CAPÍTULO 18: VOLVERSE A VER

Pasaron unos días desde que había encontrado a Martina y Anita y le llego un mensaje a Leti, Enrique ya había vuelto a Venezuela, no podía quedarse mucho tiempo, su clínica le necesitaba, tenía pacientes que le buscaban y no le gustaba quedar mal con ellos.

  Hola preciosa, ¿cómo has estado?

* ¿Quién es?

* ¿Tan pronto te olvidaste de mí?\, que mal\, yo los recuerdo siempre.

* Me dice quién es o lo voy a bloquear.

* Soy Luis\, Leti palideció\, no podía creer que fuera él.

* Ya me acorde\, ¿quién le dio mi número?

* Espero no molestarte\, no importa quien\, me alegra que me recuerdes\, me gustaría invitarlos a dar una vuelta\, no sé al parque tal vez o a un restaurant con juegos para niños.

* He estado muy ocupada\, no sé si pueda.

* Me gustaría puedas hacer un espacio en tu agenda y me permitas invitarlos.

Déjame checar y te aviso.

Al ver que Luis dejo de escribir dejo salir todo el aire retenido, no podía creer que  había regresado, le empezó a doler la cabeza del estrés que le causo ver que nuevamente tenía su número y la había contactado, no tenía idea como había obtenido su número, necesitaba pensar que hacer, podía seguirse negando, pero no sabía por cuanto tiempo.

Luis tenía dibujada una sonrisa en su rostro, algo que desde hace mucho tiempo, más bien años no mostraba, ya que desde el abandono de Yuri su vida tomo un giro que le llevo a ser serio, arrogante y amargado, y se  incrementó con la pérdida de su esposa, pero sin saber porque, el solo hecho de haber logrado contactarla le había alegrado el día.

Diariamente Luis le mandaba mensajes a Leticia deseándole los buenos días y diciéndole que esperaba esta vez si le diera una respuesta positiva a su invitación, tanto fue su insistencia que termino aceptando ir con él pero solo un par de horas porque necesitaba regresar a trabajar, Luis se puso feliz, quería pasar por ellos, pero Leticia no acepto, le pidió le enviará la ubicación  y ella llegaría directamente al lugar.

Al llegar al parque donde se quedaron de ver los niños en vez de correr a los juegos sorprendentemente corrieron a los brazos de Luis, Luis tomo en sus brazos a los pequeños cargando uno en cada brazo, les dio un beso en su cabeza, Anita lo abrazo del cuello.

·        Holla ota vez no vemos, dijo Anita sin soltar el cuello de Luis.

·        Holla amigo ¿Cómo tas?, dijo Mateo viéndolo a los ojos.

·        Hola pequeños, yo estoy feliz de verlos de nuevo ¿cómo se han portado?

·        Mien, nosotros nos potamos mien mientas mami tabaja y manina nos cuiya.

·        Shi, yo cuiyo a mi mana y a mamá, yo soy hombe de casha.

·        Me parece muy bien que cuides de ellas, eres todo un hombrecito.

·        Shi soy fuete mira, dijo alzando sus brazos, lo cual causo que Luis se riera de lo que hacía el pequeño, mientras lo acercaba más a él.

A Leticia se le hizo un nudo en la garganta, ver esa escena fue conmovedor pero también preocupante para ella, para los que vieran esa misma escena podrían pensar que era una bella familia donde el papá estaba felizmente cargando y charlando con sus niños mientras la mamá los observaba a unos cuantos pasos. Luis mostraba felicidad en su cara ante la cercanía de los dos pequeños, Mateo también estiro sus brazos y abrazo a Luis, le gustaba estar a su lado.

·        Bueno hijos, no molesten mucho al señor, están algo pesaditos para que los cargue mucho tiempo.

·        No te preocupes, me gusta hacerlo, tus hijos son unos niños muy lindos, me recuerdan a mi bebé, dijo soltando el aire mientras veía a un punto fijo como si recordara algo.

·        Se ve que como padre es muy cariñoso, ¿cuántos años tiene su hijo?

·        Murió, dijo apenas en un susurro.

·        Lo siento mucho, su esposa debe estar muy tris… Luis no le dejó terminar, no quería hablar de su esposa.

·        Será mejor que vallamos a jugar un rato para que estos muñecos se diviertan un rato, camino con ellos a los juegos y les ayudo a subir.

Leticia se quedó callada al ver que Luis no quería hablar de su esposa, pensaba como se llevaría con ella, sería feliz, además se preguntaba porque quería estar con ella y sus hijos cuando debería estar con su esposa en sus ratos libres y no con personas que apenas y conocía. Luis con ellos era diferente, ante los demás era frío y serio, no mostraba gestos que mostraran su estado de ánimo, pero frente a ella y los niños se veía sonreír, se notaba su semblante tranquilo, como si todo a su alrededor fuera diferente, la actitud de Luis causaba cierta duda.

Martina estaba cerca de Luis y los niños para ayudarle, mientras Leticia permanecía a un lado solo viéndolos jugar, los niños se mostraban felices jugando con Luis como si lo conocieran de siempre, de vez en cuando lo abrazaban y él les besaba sus cabezas, cuando se cansaron de jugar Luis se sentó sobre una roca con ellos sentados cada uno en una pierna, Leticia quiso cargar a uno para sentarlo con ella, pero ellos no quisieron, querían estar con su amigo.

Después de descansar un ratito, Luis levanto a los pequeños de sus piernas y se agacho para tomar cada uno en sus brazos para cargarlo e ir a comer a un restaurant de comida rápida, de esos donde hay muchos juegos como alberca de pelotas y resbaladillas, entre otros, Leticia le iba a ayudar con Mateo, pero Luis no quiso soltar ninguno de los pequeños, por lo que reusándose camino con ambos en brazos hasta el lugar donde comerían. Atrás iban siguiéndolo Martina y Leticia.

Al llegar a comer los niños corrieron a quitarse los zapatos y a subirse a los juegos mientras esperaban su comida, Martina se fue tras ellos para cuidarlos, Leti y Luis esperaron la comida y aunque ella quiso pagar o por lo menos una parte, Luis no acepto argumentando que él les había invitado, pago esperando las charolas con sus alimentos en lo que Leticia escogía la mesa donde se sentarían para comer.

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