Escapemos de la realidad

—Pase lo que pase recuerda que siempre estaré de tu lado, la muerte de tus padres no quedará impune.

—El padre de Elah le dejo una carta, dejando claro que debería leerla hasta cumplir la mayoría de edad, hoy Dolores ha leído el contenido de esa carta.

Ella solo seguía llorando, él sabía que los dos ahora estaban atrapados en medio de esa terrible situación, esta vez no se resistió, no quería y no podía, tomo su cara entre sus manos y la beso, fue un beso tierno, profundo, estaba seguro de que Elah correspondía a sus sentimientos, pues no se resistió, simplemente se dejó llevar, correspondiendo al beso de forma tímida, ella sintió sensaciones extrañas, agradables

Después de desayunar se despidieron, Leo y Elah se dirigieron a una plaza comercial, Dolores era quien compraba la ropa para ella, no sabía como podría elegir las prendas, tendría que basarse en la textura de la tela y la forma, pero sobretodo confiar en que la vendedora la ayudaría.

Él notó que era la primera vez que alguien la besaba, pues su manera de besar era inexperta, dentro de su corazón sintió alegría, permanecieron abrazados unos minutos, ella hubiera deseado quedarse así por una eternidad, no sabía que vendría en el futuro, dentro de su ser algo le indicaba que debía confiar en él.

— Voy a hablar con mi abuelo, en un rato regreso.

—Está bien, confío en ti, no me defraudes por favor.

— Eso jamás sé que juntos lograremos desenmascarar a tu tío.

Salió y se dirigió a la habitación de sus abuelos, pensando en como abordar un tema tan delicado como aquel, no quería que su abuelo pensara que desconfiaba de él, se sentía entre la espada y la pared, tocó y de inmediato escucho la voz de su abuelo indicándole pasar, por suerte su abuela se encontraba con Dolores en la cocina, no quería que ella se enterara de aquel problema, ante sus ojos la imagen de Teo era intachable.

— Buen día, abuelo ¿podemos hablar?

—Claro hijo ¿sucede algo?

—Deja que te explique primero lo que está sucediendo, no quiero pienses que desconfío de ti, solo necesito que seas sincero conmigo.

—No entiendo a que te refieres, pero dime, veré si puedo aclarar tus dudas.

—El padre de Elah le dejo una carta, dejando claro que debería leerla hasta cumplir la mayoría de edad, hoy Dolores ha leído el contenido de esa carta.

—¿Y eso tiene algo que ver conmigo?

— ¿Cómo pudo Rando hacer movimientos dentro de nuestra empresa?no lo entiendo por mas que lo pienso

—Te creo abuelo, será difícil que Elah crea en lo que me estás diciendo, hablaré con ella, en algún documento antiguo debe de haber quedado algún indicio.