CAPÍTULO 10: PASEO FAMILIAR

Paulina se fue antes de que algo más pasará y Luis le siguiera preguntando cosas o la presentará con Yuri con quien no deseaba cruzar palabra, aunque no lo mostro estaba algo nerviosa, además que, al ver a Yuri, tuvo mucho coraje, esa mujer había sido la causa por la cual su amiga había tenido ese accidente. Yuri no la conocía a ella, pero Paulina si la conocía a Yuri. Fue a su oficina y al ver ahí a Leticia, respiro profundo y soltó un fuerte suspiro.

·        Y ahora a ti ¿qué te pasa?, vienes pálida, como si hubieras visto un fantasma.

·        Lo vi créeme y no sé si preocuparme o enojarme.

·        ¿Quién? si se puede saber, dijo curiosa.

·        El ex esposo de una amiga con su amante, la culpable de que ella tuviera un accidente en el que… no quiero hablar de eso, mejor apurémonos a revisar toda la documentación.

·        Está bien, pero no hagas corajes.

Se pusieron a trabajar, rara vez iba Leticia a las tiendas, pero casualmente hoy estaba ahí, después de un par de horas de revisar documentos habían terminado, Paulina no quería que salieran por si aun andaba Luis en el centro comercial, no quería que se toparan con él, pero ya habían dejado mucho tiempo solos a los pequeños, Mateo y Anita eran más pequeños de los niños de su edad por ser prematuros, pero afortunadamente, aunque al principio fueron enfermizos, ahora contaban con buena salud gracias a los cuidados de su mami y sus tíos Paulina y Enrique.

Salieron con prisa rumbo a su casa, Leticia no entendía porque la insistencia de Paulina, pero le hizo caso, cuando estaban por salir alcanzo a ver el perfil de una pareja a lo lejos que le llamo la atención, parecían estar discutiendo algo, no supo porque, pero no dejaba de verlos, cuando voltearon dejando ver sus caras de frente empezó a sentir unas punzadas en su cabeza, Paulina arranco tan rápido como pudo, dejando atrás el centro comercial. Al ver que su amiga iba agarrándose la cabeza le preguntó que le pasaba, ella le dijo que solo sentía un malestar, un pequeño dolor de cabeza, pero nada más, al llegar a casa los bebés corrieron a ellas y las abrazaron y besaron.

Leticia abrazo y beso sus dos amores, amaba a sus dos hermosos pequeños, eran su razón de vivir, eran la luz que iluminaba su día a día y la razón de ser cada día mejor por ellos, después de jugar con ellos, cenaron y les llevo a dar un baño para acostarlos a dormir, les conto un cuento, no podían dormir, estaban emocionados porque al otro día su mami les había prometido llevarlos de paseo, por lo que su mami les dijo que sino dormían no tendrían esa salida, ellos cerraron sus ojos y al poco rato, mientras mami les cantaba ambos quedaron dormidos, eran unos hermosos niños de 2 años y medio de edad.

Leticia noto a Paulina que había estado nerviosa toda la tarde desde que regresaron de la boutique, pero no quiso obligarla a decirle lo que tenía, cuando ella considerará lo haría por ella misma. Se dio un largo baño y se acostó a dormir, al otro día se levantó temprano, fue a ver a sus dos amores y después de despertarlos a besos, los alisto y los llevo a desayunar, estaban tan contentos de que saldrían con mamá y su nana a pasear que comieron toda su comida.

Leticia en compañía de Martina, la niñera de los mellizos, salieron rumbo al zoológico donde estaban emocionados viendo los animalitos, tanto que Mateo quería que su mami se llevará los animalitos a casa, quería llevarse los changos, los venados, hasta un león que le había encantado, su mami y su nana reían de las ocurrencias de su bebé.

·        Amor mío, y donde vamos a tener esos animalitos, necesitan un lugar especial, decía con mucho amor a su pequeño.

·        Pue mia mami, eh chango en mi cuarto, puede mimir comigo, el lleon en el patio con filulais y e menado tamien.

·        Amorcito, el león y firulais no creo que se lleven bien y el changuito va extrañar a sus hermanitos.

·        Pue nos llevamo tollos

·        Hay amor, mejor que tal si vamos por un helado.

·        Shi, yo quelo hellado mami dijo Anita.

·        Yo tamen quello hellado mami.

·        Pues entonces vamos de una vez.

Salieron del zoológico y fueron buscando un helado, en lo que Leticia compraba los helados, Martina se quedó con los pequeños en una banca esperando, pero como todos los niños, Mateo y Anita se bajaron y empezaron a correr dando vueltas en el mismo lugar, Martina los veía divertida, tenían tanta vida, no como cuando llegaron, aunque tenían 2 y medio años parecían como de 1 y medio. Leticia llego con los helados y le dio a cada uno el suyo y ella también comió el suyo. Al terminar el helado parecía que tenían más energía los pequeños, siguieron su paseo, pero de repente Mateo empezó a correr hacia un lado y Anita hacia el otro, Leticia fue tras Anita y Martina fue detrás de Mateo.

·        Mateo espera no corras puedes caerte y tener un accidente, pero parecía que no escuchaba, iba feliz corriendo y saltando, poco salían de la casa.

·        No quelo, quelo coller, en eso por voltear no se dio cuenta y se bajó de la banqueta.

·        Mateo cuidado grito Martina con todas sus fuerzas temiendo lo peor, porque venía un coche.

Esperando lo peor y con lágrimas en los ojos Martina había gritado, pero afortunadamente un hombre que iba pasando al verlo bajarse y ver el coche corrió y lo jalo para evitar un accidente, después de tenerlo abrazado unos segundos o minutos, por fin soltó al niño que había quedado quieto por el susto y estaba pálido. El hombre al ver al niño a punto de sufrir un accidente no pudo evitar sentir que se le iba el aire y sin darse cuenta lo había salvado, esa escena le hizo recordar el gran dolor que aquejaba su alma, si su hija no hubiera muerto sería tal vez un poco más grande o de esa edad. Martina una vez que reaccionó corrió hacia ellos agradeciendo que salvará al pequeño.

·        Gracias señor por salvar a Mateo no sé qué hubiera pasado si algo le hubiera pasado.

·        ¿Es usted su madre?, ella negó con la cabeza.

·        Soy su nana, no sé cómo se me salió todo de control, por más que corrí no pude alcanzarlo, si su mamá se da cuenta me despide.

·        Yo haría lo mismo, a un niño hay que tenerle mucho cuidado, la mirada fría y seria del hombre le dio miedo.

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