Episode 8.

...MANUEL...

Sostengo su celular y termino de verlo.

— ¿Qué te parece?— su sonrisa no se borra.

—Te amo— le doy un beso en la frente— ¡juro que te amo, Ari!

—¡Pero yo no, aléjate de mí baboso!— ríe— te mandaré el video. Por cierto ex amorcito, no le digas a Dina de lo de mis sentimientos, no quiero arruinar una amistad de años por algo que nunca sucederá.

—Entiendo, no te preocupes. Arianna, de verdad muchas gracias por ayudarme con mi chica.

—¿Disculpa? "Nuestra chica" querrás decir— río y suelta su dulce carcajada.

Aún no salgo del shock, esta no me la esperaba...

…

—Entonces...¿quieres decir que todo era un plan de Madison y Arianna para unirnos?

—Exacto— respondo de inmediato.

—¿Y que Ari grabó este video en el que su hermano está follandose a Helen?

—Exacto— acaricio su mejilla— ¿ya vez muñeca? nuestro destino no es tan malo como pensábamos— paso mi pulgar por la comisura de sus labios— ¿ya te dije cuán hermosa eres?

—Me lo has dicho varias veces, pero el antónimo— río al recordar que tiene la razón.

La empujo con cautela y lentitud a mis labios y cuando estábamos apuntos de sellarnos en un beso...

—¡Hola!— Una celosa Arianna nos interrumpe.

—Te estaba esperando Ari.

Ella se levanta dejándome con las ganas de besarla. Miro a Arianna que tiene una sonrisa victoriosa y solo río en lo bajo.

—Al parecer tengo competencia— susurro.

—Coloqué un chip en el celular de Darío y esta mañana grabé una llamada de Helen. Es como lo pensaba, quieren quitarme las acciones que heredé de papá.

—Mi vida, te prometo que Darío pagará por hacerte daño.

—¿Qué traes ahí?— señalo el maletín que sostiene.

—A eso vine, puse unas cámaras en la habitación de Darío. Hoy como fin de semana ha de haber citado a Helen para otro día de sexo— pone la laptop en la mesa y entra a una de sus páginas— necesitamos un video claro y preciso para mostrarlo delante de todos el día de la boda, y dejar en la mierda a esos imbeciles.

Justo sale la grabación en la que Darío entra entre besos a su habitación con Helen.

—Amor— miro a Dina que me señala la puerta— largo, no puedes ver a la zorrita desnuda.

—Pero soy parte del equipo.

—¡Largo!

—Dios que genio, okey me voy, adiós.

—Buen día ex amorcito— se me burla Arianna.

...ARIANNA...

—No puedo creer que ese imbecil sea mi hermano— muestro una expresión de asco al ver como se revuelca con Helen— ahora entiendo porque mi padre me heredó la mayoría de su fortuna.

Ambos llegan a su clímax y caen en la cama.

—Suficiente por hoy.

—Como digas— archivo el video en un pendrive que le entrego a Dina.

—Nunca olvidaré esta ayuda, Ari.

— Para que estamos las amigas— la abrazo— para apoyarnos, consolarnos, y querernos.

—Te quiero, corazón.

No creo poder decir lo mismo, en cambio yo, la amo pero sé que no servirá de nada decírselo, ella es feliz con Manuel y aunque esté en una depresión, soy feliz si ella lo está. No creo que alguien pueda reemplazar su lugar en mi corazón. Ella es la única mujer que amaré por el resto de mis días, y si es posible daría mi vida por ella.

…

Estamos a tan solo dos semanas para la dichosa boda, por lo que el cínico sinvergüenza de Darío nos reunió en su mansión, incluyendo a la zorra de Helen que como toda una perra no deja de mirarlo y coquetearle "disimuladamente"

Ya son diez minutos que ese par de estúpidos llevan en la cocina dejándonos a Dina, a Manuel y a mi en la sala.

—¿Por qué demoran tanto?— echa Dina su cabeza para atrás.

—Han de estar en un rapidito— río ante lo que dice Manuel— ya hasta me están dando hambre.

Lo miro, sé me bien a lo que se refiere y arquea una ceja con una sonrisa y su mirada puesta en Dina.

...DARÍO...

—Darío eso es muy arriesgado.

—Es la única forma que tenemos para que cuando le quite todo a Dina, no me demande. Debemos acabar con ella.

—Yo no soy una asesina.

—Es que tu no harás nada, yo si.

Pongo un polvo en la copa de Dina.

—A partir de hoy empezaré a envenenar lentamente a Dina— sonrío de lado— que lastima.

...ARIANNA...

Los imbeciles salen por fin y dejan la bandeja con las copas de vino en la mesa.

—Bien, quisiera realizar un brindis con ustedes que son lo que más quiero. Sobre todo a ti mi vida.

Reparte las copas.

—Quisiera esta noche brindar porque en menos de dos semanas seremos esposos por fin, linda...

Me fijo en la copa que sostiene Dina. Aquí hay algo raro. Helen no para de mirar su copa y puedo ver nervios en su rostro. Ahora que observo mejor...la bebida de Dina tiene un color algo peculiar, y puedo ver algo de polvo al fondo. La sonrisa de Darío no me gusta para nada. Hago caer mi copa en mi vestido blanco.

—¡Ay Dios no puede ser mi vestido nuevo!

Dina deja la copa en la mesa e intenta ayudarme con el vestido.

—Ya no importa, tendré que cambiarme luego. ¿En qué íbamos?

—En el brindis.

—Ten —Dina me dá su copa, justo lo que quería que pasara.

—No mi amor, esa es tu copa.

—No podemos dejar a Arianna atrás. ¿Helen me sirves otra copa porfavor?

Helen y Darío se miran nerviosos.

—Claro.

Las palabras de Darío no salen con claridad y su mirada no se aparta de mí copa.

—Salud.

Nuestras copas chocan y al igual que todos, llevo con lentitud la copa a mi boca...