Capítulo 16

Dylan

Mi hermana comenzó a molestar porque se enteró que Megan pasó la noche conmigo. Cantaba "Dylan tiene novia" una y otra vez. Insoportable!! Para colmo Ian también comenzó a molestarme. Tomé mi mochila y mi cámara y salí de casa.

Iría al lugar donde me relajo a pensar y matar el tiempo. Tenía ganas de hacer un dibujo y ponerlo en mi habitación o tal vez regalarselo a mi madre.

Llegué y me senté, busqué el mejor ángulo y comencé a dibujar. Puse un poco de música y me concentré en la hoja que se apoyaba en mi regazo y en el lápiz que sostenía. Todo lo demás se desvaneció.

Una brisa movió mis cortos rizos y trajo consigo una fragancia a vainilla que conocía bien pero ignore aquello, ella no tendría nada que hacer aquí hoy. Seguí en mi tarea pero esa fragancia tan dulce y deliciosa llego a mis fosas nasales y miré hacia los lados pero no había nadie. Creí que estaba alucinando por pensar en ella pero no era así.

-Quien diría, tienes talento niño

-Mierda, no puedes aparecer así de repente, ¿Pretendes matarme de un susto?

-Tampoco exageres- dijo prendiendo un cigarrillo y sentandose a mi lado

-¿Tienes planes?- Me atreví a preguntar aunque no lo hice bien

-¿Me estás invitando a salir? ¿o será que finalmente quieres el helado?- sonrió burlona

-Planes al acabar de estudiar- rodé los ojos

-Me gustaría tener planes pero en realidad solo son sueños que nunca se cumplirán- se encogió de hombros y siguió fumando

-¿Quieres contarme?

-¿Eres un psicólogo ahora? Ellos hablan así

-Solo intentaba ser amable, contigo no se puede ni hablar- comencé a guardar las cosas en mi mochila

-Quedate, no hace falta que te vayas

Tomé una fotografía exacta del ángulo que planeaba dibujar y me fui dejándola sola

Ella me gritó a la distancia pero estaba enojado, no miraría atrás. La quería desde siempre y había intentado ayudarla sin pensar aunque me odiara pero ni eso fue suficiente para acercarnos. Podíamos estar bien si ninguno de los dos abría la boca.

Unas semanas pasaron y mis diecisiete años llegaron. Una fiesta como cada año con globos y familiares. Lo pase bien, era mi familia después de todo y viajaban para poder saludarme. Los padres de mi madre me regalaron todo lo necesario para seguir dibujando pero de un modo más profesional y cómodo mientras que mis abuelos paternos me trajeron la cámara con la que soñaba.

Emily vino a saludarme con su novio y algunas amigas de mi hermana me dijeron feliz cumpleaños con coquetería.

Las horas pasaron y solo espere un saludo que era más que obvio no llegaría, el de aquella pelirroja insoportable.

-No vino tu amiga Megan

-No tendría por qué hacerlo mamá- suspiré

-Pero la estabas esperando, te vi mirando continuamente por la ventana

-Ella jamás vendría

-Pero durmió contigo, se que te gusta y confío en que nada sucede entre los dos pero...

-Pero nada mamá, ella no es más que una compañera de curso a quien ayudé, eso es todo. No hay amistad ni noviazgo, nada. Iré a dormir. Con permiso buenas noches

-Descansa hijo

Pasaron las doce de la noche y un nuevo día llegó. Ese día amanecí peor que nunca y me fui sin desayunar. No estaba molesto con nadie más que conmigo mismo. Tantos años donde fui invisible para Megan y cuando finalmente estudiamos juntos me odia. No quise hablar con nadie, Emily comprendió que no me sentía bien y simplemente no insistió.

Compré un sándwich en la cafetería y me quedé solo en el salón para comerlo. Luego del timbre todos entraron y yo no preste atención a nada más que las clases y tampoco lo hice demasiado.

Al salir del instituto no mire a nadie pero alguien me siguió y camino a mi lado

-¿Todo bien niño?

-Ahora no Megan

-¿Que sucede niño?

-Nada, otro día sigues si quieres, hoy no estoy con ganas de escucharte ni seguirte el juego- seguí caminando y llegué a casa. Me tiré en mi cama y comencé a pensar que haría con mi vida. Mis clases estaban llegando al final y debía pensar que haría con mi futuro, si me quedaría o si me iría a estudiar a California dónde están mis abuelos. Tomé la decisión de marcharme, no había nada que pudiera hacer aquí, estaba bien. Si seguía en este lugar la vería con frecuencia pero jamás tendría una vida normal por seguirla amando

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