Su Héroe.

Jazmín no supo que decir, su boca se torció un poco. - ¡Solo tengo quince años!

- ¿Qué? - Ismael estaba realmente sorprendido. - ¿Eres tan pequeña?

- ¡Si! - lo miró furiosa.

- No lo parece, no me malinterpretes, pero tu comportamiento es de una adulta. - dijo apresuradamente, para corregir lo primero que dijo.

- ¡No mientas! Es por este espeso maquillaje que llevo puesto. - se señaló su rostro.

- Bueno...

- Me maquilló así solo con ese propósito, verme mayor, no quiero que me quiten a mi hermanito.

- ¿Quién? - no sabía por qué tenía tanta curiosidad.

- ¡Haces demasiadas preguntas! Tengo que irme.

Con eso Jazmín tomó al pequeño Ángel y se lo llevó.

- ¡Espera! Te llevo.

- ¡No es necesario!

- Insisto.

A Jazmín no le quedó de otra, subió nuevamente al coche indicando el camino.

Ismael frunció la frente. - Esto es muy extraño.

- ¿Qué es extraño?

- ¿Vives por acá?

- Si ¿Hay algún problema?

- ¿Como es qué ambos visten tan bien, pero viven en esta zona?

- Tenemos algunos problemas, eso es todo.

Llegaron a una casa vieja y destartalada, la zona parecía peligrosa y todas la casas eran igual a esta, viejas y destartaladas.

- Gracias por traernos. - se bajó del auto.

Ismael sentía una necesidad de bajarse y acompañarla, así que siguió sus instintos.

Jazmín le dedicó una extraña mirada, pero no dijo nada, su atención fue atraída por unas voces y se detuvo justo en la entrada, esto sorprendió a Ismael y dejó confundido al pequeño.

- ¿A qué hora llega? ¡Se está tardando! - la voz se escuchaba impaciente.

- Ya te lo dije pronto, salió a buscar un empleo. - dijo una voz burlona.

Jazmín jadeo por la sorpresa, esas eran la voces de su nana y de su tío segundo.

Ismael notó la anormalidad de la chica y los jaló devuelta al auto y se fue enseguida.

Jazmín no podía salir de su estupor, no podía creerlo.

- ¿Qué pasó ahí?

Las palabras eran difíciles de articular. - Mi nana.

- ¿Qué pasa con ella?

- Ella nos recogió, pero...

- ¿Pero?

- Parece que tenía doble intención. - suspiró con frustración. - ¿Qué voy hacer?

- ¿Tienes a dónde ir?

Jazmín no pudo evitar llorar con frustración. - ¡No!

- Cálmate primero, después cuéntame tu situación.

Jazmín se limpió las lágrimas, suspiró nuevamente. - Hace casi un mes que mis padres murieron en un accidente automovilístico, después de eso, Ángel y yo retomamos nuestras vidas, pero hace una semana llegó el abogado con el testamento de mis padres, todo fue heredado para Ángel, a mí no me importó, pero a mis tíos y primos si, todos ellos querían deshacerse de mí, él único que les es de utilidad es Ángel, quieren hacerlo su títere, así que me escapé con la ayuda de mi nana, pero al parecer ella estaba trabajando para mi tío. - respiró con dificultad. - No lo entiendo.

- No te preocupes.

- ¡Eso quisiera, pero...!

- Ven conmigo, yo te ayudaré.

Jazmín lo miró confundida. - ¿Por qué hacerlo?

Ismael mismo no lo entendía. - Yo tampoco lo sé, pero hay algo que me dice que lo haga.

- ¡Pero yo no puedo ofrecerte nada a cambio!

- Tal vez lo hagas.

Jazmín por un momento se sintió acosada. - ¡Soy menor de edad!

- ¿Qué es lo que estás pensando? - se sonrojo. - Chica tonta, tengo una hermana, sería bueno que sean amigas.

- ¿Eso era? - se sonrojo de vergüenza, pero también se sintió aliviada. - ¡Muchas gracias! Si soy de utilidad no dudes en usarme, siempre y cuando Ángel esté a salvo.

- Esta bien.

El camino fue en silencioso, Jazmín estaba un poco incómoda, pero dentro de ella podría respirar con tranquilidad, la tranquilidad de tener un ser que la protegiera de esas malvadas personas, por lo menos ella veía a Ismael como un héroe.

Los Ortega se quedaron aturdidos, permanecieron en el mismo lugar por unos cuantos segundos, ver entrar al hijo mayor entrando con una mujer y un niño, eso era sorpresa para cualquiera.

- ¿Tengo un sobrino? - preguntó David.

- Tenemos, querrás decir. - dijo Yahir.

- ¡Explica esto! - Carlota parecía molesta.

Raúl no supo que decir.

En ese momento entró Denisse que llegaba del instituto. - ¡Ya llegue!

Denisse notó el ambiente tenso. - ¿Qué sucede?

Nadie habló, Denisse miró a Ismael, junto a él había una adolescente y un bebé, Denisse también se sorprendió, pero ella por otra razón.

- ¿Jazmín?

- ¿Me conoces? - se sorprendió.

- Si, quiero decir no, bueno. - como explicarlo. - ¿Escapaste del señor Cobra?

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