Episode 5.

...MANUEL...

—¿Quieres hablar? —le pregunto a la castaña que está sentada a mi lado; en el auto sin quitar la mirada de la mansión de Darío. Niega lentamente. No sé cuantas horas llevamos aquí pero ya me esta hartando.

—Yo pensé que el jamás me engañaria, que me amaba realmente.

Seca sus ojos.

—En esta vida he llorado por muchos imbeciles que ya me cansé— sé que me está incluyendo— Esos cabrones pagaran muy caro su traición.

—¿Qué piensas hacer?

—Deja de hacer estúpidas preguntas— se baja y se sube a su carro—. No le digas nada a Darío.

—¿Crees que se lo diré?

—¿Debería agradecerte?

Se aleja hasta que la pierdo de vista. Aunque aún no eh conseguido su perdón, tengo la oportunidad de conquistarla gracias al maldito de Darío. Quisiera consolarla pero sé que ni muerta permitirá que pise su casa; esos milagros no existen.

...DINA...

…

—Los ví...vi a ambos besándose.

Echo mi cabeza para atrás y guardo silencio para escuchar la respuesta de Madison pero se queda en un silencio total.

—Tu sabes en lo que yo trabajaba antes de conocer a Katherine— la miro prestando atención— nunca te di una explicación del porqué nunca me cayó bien Helen ni Darío pero ya es hora. Hace más de seis años los vi en el club donde trabajaba, besándose. Supongo que se han de estar acostando hasta antes de conocerte.

—¿Por qué nunca me dijiste nada?

—Quería enfrentarlos yo misma y los muy cínicos lo negaron en mi cara. Por favor Dina, no quiero que pienses que soy una mala amiga, no tenía ni idea de que ellos...

—¿Tú mala amiga? Por favor Madison no me hagas reír, eres la mejor que he conocido.

—¿Qué piensas hacer?

—Vengarme de Darío y de Helen sin que lo sepan.

—¿No habrá boda?

—Digamos que el día se realizará tal y como lo planeamos, pero lo haré un poco más divertido— me tomo el poco de vino que quedaba en mi copa— rechacé a Manuel por no querer lastimar a aquel hombre "bueno". No me excusare, pero con Manuel lo hice con tragos encima, en cambio él por satisfacerse desde hace seis años con esa zorra. La diferencia es que yo no lo planee y ellos si. No me sorprendere si descubro que la verdadera razón por la que insiste en boda es por quitarme las acciones que me heredó mi padre. Sea lo que sea,  tarde o temprano lo descubrire.

…

Pongo una relajante canción mientras disfruto del jacuzzi. Mis pensamientos van y vienen pero ya no estoy llorando por aquel cabron, Madison tiene razón, ellos no merecen mis lágrimas.

Esto apenas comienza, no perdono traiciones y Darío al igual que su zorra lo pagaran, tan solo necesito tiempo y dejar que se burlen de mí como acostumbra.

Me pongo una de mis lencerías favoritas, un babydoll liguero blanco.

Con una leve sonrisa preparo la mesa, coloco en ella una exclusiva botella de vino, una de las más finas que compré y dos copas. Agarro mi celular que se encuentra en mi cama y marco un número.

...MANUEL...

—¿Qué tal le parece mis ideas, jefe?— me pregunta mi asistente personal cuando termina de decirme no sé que mierda.

—Lo siento pero no te presté atención.

—¿Quiere que le prepare un café para el estrés?

—Si no es mucha molestia.

Prepara el café, pone la taza en mi mesa y cuando iba a darle un sorbo me interrumpe una llamada; Dina.

📲 — Vaya sorpresa tu llamada, muñeca.

📲 —¿Dónde estás?

📲 — En mi empresa— se queda en silencio— ¿pasa algo?

📲 —Desearía que pase. Te espero en 15 minutos en mi casa, por favor no tardes.

📲 —Dina...

Corta la llamada y salgo corriendo de la oficina.

¿Cómo se le ocurre citarme para llegar en 15 minutos a su casa? Siempre me demoro 30 minutos, ¿acaso quiere que me mate en el carro?

...DINA...

Me siento en el sillón cruzada de piernas y me reflejo en el espejo.

Si Darío pensaba que sufriría cuando me enterara de su traición, se equivoca. No es el único que puede disfrutar. Juego con fuego y qué, ya soy parte del infierno.

Ya 20 minutos desde que llamé a Manuel y nada que llega, me está colmando la paciencia. Hablando del Rey de Roma; Manuel toca el timbre y le abro la puerta con una sonrisa.

—Cinco minutos tarde. Recuerda que no está bien manejar a toda velocidad.

Me mira con una cara de "¿y a esta qué le pasa?"

Lo agarro de la corbata y cierro la puerta con seguro.

—¿Qué haces? Me estás dando miedo niña.

—Ya no hay caso de que te lo siga ocultando. Eres el único que me ha llenado en la cama. Al único que realmente deseo.

Lo empujo en mi cama luego de quitar su camisa.

Tocan el timbre y sonrío.

—Mi amor, ¿estás ahí?

Pregunta Darío desde el otro lado y le hago una seña a Manuel para que haga silencio.

Gateo en la cama hasta subirme en sus piernas. Me detengo teniendo en medio de mis nalgas su erección.

—Ahora has lo que mejor sabes hacer aparte de hacerme enojar— bajo los tirantes de mi traje dejándole ver mis erectos senos— tocame otra vez. Y hazme tener el mejor orgasmo de mi vida. Después de todo...— me acerco a su oído— tan solo será un "simple desliz"

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