18: ¡Brooke baja eso ahora!

—Felicidades, tendrán una hermosa niña.

En mis ojos se reflejan las lágrimas de Alexander y en los suyos las mías cuando escuchamos la noticia de la doctora.

—¿Ves mi amor? muy pronto tendremos una hermosa gatita en la casa—besa mi frente.

—Sigue cuidándote de ese mismo Grace, con tu dieta y procura no hacer actividades arriesgadas. Recuerdas que estás a tan solo tres meses para el nacimiento de esta criatura y necesita nacer sano y fuerte.

—Así lo haré doctora, muchas gracias.

Asiente y saliendo de la habitación Alexander da un beso en mi barriga.

—Así que muy pronto tendré a una hermosa gatita entre mis brazos— sonrío y acaricio su cabello— ¿y cómo piensas llamarla?

—Aún no he pensado en eso— suspiro —. Anoche escuché como le decías a Manuel que de nuevo harías un viaje de negocio hoy. Últimamente has hecho varios viajes y me has dejado sola, Alex.

—Me encantaría quedarme contigo y con la bebé pero te prometo que cuando nazca pasaré más tiempo con ustedes. Recuerda que manejar una empresa no es tan fácil, Grace—me cruzo de brazos sin mirarlo a la cara— unna sonrisita.

—No.

—Cuando nazca nuestra hija, nos casaremos y pasaremos nuestra luna de miel en Roma o Venecia, si? Una sonrisa— sonrío y pongo mi rostro contra su pecho sin abrazarlo.

—¿Crees que después de tanta mierda con la putibruja, podremos ser felices?

—Claro que sí, ya lo verás.

Veo desde mi cama a Alexander empacar sus cosas para irse en unas horas a Francia. Es de noche y temo que le pueda pasar algo, pero igual nunca me escucha. Lo despido con un apasionado beso y sale de la mansión.

Me meto al jacuzzi y pongo un poco de música en Inglés.

Me encuentro sola en casa, todos los sirvientes se van antes de las diez de lo noche y tan solo quedan los que cuidan de la casa en la entrada. Acaricio mi barriga con una sonrisa.

De solo pensar que faltan tres meses para dar a luz, mi corazón se estruja de felicidad, siento que por fin soy feliz, me siento completa con esta gran bendición.

Escucho unos pasos fuera del baño. Coloco la toalla en mi cuerpo y salgo sin hacer mucho ruido.

—Amor, ¿regresaste?

Miro por todos lados y cierro la puerta de mi habitación. No recuerdo haberla dejado abierta.

Giro y al hacerlo veo a Brooke que está en una esquina de la habitación.

—Tu...¿qué haces aquí maldita perra? ¡Lárgate de mi casa ahora! ¿quien te permitió entrar?

—Entré por mi propia cuenta sin que nadie me vea. Tienes una vigilancia pésima.

Me agarró del cuello y me empujó contra la pared.

—Me desgraciaste la vida, Grace. Por tu culpa soy la burla de todos. Mi padre me dió la espalda por la vergüenza. Arruinaste mi carrera y lo peor, me quitaste a Alexander.

— Alexander nunca fué tuyo— siento que me quedo sin aire por la presión que hace—. Lárgate Brooke.

—Pagarás por meterte en mi vida, hija de puta.

Su mano se mete en su bolso y aprovecho para agarrar unas tijeras que están a mi lado y se las entierra en el hombro.

—¡Perra!

Tosiendo salgo de la habitación sosteniendome de las paredes. La doctora me dijo que no podía hacer mucho esfuerzo en el sexto mes de mi embarazo pero no puedo permitir que esa putibruja lastime a mi bebé.

Sus dedos se entrelazan en mi cabello y me hace caer al suelo para arrastrarme hacia la habitación.

—¡Sueltame!

Maldita sea, ¿acaso nadie escucha mis gritos?

—¡Basta Brooke!

Me tira hacia la cama y me dá una fuerta cachetada. En sus ojos puedo ver la rabia. La verdad no tengo la suficiente fuerza para golpearla, aparte que mi barriga pesa y teniéndola encima de mí me hace dolor.

—Tu y tu bastardo se iran al infierno por arruinar mi vida, maldita zorra.

—Estas mal, necesitas de un psicólogo. ¡Necesitas ayuda!

— Yo lo único que necesito es verte sufrir.

Saca una pequeña botella de su cartera y saca su tapa.

—Veremos si Alexander te seguirá amando aún cuando tu linda cara se deforme.

¿Eso es ácido?

La puerta de la habitación se abre y veo que es Alexander que al ver a Brooke se sorprende.

La maldita me agarra del cabello y me levanta poniendo la botella cerca de mi rostro.

—¿Qué tal mi amor?

—¿Qué haces aquí Brooke?

—Tengo algunos asuntos pendientes con Grace.

— ¡Alexander ayúdame, está perra me quiere tirar ácido!

—¡Brooke baja eso ahora!

—Yo me pregunto, ¿la seguirás amando aún con su cara desfigurada?

—Estas enferma.

—Por ti y solo por ti, mi amor. ¿Sabes de lo que soy capaz de hacer por amor? De lastimar a las maldita que tanto amas.

Doy un golpe con mi codo en su barriga y el ácido que me iba a tirar en el rostro cae en el suyo. Sus gritos de dolor no tardan en escucharse. Corro hacia Alexander y el llama a la policía.

—¡Te voy a matar Grace! ¡Acabaré contigo maldita perra!

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