Golpes

Unas manos deslizándose desde mis pies hacia mis muslos me hicieron recordar el lugar donde me encontraba, abrí inmediatamente mis ojos y ahí estaba sentado en el filo de la tina.

Alejandro está completamente desnudo, de acuerdo, estoy asustada, dije que no estaba del todo temerosa, pero, si me asusta.

- ¿Qué haces?-

Le dije a medio temblar mi voz y apartando mis piernas de sus manos.

 -Ya no puedo esperar ni un minuto más para que seas mía-

Me dijo con una mirada lasciva, tomo una de mis piernas y la comenzó a recorrer con la yema de sus dedos.

 -No quiero dejame en paz -

Con mi otra pierna, patee su cuerpo lejos de mi.

El cayo al piso y yo solo salí corriendo de la tina, salí de este cerrando la puerta, pero el inmediatamente comenzó a empujarla, yo no tengo demasiada fuerza, mire a Darío y él tenía la cabeza caída, me temo lo peor.

De un fuerte empujón hacia la puerta del otro lado yo salí disparada, cayendo al suelo directo a los pies de Darío.

 -Mira nada más como cae rendida a tus pies hermanito, no me digas que ya no estas consciente-

Lo tomo del cabello y alzo su cabeza, para que me mirara.

La mirada de Dario estaba perdida, su rostro esta ruborizado, y las heridas que tenia en el rostro estaban mas inflamadas que antes, la sangre aun brotaba de su boca, mis ojos se llenaron de lagrimas ya no por mí, ni lo que me pudiera pasar, veía el rostro del hombre delante de mi y estaba irreconocible, ese hombre que me visitaba todos los días por una semana entera ya no había ni una pizca de ese rostro bello, con unas cejas gruesas, largas pestañas, ojos color marrón, una mirada que me provocaba ternura, unos labios ni gruesos ni delgados, una sonrisa hermosa, dentadura blanca, pero ahora solo esta lleno de golpes y moretones, con el labio y uno de sus ojos reventados.

 -Mírala, mira la belleza que tienes justo enfrente de ti, con esos bellos y redondos senos-

Le dijo el maldito sacudiendo su cabeza de arriba abajo.

Me levante y le tire un puñete al desgraciado, eso lo tomo desprevenido y con un rostro de sorpresa me miro, yo lo empuje y golpee.

 -Ya no lo toques maldito enfermo, estas desquiciado-

Le grite con demasiada furia, tiene mierda en vez de cerebro en su cabeza.

Me puse a un lado de Darío, para que este ya no le hiciera daño, lleve una de mis manos a su frente y esta ardiendo en temperatura si no hago algo se me puede morir y el no tiene culpa de que yo sea tan idiota.

 -Con que esas tenemos maldita-

Me miraba con demasiada rabia, mientras limpiaba su poca sangre que le saque de su boca.

- Yo no soy la maldita ese eres tú, desgraciado-

Siento miedo, enojo, coraje y preocupación por Darío, de una manera me siento realmente culpable de su estado actual.

Estaba a punto de maldecir más, cuando un quejido de el me interrumpió me puse en cuclillas mirando ese rostro, el me dedico una leve sonrisa, intento decirme algo, pero no salía palabra alguna de su boca solo quejidos, debo hacer algo para que reciba atención médica

(¿Y si me entrego a Alejandro?)

 -No-

Fue la única palabra que logro salir de los labios de él, supo lo que pensaba, pero, no puedo solo mirar sin hacer nada.

 -Tranquilo, todo saldrá bien-

Le sonreí de vuelta. Iba a levantarme, pero no hizo falta, Alejandro me tomo del cabello bruscamente arrojándome a la cama.

 -Mira como hago mía a la mujer que amas hermano-

(¿Cómo, amar, yo?)

Lo mire confundida, el solo me miro con malicia y sonriendo.

 -¿Acaso no lo sabías?, por eso me acerque a ti, por eso te conquiste estúpida, para fregarle la vida más a él, tú eres el premio mejor robado que pude tener, serás una buena apuñalada en su corazón-

Se subió a la cama tiro de mis piernas y me coloco atravesada en ella.

Tomo mi rostro con una mano e hizo que mirara a Darío, él con dificultad alzo su cabeza y me miro con lágrimas en su rostro.

-Mira hermano mayor como la hare mía-

Me lamio la mejilla, empezó por morder mi cuello, intente darle un rodillazo, podía sentir su miembro en una de mis piernas, pero el detuvo mi pierna antes de que el golpe le diera, me miro y negó con la cabeza, acto seguido mordió fuertemente mi cuello, pude sentir un líquido caliente saliendo de esa mordida, en cuanto me soltó, me miro sonriendo triunfante no me quedo de otra y le di con mi cabeza en la suya, esto lo hizo soltarme, como pude me zafe de su débil agarré, aunque yo también estaba algo desorientada por el dolor, intente salir de ahí pero la puerta tenia seguro, no esperaba que él se repusiera rápido.

Aquí vamos de nuevo, me tomo del cabello, pero esta vez azoto mi frente con la puerta de la habitación, mas líquido broto de mi cabeza, de un tono carmesí se pintó el color blanco de la puerta, me dio un par de golpes en mi espalda baja, duele, duele demasiado.

 -Maldita bruja, te hare desear estar muerta-

Me decía eso una y otra vez, mientras me golpeaba, prácticamente me agarro de saco de boxeo, me tiro al piso, de mi boca salió sangre, demasiada diría yo, ya ni sabia que es lo que más me dolía.

Me levanto del piso poniendo mi cuerpo contra la cama, tomo mi cintura y levanto mis caderas, pude sentir como frotaba su miembro con mi feminidad, ya no tengo fuerzas, no puedo detenerlo, mire de reojo a Darío, me miro con pena y tristeza luego de esto solo sonrió y dejo caer su cabeza.

-¡NO!-

Grité en desesperación, moví mi cuerpo como pude, pero no fue mucho lo que pude hacer.

Estaba a punto de meterlo cuando disparos se escucharon fuera de la habitación, uno de los gorilas entro apresuradamente.

-Señor debemos irnos acaban de entrar personas en la propiedad, no tenemos mucho tiempo-

-Maldita sea-

Me aventó en el piso, yo me deslice como pude lejos de él.

Él se puso rápido un pantalón y zapatos estaban a punto de salir cuando una bala le atravesó la cabeza al gorila que estaba vigilando la puerta, la bala llego desde la ventana de enfrente a la puerta de la habitación, Alejandro se tiro al suelo muy asustado, yo solo cogí una sábana de la cama y me cubrí con ella, me arrastre por el piso en dirección a Darío, me duele todo.

Llegue con él, pero el ya no esta consciente, mi mente se apaga y mi vista es borrosa, si esto es un rescate, se tardaron demasiado sea quien sea, miro en dirección de la puerta y una silueta familiar entra por ella a lo lejos escucho mencionar mi nombre, pero ya no puedo mas y termino por desmayarme.

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