Nueva vida

En medio de su conmoción Ana observó a las pequeñas que la miraban extrañadas, era una completa desconocida para ellas, en Magy podía ver la mirada de su padre, por lo que no dudo ni un segundo que aquella niña era hija de su esposo Leonardo, su hermana si logró tener un hijo de él, al verla sintió un rencor enorme hacia la niña, incluso sintió odio hacia su hermana Estela, ella le había dado una hija a Leonardo, mientras que su vida no era nada de lo que habia soñado alguna vez, no solo no pudo darle un hijo, además en aquellos seis años no pudo lograr ganar su amor.

Ana tenía pleno conocimiento de que Leonardo siempre amo a Estela y bajo ni una circunstancia permitiría que sepa de la existencia de aquella pequeña. Pero Nahiara era un caso diferente, esa niña no era nada de su esposo y por un momento pensó que quizás sería esa pequeña podría ganar el corazón de Leonardo y de esta manera el no se divorciaria de ella, como planeaba hacerlo.

En aquel momento llamó a su esposo y le avisó que por unos días estaría fuera de la ciudad, debía ocuparse de algunos asuntos. Luego de ocuparse de los papeles que debía firmar para hacerse cargo de los restos de su hermana, se retiró a la casa de la misma con las niñas, observó la casa, preparó el equipaje de las niñas y las llevó a la funeraria a despedirse de su madre.

Luego de eso tendría unos días para ocuparse de las niñas y tomar alguna decisión con respecto a ellas, se informó sobre varios colegios pupilos y finalmente se decidió por uno que se encontraba muy lejos de la ciudad donde vivía, preparó la documentación y algo de ropa de Magy y la llevó al lugar, firmó la documentación y acordó el pagó mensual que realizaría, además de una cuota para gastos de vestimenta y algunas necesidades extras de la niña. Antes de dejarla en aquel lugar le dijo algunas cosas malas sobre su madre, en la niña desahogo parte de su frustración _ Ustedes no sabían de mí porque tú madre se fue de casa luego de fallar ante toda la familia, quizás algún día lo comprendas, ella se acostó con mi esposo y tú eres su hija, no mereces estar en mi familia. Tú ni siquiera debiste de haber nacido._

La niña lloraba, pero no comprendía bien lo que su tía le decía, pudo darse cuenta por la actitud de ella que la dejaría allí, que quizás no volvería a ver a su pequeña hermana y eso estaba desgarrando su pequeño corazón. Entre lágrimas rogaba a su tía que no hiciera daño a su pequeña hermana. Las niñas se abrazaron y lloraron, Nahiara no comprendía lo que ocurría, fue tomada en brazos por su tía y arrancada de los brazos de su hermana. Mientras su tía se alejaban Magy corría detrás del vehículo hasta que su pequeño cuerpo no aguanto más y cayó de rodillas en la calle.

La pequeña fue llevada a la institución donde se le dio el uniforme el cual usaría en el lugar, además de los horarios y tareas que desarrollaría, la niña no comprendía cómo la vida había cambiado en un segundo y aunque no comprendía lo que su tía le dijo podía recordarlo, algunas niñas se burlaban de ella y otras mayores que quizas comprendían su dolor o pidieron ver lo ocurrido se acercaron a ella y la consolaron.

Antes de que Ana se llevará a su hermana ella pudo despedirse y le prometió que un día la buscaría, sólo debía ser fuerte y el tiempo pasaría, después de todo no pasaría toda su vida en este lugar, algún día saldría y buscaría a su hermana.

Luego de haberse ocupado de Magy, Ana decidió que llevarse a la pequeña Nahiara con ella sería buena idea, buscó los documentos de la niña y se dirigió a comprarle ropa. Nahiara desde el momento del accidente no había pronunciado palabra, eso a ella no le molestaba, la niña abrazaba su muñeco y las lágrimas caían por su rostro pero no hacía ni un ruido, parecía no estar presente por lo cual no la molestaría.

Ana armó toda una mentira y le dijo a la niña que dado que su madre murió ella sería ahora su madre, si ella se oponía a esto terminaría en algún lugar sola como su hermana, cuando preguntó a Nahiara si comprendía esto ella solo asintió con la cabeza, Ana esbozó una sonrisa y siguió camino. Al llegar a su casa pidió que se preparará una habitación para la niña y se preparó para recibir a su esposo.

Leonardo luego de un largo día de trabajo regresó a su casa donde se encontró con su esposa sentada en la sala, a sus pies jugando sobre una alfombra pudo ver a una hermosa niña de ojos celestes y cabello castaño, miró a su esposa interrogando sobre la niña.

_ Mientras me encargaba de unos asuntos de la fundación de la catedral, tuve que asistir a un orfanato, fue ahí donde la vi. Si la hubieras visto tan indefensa y tan pequeña entre las otras niñas, su mirada se robó mi corazón y pensé que en casa necesitamos un pequeño ángel que alegre nuestros días._ comentó Ana.

Él observaba a la niña y aunque lo que su esposa decía sonaba muy extraño viniendo de ella, se sentó donde la niña jugaba y ella le pasó unos juguetes, él le inspiraba confianza. Él vio en la mirada de la pequeña los mismos rasgos de su amada, la tomó en brazos y pensó que quizás está niña le daría sentido a sus días. Fue ahí cuando Ana se dio cuenta que quedarse con la pequeña fue su mejor decisión. Comentó que como ella hizo el papeleo de adopción colocó a la niña su apellido, Nahiara Cruz; a Leonardo esto no lo afectaba en nada, la mirada dulce de la niña le daría sentido a su vida.

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