Capítulo 9

Decir que pude dormir es una mentira, toda la noche estaba muy ansioso, preocupado, tengo miedo que no salga bien el plan de Juan, tengo 20 años que haré para cuidar a sus hijos prácticamente ni me conocen, solo le pidió a mis padres que me protejan que guíen mi camino.

Amaneció y como de costumbre fuimos al comedor por nuestro desayuno, unos hombres se acercaron a nuestra mesa

-Aquí estamos Juan, que hay que hacer

-Bien, hoy en la cena haremos una redada, necesitamos escapar si o si y todas las personas tienen que pensar que hemos muerto, por ningún motivo sabrán que escapamos, los guardias ya están comprados solo necesito su ayuda

-bien, ¿cuanto me vas a pagar? - habló el líder de ellos

-te parece ¿10 mil dólares?

-uhmm.... Esta bien, acepto entonces nos vemos en unas horas - se levantaron y se fueron

- Acaso ¿ellos no tienen temor que les aumenten la pena?

- claro que no, ellos tienen cadena perpetua gracias a Vitale, ellos trabajaban para él mataban a todos los que se interponía en su camino, cuando los atraparon Marcelo les prometió que los iba a ayudar, pero eso no pasó al contrario dio más pruebas para que los encarcelaran por eso me ayudan

-entiendo - dije no muy convencido

- Luciano, toma - me dio un sobre

-¿que es esto?

-es una carta y unas instrucciones que tienes que seguir en el caso que yo no logre salir de aquí, la abrirás cuando estes fuera, ahí están todos los documentos en los que te convierte en el albacea de mis hijos y una parte será para ti, pero si logramos salir no será necesario que lo abras yo te explicaré todo lo que tienes que hacer

Y así paso toda la mañana a mi me tocaba ir a la carpintería, al menos me distraía con algo, Juan fue a jugar cartas con otros reclusos, todo era normal como todos los días, hasta que llegó la hora de la cena guarde la carta que me dio Juan y fui al comedor. Todo parecía tranquilo, recogí mi bandeja de comida y uno de los señores de la tarde se acercó a mi y tiró mi comida al piso iba a responder pero Juan me dio una mirada diciendo que no lo haga, atiné a quedarme callado y recoger lo que podía salvar para comer, mientras otro señor se acercaba a reclamarle porque tiró mi bandeja y de un momento a otro comenzó una pelea, mientras tanto Juan y yo aprovechamos la distracción y salimos por la puerta de la cocina ahí nos esperaba un guardia nos llevó hasta la salida del pabellón ahí, ya teníamos que valernos por nosotros mismos, nos escondimos un buen rato hasta que los guardias de la puerta de fueron a parar la pelea, salimos de nuestro escondite, bajamos las escaleras de prisa solo teníamos que saltar la pared y seriamos libres pero no contamos que había alguien atrás de nosotros

-Alto ahí o disparo - dijo el guardia, yo ya estaba en lo más alto de la pared, mientras que Juan recién subía, lo que pasó después no lo pude creer Juan bajó a pelear con el guardia forcejearon y salió un disparo que afortunadamente no era para Juan, pero llegó otro guardia y le apuntó, yo no sabía que hacer si bajar y luchar con él o irme

-Vete Luciano, vete ya - grito Juan

-no te puedo dejar

-recuerda lo que prometimos, vete ahora mismo - yo obedecí salte hacia la libertad mientras escuchaba varios disparos, cuando voltee a ver Juan habia logrado subir para despistarlos pero no lo logró antes de cerrar sus ojos me dijo

-ve tranquilo, cuida a mis hijos y recuerda la venganza - vi como su cuerpo caía a la calle inconsciente no habia nada que hacer con 6 disparos era difícil salvarlo, corri lo mas rapido que pude llegué al parque central y ahí encontré a Martín, le conté lo sucedido y en sus ojos pude ver una gran tristeza, era su hermano y comprendo lo que siente, partimos de allí antes de que me atraparán dejando atrás todo lo que viví hasta ahora jurando que cuando regrese Marcelo Vitale y toda su familia pagará por todo el daño que nos hicieron esto va por ti Juan.