Capítulo 20

Dylan

Una semana pasó desde el día que Megan me contó por la difícil situación que está atravesando. Su madre gracias a trabajar tanto tiempo en la farmacia podría seguir cobrando su sueldo aunque no pudiera trabajar hasta estar recuperada y obtener un descuento en sus medicinas.

Megan seguía demasiado mal, sus ojos estaban apagados, su rostro no lucía ni el mínimo maquillaje que en ocasiones usaba para resaltar sus hermosos ojos y se notaba que lloraba a diario.

Extrañaba a la pelirroja insoportable que hacia mí vida imposible con sus comentarios estúpidos y su sarcasmo pero ella estaba encerrada en algún lugar del cual aún no veía salida. Su tristeza era demasiada y todos los indicios de una profunda depresión manifestaba y me causaba terror.

Tomé la decisión de traerla conmigo a casa, al menos de ese modo podía cuidarla e intentar reconfortarla en este momento que no le desearía ni a la peor persona del mundo. Gracias a mí estilo de vida nerd leí tantos artículos de diversos temas y uno de ellos fue como afecta una enfermedad a los familiares del paciente. La incertidumbre de perder a un ser querido y verlo debilitarse día a día sin tener garantías de que saldrá adelante afecta a todos los más allegados. Hay gente que se recupera y otra que no lamentablemente y de solo pensar que la madre de Megan podría partir de éste mundo un escalofrío recorría todo mí cuerpo.

-Mamá traeré a Megan aquí, su madre se quedará varios días en el hospital y no quiero dejarla sola

-Está bien hijo, ¿Cómo está su madre?

-Mal pero sabe que por su bien debe hacer el tratamiento, me preocupa Megan, ella está realmente mal y tengo miedo de que toque fondo

-Traela aquí, harás bien pero cuídala, recuerda que no es momento de pensar en nada más

-No pienso en nada más de que ella esté bien ahora y los abuelos aceptaron todo, hoy se lo contaré y quizás eso la haga sentir mejor

-Serás un buen hombre, tienes sentimientos puros y un gran corazón que haria feliz a cualquier mujer, solo espero que llegue la indicada y que seas inmensamente feliz

-Gracias mamá- la abracé y fui a buscar a Megan

Salí de casa caminando, previamente le mandé un mensaje por Whatsapp para saber si se encontraba en casa y al recibir su respuesta afirmativa salí inmediatamente. Ella es muy cerrada con sus emociones y todo esto es muy duro para sumarle a sentirse sola y no tener con quien hablar

-Pasa- dijo cuando abrió la puerta

-Permiso

-No tengo mucho que ofrecerte, ¿Agua, limonada o te?

-Estoy bien así, gracias

-¿A qué venías?

-Busca algunos cambios de ropa, irás a casa conmigo

-¿a qué?

-No te dejaré sola. Estarás mejor conmigo, en casa tendrás todo lo que necesites, además debo de hablarte de algo importante

-¿Qué pensaran tus padres? No quiero molestar

-Ya saben todo y están de acuerdo de que te quedes con nosotros

-¿No te molesta compartir el cuarto?

-Deja de hacerme preguntas y ve a buscar tu ropa, vamos a casa. Si no vas me quedo contigo aquí

Ella fue a buscar un pequeño bolso con algunas cosas, lo tomé y salimos caminando. Quisiera abrazarla, besarla, hacer lo que fuera para que volviera a sonreír y vivir sin preocupaciones pero me siento impotente de no tener el poder de Dios en mis manos para darle salud a su madre y así quitarle todas las penas.

Llegamos a casa y mamá la recibió con un cálido abrazo y nos dejó solos para que vayamos a mí cuarto dónde la tomé de la mano y la hice sentar en la cama

-Quiero decirte algo

-Dime

-No se si lo sabías pero mis padres y mis abuelos son de California. Yo nací aquí porque eligieron mudarse a éste lugar por la tranquilidad. Mis abuelos aún viven allí, de hecho tienen una empresa en la que trabajaré medio tiempo en lo que la universidad me lo permita.

-Eso está bien pero no sé para qué me lo dices ahora

-Mis padres vivieron en un apartamento pequeño que tienen mis abuelos que está dentro de su terreno. Yo me iría allí y viviría solo pero ahora planeo que te vayas conmigo.

-¿Contigo?

-Conviviriamos en el apartamento, trabajaría por si necesitaríamos dinero y podrías asistir a la universidad. No necesitarás nada, solo viajar conmigo

-¿De verdad es lo que dices?

-Seguro

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