[3]: La mercancía.

Presente...

Me separo de Esme, tomando el respectivo aire que necesita mi cuerpo.

—Me voy.

—Aún no he termina de hablar contigo, Dusan.

—Yo ya lo hice.

—Si sigues de esta manera, nunca llegaremos a la recuperación ideal que necesitas. Te estás empeñando en una maldita venganza en la que terminarás mal.

—Antes muerto que seguir con esta culpa que me atosiga. Que tengas buen día, niña.

Las ganas de matarme se refleja en sus ojos, sé que odia cuando la dejo con la palabra en la boca. Ya más de un mes siguiendo un tratamiento con ella, sé el sermón que dirá.

—Buenas noches, señores — me siento en una de las mesas del casino, encontrándome con uno de mis socios derrochando su dinero en juegos de azar —. Llegué en buen momento, ¿no?

—Claro, siéntate — tomo un puesto al lado de Ciro —. ¿Deseas jugar antes de hablar de mercancías o saltarte directamente a los negocios?

—Ahora no tengo tiempo para juegos, tengo cosas que hacer. ¿Cómo va la mercancía de mañana?

—Estoy en ese proceso. Mañana al medio día tendrás a esas italianas.

—Más vale que cumplas con tu parte del trato, Ciro. Espero que esas mujeres me sean se utilidad. No derrochare mi dinero.

—Cambiaras esa actitud de amargado cuando veas lo hermosas que son. Son prostitutas de alta calidad, pero sabrán trabajar para tí pasando mercancías de un lado a otro.

—Espero que sea así.

Estoy a solo dos horas de ver la mercancía que Ciro me traerá de Italia, pero no puedo pensar en más que en hablar nuevamente con Esme. Siento que esa niña es la única a la que puedo mostrarme tal y como soy, no hace mucho la conocí pero ella me conoce como la palma de su mano, suelo ser tan obvio cuando estoy con su compañía.

—¿Aló? ¿Esme? — mantengo el celular pegado a mi oreja mientras me dedico a manejar por la carretera.

—¿Ahora qué se te ofrece, Dusan?

—¿Podemos vernos? Necesito hablar contigo.

—Eh... ahora no puedo.

—¿Y eso como por qué? Dijiste que cuando necesitara de tí, te llamara y ya.

—Lo siento pero hoy no, estoy con la compañía de Jan, aparte de que me encuentro manejando los negocios de mi padre.

—¿Jan? — me limito a seguir preguntando, ni que me interesara con quién está —. Hablamos luego, adiós — corto la llamada, tirando mi celular al asiento trasero del auto.

Jan... ¿su novio? ¿amigo? ¿socio? ¿quién carajos es Jan?

Veo a más de 20 mujeres bajar del barco que llegó de Italia. Todas tienen vendas cubriendo sus ojos, vistiendo un diminuto vestido.

—¿Y? ¿No te parecen hermosas esas nenas, Dusan?

Dos de mis hombres se ocupan de quitarle la venda a cada una.

—Sabia que no me defraudarías, Ciro.

—Pues ayer no sonabas tan confiado cuando hablamos.

Levanto el mentón de cada mujer para revisar que estén limpias, sin ningún rasguño.

—¿Dónde las conseguiste? — con las manos en mi espalda les echo una mirada observadora a cada chica.

—En una subasta, las compré a un buen precio. Tienen entre 17 y 22 años. Dime, ¿qué te parecen?

Por último, me paro en frente de la última mujer que me quedaba por revisar. Las manos me suceden de nomento a otro en la que los pelos se me ponen de punta, y me cuesta respirar.

—¿Dusan?

El mirar a los ojos a la joven que tengo delante de mí, solo trae una imagen a mi cabeza; Violet.

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Comments

AMANECER

AMANECER

jajaja 🤭🤭💞

2024-04-03

2

Añiiz ❣️😻

Añiiz ❣️😻

Que Jan no es el ex de Irina (Dasha), la tía mamá de Esme ??

2023-09-28

0

Magdalena Parada

Magdalena Parada

wste no aprende también se dedica al tráfico de mujeres es completito un cabron!!

2023-08-21

0

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