pérdida de sus únicos familiares.
Laila regresa de haber enterrado a los abuelos de Gabriel, y al ver que Gabriel pasaba por la misma situación que ella. Lo abraza llorando, y le dice: "Por favor, no llores más, Gabi"
Más tarde, una carreta con un anciano que iba manejándola, pasa por el lugar, y se sorprende al ver a los niños solos, en mitad del camino; y una casa que solo quedo en humos. Por lo que les pregunta: "¿Qué paso aquí?".
Laila empieza a gruñir, al ser un desconocido, pero Gabriel se levanta. y con los ojos lagrimando, le pregunta: "¿Me puede llevar por una moneda de oro a la capital de la Ruta del Sol?"
El anciano, le responde: "No hay problema, súbete. No voy para allá; pero te dejare cerca de un asentamiento, donde puedas coger otro carruaje. Y tranquilo, no te cobraré por el viaje"
Gabriel mira triste a Laila, y le dice: "En la casa hay algunas monedas de oro, cógelas y ve al gremio que queda en el oeste. Ahí estarás segura por un tiempo"
Gabriel se monta en el carruaje y con la cabeza mirando al suelo se va, mientras Laila ve como queda sola nuevamente.
A lo lejos, Gabriel le grita: "¡Hazte fuerte, y nos veremos en 10 años nuevamente, en el gremio del oeste"
Laila llorando, susurra: "Por favor, Gabi, no me abandones"
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