O paga el o lo pagarás tu

Narra Karey

Al día siguiente, como todos los días, me levante a las 5 de la mañana. Prepare los desayunos, se los di a mi mamá y a mi hermano. Lo lavé y me llevé a mi hermano al colegio. Me fui a las clases, cuando me encontré a Andrés en la puerta esperando.

* ¿Qué haces aquí? - pregunté sin mirarle a la cara.

* Estaba aquí para verte - intento coger mi mano\, pero la aparté de él - ¿Qué te pasa?

* No voy a discutir delante de mi escuela.

Intente pasar hacia dentro, pero me agarró del ante brazo y me giro hacia él, haciendo que cayera en sus brazos y en su pecho. Andrés me abrazo y yo no podía parar de pensar en ese chico de ojos verdes, aun entre sus brazos, me era imposible sacarlo de mi cabeza. Me quedé entre los brazos de Andrés unos minutos, hasta que me separe.

* Tengo que entrar Andrés o llegaré tarde

Me cogió de la nuca y beso mis labios. Yo le correspondí durante unos breves segundos y me aparté. No sé por qué, pero no quería besarle.

Entre dentro de la escuela y mis clases fueron tranquilas como siempre. Esta tarde iría mi amiga Nely a por mi hermano y no se iría hasta que mi mamá y Nely estuvieran dormidos. Le debo mucho a Nely, ella siempre ayuda en todo lo que puede. Cuando salí de la escuela, fui corriendo a mi casa para la comida y después acudí al trabajo. A mitad tarde, estaba de espaldas, limpiando las botellas de la estantería cuando una voz me sacó de mis pensamientos.

* Hola bebe - su voz sonaba dulce\, tierna... Parecía mentira que viniera de un hombre tan grande como lo era Andrey.

Me di la vuelta sonriendo por la emoción, sabía que era él.

* Hola Andrey - bajé la mirada algo avergonzada... Y la volví a subir a sus ojos verdes que no paraban de mirarme - gracias por lo de anoche\, una vez más. No estaba segura de poder llegar a mi casa con él en brazos.

* No me des las gracias\, haría cualquier cosa por ti.

* Mmm... No me conoces - intenté parecer casual.

* No me importa\, quiero conocerte - me dijo sonriendo - ¿Dónde está tu hermano?

* Hoy lo está cuidando una amiga mía\, en mi casa.

* ¿Qué sucedió ayer entonces?

* Ayer... Tenía que habérselo quedado mi novio\, pero a mitad tarde decidió que tenía otras cosas que hacer más importantes - agaché la cabeza\, menudo novio tenía\, me daba vergüenza\, incluso contarlo.

* Qué idiota\, te mereces algo mejor que eso - agarró mi mano que tenía apoyada en la barra - te mereces algo mucho mejor - sonrió.

* Bueno\, no lo sé... Estoy acostumbrada\, no tiene importancia. - suspiré - ¿Qué quieres que te ponga?

* Todo lo que necesito lo tengo aquí - subió mi mano y la beso. Suave\, dulce\, tierno...

Me volvía loca con este hombre, mis sentimientos y mi corazón se volvían locos cada vez que este chico estaba cerca de mí o me daba la más pequeña caricia. No podía controlarlos. Seguro estaba colorada como un tomate, él me hacía ponerme a sí.

* ¿Sabes? Eres muy bueno hablando - sonreí - demasiado creo.

Él me sonrió - solo digo la verdad, soy sincero - y yo me iba a derretir en ese mismo momento.

Escuche la voz de mi jefe detrás de mí.

* ¡¡Karey!! - me grito - te necesito aquí ya\, deja de intentar ligarte a nadie aquí\, ¡¡solamente eres una camarera!! - me volvió a gritar.

Agaché la cabeza avergonzada por lo que me estaba diciendo, yo no estaba haciendo nada de eso. Aparte la mano de la de Andrey, supongo que estaba enfadado, bastante rabioso, diría que incluso gruño de la furia que tenía. Su mandíbula estaba tensa al igual que su cuerpo.

* Sí\, Señor\, ya mismo voy - lo miré a los ojos - lo siento\, debo de seguir trabajando.

Me di media vuelta y caminé hacia dentro de la cocina. Mi jefe me siguió gritando, se debía de escuchar desde dentro. Básicamente, era una puta pobre que ligaba con los clientes ricos del restaurante. No le di importancia, sabíamos todas como era él. Seguí haciendo mi trabajo, hasta que cayó la noche, cuando terminamos eran las 2 de la madrugada pasadas. Me cambié de ropa y salí para caminar hacia mi casa.

A mitad camino, note unas manos grandes agarrarme por detrás a la vez que mi boca era tapada. El terror me empezó a invadir entera. Note algo frío y afilado en mi garganta, y empecé a temblar de miedo.

* ¿Qué... ¿Queréis? - mi voz apenas salía de mi garganta.

* Dile a tu novio que pague o lo pagarás tú - me dijo el chico que sostenía el cuchillo en mi garganta.

De repente, un hombre vestido de negro, apareció delante de nosotros.

* Soltarla ahora mismo - su voz era fría\, cortante\, sería\, no vaciló ni un segundo.

Los otros se rieron de él.

* ¿Qué vas a hacer si no lo hacemos? - preguntaron mientras se reían.

Apretó un poco más el cuchillo en mi garganta, unas gotas de sangre salieron de mi cuello a la vez que gemí por el dolor que me estaba causando.

En unos segundos ese hombre de negro, agarró la mano donde el chico sostenía el cuchillo y creo que le rompió el brazo tirando de él hacia atrás, el grito de dolor del chico se debió de escuchar en toda la ciudad. Lo golpeó en la cara y le dio una patada en la rodilla, la vi girarse hacia atrás y salirse el hueso de su sitio. Se giró hacia los otros dos y les dio golpes hasta dejarlos en el suelo. A esta altura yo estaba apoyada en la pared, sentada en el suelo, con las lágrimas cayendo por mis mejillas y temblando de miedo.

* Señorita Karey\, yo la acompañaré a su casa.

No podía moverme ni decir nada, estaba en estado de shock mirando a esos chicos en el suelo.

El hombre de negro se acercó y me levantó, cogió mi mano.

-Acompáñeme por favor, debo curarle esas heridas, la llevaré a casa, después de eso sana y salva.

Yo solo lo seguí caminando hacia donde él iba. Cuando llegamos al coche sacó un pequeño botiquín y curo la herida que me había causado el cuchillo. Después me abrió la puerta de atrás y me empujó suavemente para que me metiera dentro. Condujo hasta mi casa, no sé ni como sabía donde vivía, pero ahora no era mi mayor problema. ¿Qué acababa de pasar? Era en lo único que podía pensar. Cuando llegue a mi casa, el hombre abrió la puerta y me ayudo a bajar.

* Muchas... Muchas gracias de verdad - mi voz salía apenas como un hilo\, pero lo suficiente para que me escuchara.

* No se preocupe\, cuídese.

Espero a que entrará en casa y se montó en su coche para irse.

Narra Andrey

Estuve toda la mañana trabajando y pensando en Karey. Iría esta tarde a verla. Tenía la necesidad de poder verla y acariciarla, de que supiera que podía contar conmigo en cualquier momento. Carlos me había llamado hace un rato, para decirme que el novio de Karey había estado en la escuela, sé que ese chico ocultaba algo, pero aún no sabía el que.

Seguí con mis reuniones y papeles. Comí dentro de la oficina. De repente llegó Marta.

Marta es una mujer lobo de mi manada, está obsesionada conmigo desde pequeña, hemos estado juntos algunas veces, pero solo como sexo, nada serio. Nunca tuve nada serio con ninguna mujer, no quería hacerlo hasta encontrar a mi pareja ideal, ahora sabía que era Karey.

* ¡¡Hola cariño!! - la miré\, ella era bonita\, no voy a decir que no\, pero no tenía comparación con mi Karey.

* No me llames a si Marta\, te lo tengo dicho. - siempre se lo decía\, pero nunca me hacía caso\, siempre me llamaba a sí desde pequeños\, como si eso significas algo saliendo de sus labios.

* ¿Estás de mal humor? - Se acercó a mí\, puso sus manos en mis hombros.

Su toque ya no me hacía sentir lo de antes, ahora únicamente quería sentir la suave piel de Karey, ninguna otra podría igualarla. Me aparté de su toque y se quedó algo sorprendida, en realidad era la primera vez que la rechazaba.

* Tengo trabajo Marta ¿Para qué has venido?

* Para verte cariño\, ¿para qué voy a venir si no? Llevas mucho tiempo en la ciudad.

* Tengo muchas cosas que hacer aquí Marta\, no puedo ir aún a la manada.

* Te echo de menos - intento volver acercarse a mí\, pero no sé lo permití.

Le di la llave de mi casa en la ciudad.

* Espérame allí\, llegaré lo antes posible. Está el servicio\, podrás comer y lo que necesites.

Ella puso mala cara, pero cogió las llaves y se marchó. Por la tarde acudí al restaurante de Karey, la vi desde fuera trabajando. Entre dentro y me senté en la barra.

Estuve unos minutos hablando con ella, hasta que su jefe le grito diciéndole cosas inapropiadas. Me puse tenso de escuchar que la tratasen a sí, tuve que apretar mi mandíbula para no cogerla ahora mismo y llevármela de allí. Ella se disculpó avergonzada y se metió hacia dentro. Una vez dentro escuché los gritos y los insultos. Quise entrar y partirle la cara a ese idiota. Una chica se acercó.

* Esto es lo normal\, no te preocupes. Estará bien.

Me daba igual lo que me dijera esta chica, no me quedaba tranquilo. Cuando la cosa se calmó me fui del restaurante, no sé cuanto tiempo más, podría estar allí sentado sin hacer nada.

Marta estaba en casa, pero en cuanto llegue me metí en mi cuarto y cerré con llave. Me duché y me eché en la cama a esperar que Carlos me avisase que había llegado Karey a casa. Pero no llegó, lo que recibí fue una llamada. Casi a las 3 de la mañana Carlos me llamó.

-¿Qué sucede? ¿Por qué llamas Carlos?

* Han intentado herir a Karey. Les he dado su merecido\, pero Karey tiene una herida en el cuello y aún no se dé que va el asunto. Voy a investigar.

* ¿Cómo que la han atacado? - grite\, maldije para mí mismo.

* Ahora está en casa sana y salva.

* Está bien Carlos\, mantenme informado.

Colgué la llamada y solo podía maldecirme una y otra vez, era culpa mía. Tendría que haber ido a recogerla, no lo hice porque Marta se encontraba en casa, ahora me arrepiento. Si hubiera ido, nadie hubiera tenido la oportunidad de herirla. Ahora mismo lo que menos podía hacer era dormir.

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