capítulo 8- permiso

Tal como habían acordado, ambas niñas se fueron hasta el jardín trasero, saliendo por un agujero en la barda oculto entre los arbustos, tras esa barda, inicia el bosque y el sitió es un buen lugar para comenzar a entrenar. Aunque solo podían usar dos baras de madera y no sabían ni como blandirla como si fuesen espadas, de ese modo, no podrán hacer nada, realmente necesitan un maestro.

- solo queda una oportunidad, convencer a mi padre.

- si la condesa no pudo, no creo que a usted le haga caso.

- en realidad tengo el presentimiento de que madre no le dijo nada a mi padre.

- e-eso podría ser cierto...pero si te deja entrenar, no significa que me deje a mi también.

- no te preocupes, buscaré la manera de que nos lo permita a las dos.

Selene esta segura, que aunque ella cambie, habrá otros desafíos para la pareja, así que Marion debe estar preparada para lo que se venga. Ambas regresan por donde habían salido, Milie las esperaba cerca y las ayuda acomodando el cabello de las dos, no pueden regresar a la casa así o la Condesa se enojaria, justamente cuando iba de entrada, el Conde estaba fuera disfrutando de su copa de vino, las dos chicas hacen una reverencia ante él.

- padre, que gusto saludarlo.

- buen día, Conde.

Marion agacha más la cabeza, siempre se ha sentido temerosa de él.

- no sabía que ambas se llevaran bien.

- Marion es mi hermana menor padre, debo enseñarle todo lo que se, ya que la profesora contratada por madre, fue ineficiente.

- ¿que se puede esperar de tu madre. Regresen, no tengo tiempo para cuidar de dos niñas.

- los suficientemente grande como para cuidarme sola padre, no necesita preocuparse por ello.

El Conde mira a Selene con enojo, pero la albina solo sonríe.

- hablando de eso, padre, quería preguntar ¿por qué no permitió que yo entrenará con la espada?

- ¿que? ¿Quieres practicar la espada? Yo no sabía nada de eso.

- pero madre dijo que usted no le dio el permiso. Yo realmente quiero aprender, pero necesito un maestro.

- una mujer que practica la espada, eso suena ridículo.

- pero padre ¿como puede saber que es ridículo, si no deja que lo intente?

- vaya valentía la tuya al hablarme así.

Por más que mira a Selene con una mirada de enojo, ella no desvía la vista, era la primera vez que su hija no agachaba la cabeza ante una negativa suya.

- déjeme intentarlo, le demostraré que puedo hacerlo, además es necesario saber defenderse, cuando entre el palacio tendré muchos enemigos.

El Conde levanta una ceja, lo que su hija dice tiene razón, habrán quienes estén inconformes con el matrimonio de Selene y el príncipe.

- bien, le pediré al palacio que envíe un buen maestro, tampoco voy a traer un mediocre.

- gracias padre. Espero que permita que Marion también me acompañe.

El Conde mira a Marion, la pequeña rubia levanta la vista, pero esta temerosa de lo que el Conde diga.

- espero cumplan con hacerlo bien, no quiero que traigan vergüenza a esta familia.

- seremos las mejores, padre. Se lo agradezco mucho.

Ambas corren hacía la casa, emocionadas porque el Conde accedió a su petición, al parecer él no es tan molesto como la Condesa.

----------nota-------

eh notado que Alex no les cae bien, pero hay que ver las cosas desde su perspectiva, Alex es un niño, que conoció a la verdadera Selene, una niña caprichosa y con malicia, casi, casi una mini Condesa. Alex no puede saber de inmediato que ella ya es una Selene diferente, además escucho a Selene hablando con su madre ¿como va saber él que Selene solo finge? no puede investigar algo así, nadie sabe que Selene es diferente y que protege a Marion. con el tiempo, él quizás se vaya dando cuenta de lo diferente que es ahora Selene, pero no puede darse cuenta a la primera y sumando eso, a que casi no se ven.

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