Episode 11.

...MANUEL...

Abro la puerta del apartamento de Dina de golpe viéndola desmayada en el suelo. Con ayuda de Arianna logro subirla al auto.

—Dina nunca me había dicho que sufría de asma.

—Pues ya lo sabes, será mejor que lleguemos rápido a la clínica.

Logramos llegar a la clínica en menos de diez minutos e inmediatamente se llevaron a Dina para darle atención.

—Ya una maldita hora y ni una noticia de Dina —me siento frustrado y termino golpeando la pared.

—Manuel — volteo a ver a Rodrigo, un viejo amigo de Dina que es el doctor que siempre la atiende en estos casos de asma.

—¿Cómo está Dina?

—Está estable aunque sufrió dos ataques de asma consecutivamente. Lo mejor será que se quede por unos días aquí en la clínica.

—Claro, muchas gracias.

—Quiero pasar a verla — dice Arianna impaciente.

—Dina se encuentra en este momento durmiendo por lo que no creo que sea posible.

—Es que, no le estoy preguntando doctorsito, pasaré a ver a mi amiga.

—Arianna, Arianna — sujeto su brazo y acaricio su mejilla —Dina está descansando en este momento, ya habrá tiempo mañana para verla.

—Que amiga la tuya Manuel — ríe Rodrigo — calma a tu loca.

—¿A quién le dices loca imbecil?

Rodrigo se aleja riendo y Arianna se queda con ganas de insultarlo.

—Fosforito cálmate, si?

...ARIANNA...

Ayer por culpa del detestable doctorsito no pude ver a Dina y ahora que lo estoy haciendo me encuentro con el detestable cerca de ella, muy cerca para me gusto.

—¿Se puede saber que está haciendo? — pega un brinco del susto.

—Por Dios señorita, casi se me para el corazón del susto.

—No se le vaya a parar otra cosa por estar viendo tanto a mi amiga. Pervertido, ¿cree que no lo vi? La estaba manoseando — ríe —se aprovecha porque está durmiendo.

—¿Qué?

—Lo voy a demandar, ya lo verá...

—Ari por favor deja de molestar a Rodrigo —lo defiende Dina al abrir sus ojos— el solo hace su trabajo.

—Así es, solo la estaba revisando— ruedo los ojos — Aquí tengo los exámenes que te hice ayer Dina, tan solo espero a que llegue Manuel.

—Él no está, salió hace una hora, tuvo una emergencia en la empresa y puede que ya mismo regrese.

— ¿Fueron tan graves los ataques de asma?

—Algo así, pero nada que perjudicara al bebé.

—No te entiendo.

—Por lo visto no lo sabías. Estás embarazada Dina, tienes 9 semanas de embarazo.

—¿Qué?

Sus mejillas no demoran en cargarse de lágrimas y las mías tampoco.

—¿Estoy...embarazada? ¿De verdad?— el detestable asiente.

—No me queda nada más que felicitarte Dina. Con permiso, yo las dejo. Que tenga buen día Srta. loca— sale.

—¿Loca? ¡¿A quién le dijiste loca imbecil?!

Miro a Dina.

—Quiero llorar...— susurra.

—Eh...ya lo estás haciendo —sonrío y tomo su mano— felicidades mi vida, tu sabes que tu felicidad es la mía.

—Lo sé, gracias por estar conmigo Ari.

...DINA...

Hace unos minutos salió Arianna para contestar una llamada y me quedé sola acariciando mi barriga. ¿Cómo reaccionara Manuel al decirle que seremos padres?

La puerta se abre y pensando que es Ari me sorprendo al ver quien menos pensaba.

—¿Qué tal Dina?— Helen.

—¿Qué haces aquí?— me muestro distante y seca.

—Me enteré de que tuviste otro ataque de asma, lo siento mucho.

—No lo creo, nunca te importe.

Seca sus lágrimas.

—Vine a pedirte perdón por todo el daño que te hice, vine antes de irme.

—¿Dónde te vas?

—A un lugar donde nadie volverá a verme. Dina, perdóname por favor, no podré irme sin antes hacer lo necesario, Arianna tiene razón, soy una miserable y una basura de mujer, te engañe y te hice mucho daño, tienes razón en odiarme.

—Yo no soy quién para juzgarte, y no te odio.

Se levanta del suelo y seca sus mejillas.

—Puedes irte tranquila Helen, no te odio ni te guardo rencor. Te perdono pero no vuelvas a aparecerte en mi vida.

—Te juro que será así— avanza hasta la puerta y de nuevo voltea— Dina, cuida a Arianna, te aseguro que necesitaras protegerla— baja la mirada — adiós.

Desaparece por la puerta y suelto un suspiro.

Siento haber eliminado una espina de mi corazón, la del rencor hacia alguien que no vale la pena.

…

Abro mis ojos al sentir a alguien observandome desde la puerta.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí?— le pregunto a Manuel.

— No mucho. Perdón por no haberte estado desde la mañana, ¿cómo te sientes?

—Mucho mejor ahora que te veo— sonrío pero su cara está seria— ¿pasa algo?

—Nada— se sienta a mi lado.

—No me gusta que me ocultes nada, ¿qué pasa?

—Sé que no está bien que te dé malas noticias y más cuando estás delicada de salud, pero siento que necesitas saberlo... —su pausa dura varios segundos—. Helen se suicidó — abro los ojos de par en par— ocurrió hace tres horas, la encontraron en su habitación, en el suelo entre un charco de sangre por un disparo en su cabeza. Dina no debí decirte esto.

—Tan solo me pregunto cómo se sentirá Darío al enterarse.

— Mejor cambiemos de tema — sonrío— Arianna me dijo que tenías algo importante que decirme.

—La verdad aún no encuentro las palabras necesarias para decírtelo.

—Ey, todo está bien muñeca, deja de temblar.

—¿Me amas?

—Demasiado.

Llevo su mano a mi vientre.

—Yo también te amo, Manuel. Y sé que ésta bendición nos traerá mucha felicidad...estoy embarazada mi amor.

Siento su mano temblar y sus expresión es de confusión y con una mezcla de felicidad.

—Estás diciendo que...—sonríe— ¿muy pronto tendremos a una muñequita?

—O a un muñequito— agacho la cabeza— Sé que toda la vida has dicho que no te interesa tener hijos pero sucedió así de la nada y...

Se abalanza a mí y siento sus lágrimas en mi hombro.

—Todo lo que venga de ti me interesa, y mis palabras a partir de ahora se las llevó el viento. Cuidaré de ti— besa mi barriga — de esta muñequita y prometo...estar siempre contigo, hasta el final.

—¿Hasta el final?

Enlaza nuestras manos.

—Hasta los últimos días de mi vida, muñeca.

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