8: Ni ella ni otra mujer me importa, solo tú.

...GRACE...

—No...no—niego.

Sonríe y ahora es ella la que niega.

—¡Madison!

—Te lo dejo como tarea, pero tu respuesta dásela a él. O ambos podrían salir lastimados— deja un beso en mi mejilla—. Hasta pronto —sale de la mansión y quedo de nuevo sola, pero ahora con la pregunta de Madison y la duda de mi propia respuesta.

Ahora que lo pienso...¿siento algo por Alexander? ¿Por qué carajos cuando estoy con él tengo la facilidad de sonreír, de sentir la paz y tranquilidad que nunca había sentido con alguien?

—Mierda. ¡Mierda!

Trato y trato, pero ya son días, semanas, 2 semanas en la que eh estado repasando dicha pregunta de Madison; esa mujer tiene la facilidad de enredarme.

Últimamente eh estado evitando a Alexander, porque verlo a la cara me pone peor.

Sonrío con los labios cerrados cuando lo veo de lejos saliendo de la sala de juntas...pero con la lánguida insípida de Brooke. Esa mujer es tan detestable.

...ALEXANDER...

—¿Qué pasó Alex? Casi ni le prestaste atención a la reunión—me fijo en Brooke que está hablándome.

—Estoy estresado...es todo.

No volver a sentir, escuchar y besar a Grace creo que me va a volver loco. No sé por qué carajos pasa evitándome, lo único que deseo que los meses pasen muy lentos para no dejarla ir.

—¿Qué pasa?

Le pregunto cuando mira seguidamente de reojo detrás de mí con una sonrisa. Me mira a los ojos y pasa su mano por mi pecho.

—Cuando quieras puedo desestrezarte. Recuerda que siempre tendré tiempo para ti.

—Te lo agradezco pero no creo que nada ni nadie me quite esto.

—Hay que intentarlo, no?

Sin dejarme tiempo de hablar se acerca a mis labios para probarlos, dejándome confundido.

...GRACE...

Iba a caminar hasta Alexander y proteger lo que es mío como me lo enseñó mamá, pero mis piernas se detienen cuando los veo besándose. Vi como la putibruja se lanzó a besarlo, pero también estoy viendo que Alexander no hace nada para alejarla.

—Ya fué suficiente— eco mis lágrimas y al salir me cruzo con Manuel pero corriendo voy hacia mi carro.

...ALEXANDER...

La sujeto de la muñeca y la alejo.

—No lo vuelva a hacer, o podría mandar a la mierda el contrato y hablar con su padre Srta. Evans, aprenda a ocupar bien su lugar como señorita, y respete a hombres casados.

Entro a la oficina y cierro detrás la puerta.

La puerta se abre de golpe y Manuel ni bien entra y ya me dá un golpe.

—Entre Arthur y tú siempre pensé que eres el que mejor pensaba, el que si valoraba y respetaba a una mujer. ¿Ni siquiera la respetas por que está casada contigo?

—¡De qué hablas!

— ¡Vi como besabas a esa mocosa, y Grace también!—mis ojos se abren como platos—¿crees que puedes jugar con sus sentimientos, imbecil?

— ¿Grace estuvo aquí? Mierda.

...GRACE...

Me tumbo en la cama y las almohadas no tardan en mojarse por las lágrimas.

Ahora tengo todo claro, estoy celosa de Brooke, una rabia se apodera de mí al recordar lo que vi hace un par de horas, y todo porque me enamoré de ese imbecil.

...ALEXANDER...

Estaciono el carro fuera de la mansión y al bajar corro en dirección a la habitación de Grace. Empujo la puerta y me abstengo a nombrarla al verla dormida en su cama mientras abraza una almohada.

Me cruzo de brazos y la observo desde la puerta. Sus mejillas y su nariz están rojas, sus pestañas están húmedas; estaba llorando.

—Si Grace me evitaba anteriormente, ahora peor al verme besandome con Brooke— le sirvo una taza de café a Madison que está sentada en mi escritorio—. Pasa encerrada en su habitación y solo sale cuando vengo para acá.

—Y tu también que eres un imbecil por no ponerle a tiempo un alto a esa resbalosa.

—Necesito hablar con Grace y explicarle las cosas. Y decirle lo que eh ocultado todos estos años.

—Una cena romántica es la mejor opción, y mejor si no hay nadie en casa— sonreímos.

Hace unos minutos Madison llamó a Grace y le insistió en que se arreglara para salir juntas y ella terminó aceptando.

Bajo de mi carro al ver a Grace a punto de subirse al suyo.

—Que bueno verte después de dos semanas— no voltea a verme— necesitamos hablar.

—Me cité con Madison.

La agarro de la mano y la subo a la fuerza a mi auto.

—¡Sueltame imbecil!

La suelto cuando me subo y me alejo de la mansión.

—¡Detén el maldito auto ahora!

Sonrío y la ignoro así como ella lo ah hecho todos estos días.

Llego minutos más tarde al barco que me regaló mi padre al cumplir mis 18 y la bajo sujetando su brazo.

—¡Sueltame!

—Quieta gata, quieta—entramos al interior del transporte y le hice una seña al hombre que lo manejaría para que empezara a hacer su trabajo.

Nos fuimos alejando de tierra y ahora estábamos sobre el agua.

—Gata...

—No te quiero escuchar.

—Hablemos, si?— le señalo la mesa donde se encuentra la cena romántica que me ayudó a preparar Madison y se sienta al igual que yo— ¿Ya te dije cuán hermosa te ves?

—¿Y ya te dije cuán imbecil eres?

—Ella me besó— desvía la mirada— la puse en su lugar cuando ya te habías ido. Fue un error no ponerla en su sitio a tiempo. Gata — puse mi mano encima de la suya— ni ella ni otra mujer me importa, solo tú.

Se levanta y se acerca a la ventana.

—¿Como sé que no me estás diciendo esto solo para volver a acostarte conmigo?

La giro y limpio sus lágrimas.

—Desde que llegaste a la mansión, me encantaste. No sé porque si siempre fuiste tan callada, la más amargada de las tres. Pero tal vez fué eso que me atrajo de ti. Pasaba vigilandote todo el tiempo y tenías la capacidad de hacerme sonreír tan solo viéndote, aún la tienes. Me encantas gata.

—El amor siempre me había parecido una pérdida estúpida de tiempo. Pero la mayoría de mi tiempo la paso pensandote. No sé cuándo, ni como, pero te robaste mi corazón. Ámame, pero enséñame a amarte como es debido.

Sabia que esto no sería una perdida de tiempo.

Nuestras miradas quedan conectadas a escasos centímetros, tiene unos ojos hermosos y brillantes, capaces de hipnotizarme. Sus labios con un leve y fresco color rosa son una incitación a caer a la tentación de probarlos. Como puede ser que esta mujer me haya tenido a sus pies todo este tiempo, como puede ser posible que se haya convertido en mi perdición.

—Gata...

—Te amo Alexander— me dice con ojos cerrados y en un susurro entre mis labios.

—Te amo Grace.

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Comments

Alba Hurtado

Alba Hurtado

asi es milcaris chavero los problemas se arreglan rapido y en la cama 😂🤣😅😆😆😁😃😀

2022-12-12

0

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

hermosa historia

2022-10-06

0

Ely Moreno

Ely Moreno

me encantó lo último del capítulo, tan romántico y por fin se dijeron que se aman, ahora sí autora danos la reconciliación fogosa

2022-09-13

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